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Haber trabajado por más de doce años en el área de noticieros de “Televisa”, marcó mi vida como la de muchos otros compañeros que tuvimos la fortuna de coincidir en aquellos tiempos. Raúl Hernández Bautista era nuestro temido y a la vez querido jefe de información, quien a sus reporteros nos inculcaba una férrea disciplina y estábamos consagrados al trabajo, por lo que hicimos de la empresa un segundo hogar, aún ahora tenemos un chat de ex reporteros de “Televisa”, que además de comentar acontecimientos, compartir anécdotas e interesarnos por el gremio periodístico, hemos llegado a integrarnos en una gran fraternidad, e interesarnos los unos por los otros.
En aquella época, luego del terremoto del 19 de septiembre de 1985, había un gran compromiso con nuestro México, y un sentido de humanidad entre jefes y subordinados. En lo personal y en diversas ocasiones lo he comentado, aún cuando provengo de una familia de connotados periodistas, desde mi abuelo Fernando Mora Gómez, fundador de la Gaceta del periodista; hasta mi padre Antonio Mora Hurtado, quien entre otras actividades fue director de “El Sol de México”; mis hermanos Gabriela y Fernando Antonio Mora Guillén; hasta mis tíos y mis primos, de forma fortuita se me abrieron las puertas de “Televisa”. Al licenciado Jacobo Zabludovsky lo recuerdo con admiración y afecto desde niña, él conoció y reconoció la inteligencia y generosidad de mis abuelos Fernando Mora Gómez y Enrique Guillén Rioja; el licenciado asistía a fiestas familiares en el restaurante taurino “El Taquito” de mi querida familia Guillén, por lo que cuando ingresé a la empresa siempre me trató con deferencia, me obsequiaba libros, manzanas y me contaba anécdotas de mis abuelos. Ni qué decir de las enseñanzas cotidianas a la hora de revisar mis notas, con gran gentileza y a la vez con firmeza marcaba una falta, y con un gesto, una palabra o un detalle, reconocía los aciertos por el trabajo bien realizado.
Asimismo tuve oportunidad de conocer y hasta considerarme cercana en afecto y parte del equipo de Lolita Ayala, una mujer valiente, de mente brillante y corazón enorme. Lo mismo se preocupaba por los seres humanos que por la naturaleza y los animales. Protectora de causas nobles, siempre peleaba con mi querido e inolvidable jefe Raúl Hernández, me asignara las notas loables que Lolita pedía se cubrieran para “Muchas Noticias”. Así recuerdo haber ido una y mil veces a la Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (APAC), que presidía doña Carmelina Ortíz Monasterio, que asistir a filmar a una recién nacida abandonada en una iglesia, ó acompañarla a la feria del Nopal a Milpa Alta porque le pidieron que fuera madrina del evento, y al término de la cobertura me obsequiaba con una cazuela de nopalitos de las que a ella le regalaban para que la compartiera con mi familia; hasta la grabación de un laboratorio clandestino clausurado, donde le pasaron información de que se registraba canibalismo entre ratones; o el nacimiento de towi el osito panda recién nacido en el zoológico de Chapultepec.
Y refiero en concreto a Lolita Ayala, porque veo una entrevista extraordinaria que recién le realizó Miguel Reyes Razo, donde declara: -“Al periodismo debo el cauce para ayudar a los demás. Información, periodismo y televisión resultaron útiles. Abrieron puertas a enfermos y a pobres. A enfermos pobres. Mis 45 años en Televisa sirvieron para desarrollar “Sólo por Ayudar”. Sus once programas –llámalos causas- abarcan a todo el país”.
Once programas repitió Lolita Ayala, quien citó algunos: -“Cáncer de pulmón. 950 trasplantes de riñón. Cáncer de mama. Leucemia linfoblástica que daña a niños. Leucemia mieloide que afecta a adultos. Y la Casa de Niños de la calle. Y el Banco de Alimentos. Trabajamos desde los días del sismo de 1985. Temblor, terremoto del 19 de septiembre. Servimos. Ya te dije: Yo no planee mi vida. Y así o asá es maravillosa. Creo en la existencia de un ser superior”.
No es mi afán transcribir íntegra la entrevista que de forma magistral, como sólo él sabe, hizo Reyes Razo a nuestra querida Lolita, sin embargo rescato otra parte que me preocupa e indigna respecto a la pregunta que el diestro periodista realiza: -“¿Se fomenta, se estimula la filantropía en México Lolita?”
–“Iba bien hasta 2016. Las elecciones la detuvieron un poco. Me entristece saber que el gobierno actual asegure que las fundaciones como “Sólo por Ayudar” no son necesarias. Se rehúsa a conceder la deducibilidad –de impuestos- a los donadores. Filántropos muy importantes se resisten a entregar aportaciones que no hace mucho donaban con sonrisas. La deducibilidad no es evasión de impuestos. Equivale a lo que cotiza un médico en su consultorio. Como un 30 por ciento. Si el gobierno no concede la deducibilidad muchas fundaciones desapareceremos”.
Y digo yo, si al presidente López Obrador supuestamente tanto le preocupan los menos favorecidos, cómo es posible que desaliente a personas de bien que de manera comprometida, hacen jugosas aportaciones altruistas a través de fundaciones y otras Organizaciones No Gubernamentales, que finalmente son quienes proveen lo que los gobernantes no hacen. En ésta vida señor presidente, hay que sumar por el bien de todos…
tere_mora_guillen
@yahoo.com.mx