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A través de los medios de información hemos visto las imágenes más cruentas de una guerra que parece no tener fin. Los ataques aéreos de Israel en la ciudad de Gaza destruyeron tres edificios y mataron al menos a 42 personas ayer en el bombardeo más letal desde que estallaron los intensos enfrentamientos el lunes pasado. La cifra de palestinos muertos es de 197.

La comunidad internacional no podemos ser menos espectadores, y no hacer nada ante la destrucción, la muerte y desolación en la región de conflicto. Debemos apelar a la Organización de Naciones Unidas y organismos afines, para lograr la paz en el concierto de las naciones.

Israel y el grupo militante Hamas, que controla la Franja de Gaza, se enfrentan a un creciente llamado internacional para poner fin a las hostilidades, que entraron hoy a su segunda semana sin una solución en el horizonte, y a exigencias para investigar los daños causados en la zona de conflicto. 

La agencia de noticias Associated Press pidió una investigación independiente del ataque aéreo israelí que derrumbó un edificio en Gaza que albergaba sus oficinas, junto a las de Al-Jazeera y de otros medios, argumentando que el público merece conocer los hechos. Aunque no hay quien justifique el ataque que derrumbó una torre de 12 plantas el sábado pasado, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu afirmó que el combate con el grupo extremista Hamás en Gaza, continuará por un tiempo.

Mientras tanto Hamás también siguió con sus ataques, usando zonas civiles de Gaza para disparar cohetes hacia zonas civiles de Israel.

Total, no se le ve salida al conflicto en Medio Oriente, así ha sido a través de la historia y por lo visto seguirá siendo por los siglos de los siglos.

No hay quién se toque el corazón, ante la muerte por citar un ejemplo de dos personas y 157 lesionados que dejó ayer el desplome de unas gradas de una sinagoga inconclusa en Cisjordania la víspera de un feriado religioso. Las estructuras estaban atiborradas de feligreses ultraortodoxos y se vinieron abajo durante las oraciones al inicio del Shavout, en acontecimientos referidos como accidente.

Tampoco las imágenes de un padre que lleva a su hijo muerto en brazos, parecen importar. 

¿Qué pasa en nuestro mundo? ¿no hemos aprendido ninguna lección de éstos tiempos de pandemia? ¿Se ha terminado la sensibilidad, la misericordia y compasión de los unos por los otros? Al menos en el catolicismo la biblia nos habla de la Ley Universal, algo tan simple como no hagamos a otro lo que no deseamos nos hagan a nosotros.

Al parecer éstos tiempos han recrudecido rencillas, a muchos les han descorazonado, y la violencia prevalece por encima de la concordia y del amor de los unos por los otros.

Cuando basta una mirada para desarmar al más valiente, para humillar a aquel que se siente poco menos que un dios, para tranquilizar los ímpetus del explorador más arrojado, para despreciar a cualquiera, o para demostrar rencor.

Sin embargo, basta también una sola mirada para comprender al que se encuentra en una encrucijada, para consolar al desvalido, para compartir una amistad, para enternecer al corazón más duro.

Así pues, ojalá en algunas de las partes en conflicto entre la razón, e instancias internacionales pugnen porque prevalezca la paz en el mundo.