La Cuarta Transformación y el derecho a la protesta
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La Cuarta Transformación y el derecho a la protesta

 


Roberto Gargarella es un autor que en 2005 escribió una obra denominada “El Derecho a la Protesta como primer derecho” lo que implica estudiar una fase del Liberalismo que no desaparece del todo ante la idea de la Cuarta Transformación que vivimos los mexicanos.
En uno de sus capítulos, nos señala que el Liberalismo es una de las pocas doctrinas capaces de dar respuesta a los principales interrogantes que aparecen cuando reflexionamos sobre la organización de la sociedad, a los derechos individuales, reduciendo los riesgos de la tiranía y tendiendo a robustecer a la democracia representativa dirigida a la limitación del poder, los liberales rechazan la tiranía de unos pocos y la arbitrariedad de las mayorías.
En el liberalismo designa a las personas que son libres e iguales, es un sistema antiautoritario, es sinónimo de tolerancia, de respeto hacia el otro, de combate contra la autoridad absoluta, antiperfeccionista con los conservadores, en contra de la moral de unos pocos, por poner un ejemplo, la poca reacción popular, por no ser de importancia, de que esta idea de la 4T reflejada frente a los ex presidentes de México que resultan del panismo, que no impactan en sus declaraciones frente al populismo.
Este nuevo gobierno, ha desatado los hilos negros que movían al liberalismo que se corrompió, esta Cuarta Transformación puede ser más entendida como Democracia Liberal, más que como Populismo Democrático, por el derecho a la protesta como primer derecho.
Este derecho de protestar se ha dado en la raíz de la violencia contra la mujer, el feminismo se ha malentendido ante la violencia existente y la falta de reacción del estado para eliminar toda forma de violencia, la incapacidad de las instituciones y la falta de políticas públicas adecuadas para solucionar y dar respuesta a la sociedad.
Lo mismo ha sucedido con grupos minoritarios, indígenas o contra el aborto. El Derecho a la Protesta como primer derecho, no puede ser exterminado del populismo, las luchas de los maestros, del poderoso sindicato de maestros, ahora ante las respuestas de la Presidencia de la República, no tienen porqué protestar más, aunque su derecho lo siguen ejerciendo aún sin razón alguna, aún cuando su naturaleza de sindicato tiene límites legales.
Este derecho de protestar ha significado, por ejemplo, ante los retos de la Seguridad Pública que son cada vez más costosos, ante los problemas de salud pública que también cada vez son más caros, ha significado ante los problemas del pago de impuestos por el pueblo, que son cada vez más imposibles de pagar, con esto, las soluciones de perdonar impuestos a grandes empresas, de dar dinero en sumas millonarias a países para que no emigren sus habitantes, con un paternalismo estatal sin precedentes, dando dinero a quienes no estudian ni trabajan, cada vez más descompensa la actividad económica y social que viven los mexicanos.
Esas dosis de paternalismo estatal, gradualmente sin desaparecer, sino en crecimiento, hacen del populismo democrático de la cuarta transformación, que se falte a la credibilidad de las nuevas instituciones del estado, hacen que el derecho de protestar se incremente y se de respuesta gradual también ante cada problema.
Uno de los ejemplos claros es que este derecho de protesta ya no lo tolerará la Guardia Nacional, ya que se toleraba al ciudadano o al delincuente, sin responder a ninguna agresión.
El discurso contra la corrupción seguirá vigente hasta el fin del sexenio, el derecho a la protesta se tiene, necesariamente que tecnificar, es decir, no se puede protestar “sin razón”, “sin tener derecho”, no se puede protestar o tener este primer derecho sin que se justifique fehacientemente que se ha violentado algún derecho social o económico, que se ha roto o violentado gravemente algún fundamento legal o constitucional.
Ante cada injusticia social, el derecho a la protesta surge, pero ante la nueva política del estado que atiende estos reclamos, ahora se han reducido o minimizado.
Los temas pendientes son atender el campo mexicano, las carreteras o vías de comunicación, la salud de los millones de pobres que viven en el país, sus derechos humanos, la seguridad pública, la desaparición de personas, las instituciones corruptas, los desvíos de recursos de funcionarios y servidores públicos del viejo régimen, los problemas de desarrollo y potencialización comercial de sectores sociales pobres o marginados, frente a discursos diarios que no dan resultados, frente a la utopía de que todo cambiará a favor de los mexicanos y que la ilusión de transformar a México ha sido una desilusión gradual.
El propagandismo ha hecho efecto frente a las necesidades sociales, los problemas nacionales siguen latentes, creciendo, siendo impunes, las políticas actuales no han respondido a la totalidad del país, el descontento que se tenía de los malos servidores públicos permanece oculto en la conciencia popular, esta inconformidad se ha transformado en discurso anticorrupción y en la práctica diaria no se ven juicios contra corruptos, no se avizoran resultados para detener a la delincuencia organizada, el derecho a protestar se ha pulverizado y se reorganiza nuevamente con la fuerza de una piedra contra la cabeza estatal.
Finalmente, el Derecho a la Protesta, en esta Cuarta Transformación, resulta del Liberalismo que se ha roto, permanece vivo como el último eslabón para protestar contra las injusticias existentes, el resultado corresponde al derecho de asociación y de reunión consagrado en el Artículo 9° Constitucional, al derecho de petición del Artículo 8° Constitucional, a los excesivos e inacabables problemas nacionales por el que se atraviesa el país, por lo que, la Sociedad Organizada, tomará las riendas del país ante la falta de credibilidad de partidos políticos, grupos comerciales, sociedades secretas o discretas o hasta de grupos religiosos.
El país requiere de más respuestas en esta Cuarta Transformación, emergentes, urgentes, necesarias para solucionar en definitiva los graves problemas nacionales que existen y dotar de “felicidad” humana a los ciudadanos que idealizan esta 4T en una “República Amorosa” que no existe.