4T: control, orden y poder

La actual idea de Orden, se ha manifestado frente a cada Municipio Libre de México en el cual se está llevando a cabo ministraciones en dinero para obras publicas por la Presidencia de la República, es decir, ya no hay intermediarios en el proceso de dotar de recursos a Municipios, quitando la corrupción imperante en sexenios anteriores, es preciso hablar de Orden, cuando ya es una realidad que nuevas empresas constructoras o manos comprometidas de ciudadanos de los pueblos de Oaxaca ahora hacen sus obras con recursos municipales y su propio esfuerzo.
Orden es lo que hacía falta en el manejo de los recursos del Estado Mexicano, sin embargo, es muy ambiciosa esta idea para ser aplicada en toda la República, es preciso entonces terminar en Orden lo que se inició para desterrar la corrupción que existe en el primer orden de Gobierno Municipal.
Otra de las necesidades de todo Orden, es que el Estado, siempre necesita verdugos para llevar a cabo su tarea, es preciso que su verdugo posea facultades constitucionales para castigar, para sancionar, para llevar a cabo la gran obra de la Justicia y la aplicación constitucional.
El Control, siempre recae en contra de los inconformes, los incrédulos o manifestantes acostumbrados a la presión social o a las inconformidades grupales para que las instituciones del estado tengan crisis y se obtenga lo que se pide a costa del erario del estado.
El actual Control de la 4ª Transformación ha sido de negociaciones inclusive fuera del contexto constitucional, hay quien aún se resiste a cambios drásticos de gobierno, de acciones importantes que están transformando la realidad que vivimos y que paulatinamente van cambiando opiniones y contextos de trabajo.
El Control se ha extendido a la política, a la supresión de privilegios, a la sanción de los corruptos, aunque no de los principales que le han hecho mucho daño a la Nación Mexicana, sí a los que van sonando fuerte en las noticias o en los medios de comunicación, el control reside también en la supresión de cuerpos policiales, de generar la guardia nacional integrada, de regular la vida de la República en los contextos político, social, cultural, económico.
Control es dotar a la Justicia de libertades pero controlando su actividad constitucional, es querer un gran ideal de transformación por encima de credos, de actividades, con el único ideal de gobernar con el ideal de la Cuarta Transformación que aún no conocemos a cabalidad.
Por tanto, estos temas, “Control, Orden y Poder” son cada vez más necesarios en el arte de gobernar presidencial, la Justicia representa los tres valores pero no se ha realizado a cabalidad en el País, la actividad Legislativa está copada o es sombría su independencia frente al poder Ejecutivo y más aun, no se conoce su postura transformadora.
Estamos viviendo una “Posverdad” de la llamada 4 T, los medios de comunicación reflejan lo cotidiano, lo relevante no puede ser una mentira estilizada, alterada o manipulada, las redes sociales han dispersado la información que no gusta de la Presidencia Mexicana al hacerse ver como redentor de países latinoamericanos, donando dinero o sumas millonarias, tal vez por encargo de Donald Trump, para limitar la actividad migrante y limitar su entrada a México o al país del Norte.
El desencanto no ha llegado todavía, la idea de Control todavía ha servido para que cambiemos de “paradigma de gobierno” y “paradigma constitucional”, la idea de Orden aún no toca el suelo del desencanto, ya que la palabra Corrupción debe desaparecer del todo del contexto de México.
La idea de Poder, tiene que ser necesariamente transformadora, el derecho constitucional debe prevalecer cambiando las estructuras de este nuevo poder transformador, pero aún no se visualizan cambios fundamentales en la Constitución Federal ni en las Constituciones locales.
La sociedad mexicana persigue ideales anticorrupción, justicia, equidad, etc, consigue ideas amalgamadas que nos hacen pensar en una Cuarta Transformación como si fuese el verdadero milagro mexicano.
La idea de Control es “No castigar” en este gobierno federal, no castigar al huachicolero con la violencia del Ejército, no castigar al pueblo, no someterlo con violencia pese a sus manifestaciones, siendo una visión de control, que solamente la negociación y el cansancio de sus actores hacen ver triunfador al que soporta el grito o las consignas.
Se prometió absolución a delincuentes de varios ordenes, gracia hacendaria a empresarios como pago a su apoyo por llegar a la Presidencia de la República, misericordia a quienes han sido corruptos, existen una lista sin fin, de ex servidores que han saqueado las arcas públicas en los tres órdenes de gobierno.
El gran Control debe encauzarse a ser Constitucional, el gran Orden debe permanecer en las normas constitucionales también, pero el Poder, el que se ejecuta sin la colaboración de un orden constitucional, nos puede llevar al fracaso total de quienes de buena fe, creen en la Cuarta Transformación, por lo que, cada servidor público debe su actuar, a la idea de un Constitucionalismo Transformador, Popular, Realista, Coherente, Verdadero y Honesto, para funcionar en el contexto político, social, económico.
Principios de “Control, Orden y Poder”, como verdadero Proyecto de Nación, que aún no se tiene en México, deben diluir la violencia, la rabia social, el descontento, la falta de credibilidad, eliminar focos rojos, el robo al erario, la crisis política, la sociedad dividida, las crisis económicas y dar aún más oportunidades de trabajo digno, exterminar la fragmentación social.
Le sumaría como verdadero Control del Poder, la supresión de programas televisivos que son solamente porquerías que ven día a día los niños de México, construir un país desde su educación, su deporte, ciencias y su cultura, ya que se requiere de lo mejor de todos, en los ordenes cultural, social, político, o la idea que se tiene de la llamada Cuarta Transformación puede degradarse aún más en nuestra realidad social, perdiendo credibilidad en todo su “Control, Orden y Poder”.