Pragmatismo constitucional, el nuevo orden en México
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Pragmatismo constitucional, el nuevo orden en México

 


Las interrogantes que surgen de nuestro Estado de Oaxaca, de hacia dónde se dirige el país, se reducen a unas cuantas reflexiones, después de que a 213 años del nacimiento del patricio oaxaqueño Benito Pablo Juárez García nos dio el ejemplo de que el movimiento Liberal triunfara sobre el conservador, terminando con la muerte de Maximiliano de Habsburgo y la Reinstauración de la República.

Con el advenimiento del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, es más patente que el pragmatismo constitucionalista, está sobre el terreno de la realidad política y jurídica de la vida de los mexicanos.

La expresión franca y de resolución de problemas sindicales, el no ejercicio de la violencia contra los maestros, la tolerancia a los medios de comunicación, la respuesta a la sociedad que le dio sus cartas y peticiones, el acercamiento a las personas en contacto directo y saludo amable, sin duda es una política que no se veía desde el Presidente Lázaro Cárdenas.

Se puede interpretar que parecen actos de campaña, se ha atacado su actividad por conservadores y partidos afines que nada resolvieron en el pasado, sin embargo, reformar al Ejército con la aprobación de los Congresos de la República, para crear una Guardia Nacional, abrir el Castillo de Chapultepec al pueblo, hacer del gobierno una forma de vida, es lo que Realmente hizo de Juárez un estadista y un político ejemplar, el Presidente está realizando con sumo pragmatismo a poco más de 100 días sus compromisos de campaña en la Presidencia de la República.

Reformar el poder es reafirmar el constitucionalismo pragmatista de Obrador, transformar y fortalecer la jurisdicción constitucional, ha dado opciones a una nueva visión de nuestro constitucionalismo mexicano contemporáneo, los vicios acarreados de sexenios anteriores han hecho de nuestro positivismo jurídico, lo obsoleto de la Constitución respecto del enfrentamiento o colapso contra la corrupción imperante.

Fortalecer el Constitucionalismo contra la Corrupción es el trabajo de nuestro tiempo, la solución de los conflictos, las respuestas jurídicas, la creatividad Legislativa es aún incipiente, no hay progresos políticos que generen la adaptación de la Constitución a nuestra realidad, sino una especie de quietud de grupos y partidos políticos frente al actuar diario presidencial, lo que resulta que lo que muchos piensan que, con una varita mágica, puede el Presidente resolver los problemas del País.

Hay Leyes Federales que ajustar al nuevo orden constitucional y del poder, como por ejemplo la Ley Federal de Consulta Popular, obsoleta, la Ley Federal del Trabajo, que no tiende la realidad jurídica de obreros, trabajadores y asalariados, Leyes que en el orden Federal o bien Estatal, deben ajustarse a las expectativas políticas de México y su Presidente como protagonista del llamado “Cambio”.

Hace falta atender definitivamente la materia Energética, de Petróleos Mexicanos, de Gas Natural, como lo hace Venezuela, o bien, establecer refinerías y mano de obra mexicana por preferencia como lo marca y ordena el Convenio 16 de la OIT. (Organización Internacional del Trabajo), hace falta reestructurar el poder desde una óptica pragmática como se hizo con la resistencia del Poder Judicial, reestructurar el poder, dando oportunidad a nuevos partidos políticos, dada la corrupción de los que han explotado al pueblo de México desde décadas.

Hace falta solucionar de fondo el problema de nuestros migrantes y el paso de los extranjeros por nuestro suelo, hace falta responder a las desapariciones forzadas, a la violencia contra la mujer, a la atención de niños y niñas por falta de oportunidades, hacen falta muchísimas políticas públicas para accionar nuestra República y alejarla de la Corrupción, la Inseguridad y la Violencia.

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una Oportunidad para América y el Caribe, son ambiciosas, señala que nuestra América Latina, nuestro México, debe prestar servicios básicos, la escasez de vivienda adecuada y el deterioro de la infraestructura. Los problemas que enfrentan las ciudades se pueden vencer de manera que les permita seguir prosperando y creciendo, y al mismo tiempo aprovechar mejor los recursos y reducir la contaminación y la pobreza. El futuro que queremos incluye a ciudades de oportunidades, con acceso a servicios básicos, energía, vivienda, transporte y más facilidades para todos.

La Ruta Maya debe eficientar, potenciar, fortalecer la economía del Sureste de la República, lo que se prometió en Oaxaca con la Carretera a Puerto Escondido y tampoco se ha hecho, los bloqueos, las marchas, la baja de la gasolina, son promesas de campañas que no han potencializado a nuestro Estado de Oaxaca.

El Plan Estatal de Desarrollo de Oaxaca 2016-2022, no se ha hecho realidad en Oaxaca, a partir del pragmatismo se deben tomar decisiones gubernamentales, sin miedo a las ideologías que ya dividen a los pueblos, a los grupos, a los sectores, a los indígenas, a los nacidos en donde existan propuestas de desarrollo.

El Presidente por sí sólo no pondrá fin a la pobreza, no podrá dar seguridad alimentaria o incentivar el campo, garantizar una vida sana o dar oportunidades de educación por sí solo, el gran trabajo constitucional deben hacerlo los académicos, los legisladores, las asociaciones civiles, los grupos e instituciones de estudios constitucionales y jurídicos, la solución a todos los problemas es en primer orden respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ajustar las Leyes a la realidad que vivimos, al rumbo que necesitamos los mexicanos, no perder el sentido de orientación a un futuro en el que llegado el tiempo que el Presidente de la República salga en 2024, o el Ejecutivo Estatal en 2022, para hacer propuestas a nuestras Leyes, a nuestras normas, mejorar nuestra vida en común que por lo visto, los gobiernos que mandan y ordenan, fuera de todas las ideologías es un poder pragmático y bien puede decidir de conformidad a la Constitución y Leyes del país, que es realmente, lo que todos estamos esperando y que el Presidente va haciendo realidad en sus discursos y en sus obras de gobierno.