De un tiempo a la fecha
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De un tiempo a la fecha

 


De un tiempo a la fecha las mujeres en la Ciudad de México salen de sus casas con temor, al no saber si regresarán sanas y salvas a sus hogares. Y es que en estaciones del metro de diversas alcaldías como son: Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Coyoacán han incrementado las denuncias por acoso e intento de secuestro.
Y los delitos se han cometido en total impunidad, ante la falta de autoridad. De hecho como siempre es a través de las Redes Sociales donde los capitalinos estamos mejor informados de lo que ocurre y nuestros brillantes funcionarios, una vez que conocen los acontecimientos, en vez de actuar sin alertar a los hampones, ahora han instalados módulos en las estaciones del metro para que las mujeres que sufran algún percance sean acompañadas a levantar las denuncias.
Las capitalinas se quejan de que hay poca iluminación, vías y banquetas deficientes, calles con obstáculos o sin señalización, pasos a desnivel y puentes peligrosos, acceso al transporte y paradas en mal estado, y para colmo cámaras de vigilancia que no funcionan, por lo que las mujeres son acosadas, intimidadas, violadas y secuestradas.
El colmo es que ante la incapacidad de las autoridades, las familias salen a la calle a repartir volantes, instalar pancartas para investigar, dar con una pista que les lleve a localizar a su ser querido. Y más allá, ante el coraje de que no se haga justicia, cada vez son más los casos de comunidades completas que en plazas públicas linchan a los delincuentes.
La administración de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum tiene el enorme reto de abatir los delitos registrados de manera coordinada con las alcaldías. No es posible que los hampones cometan sus fechorías en plena luz del día, con gran facilidad y sin dejar huella.
Urge poner un alto a la violencia contra la mujer, el colmo es que ante la ineptitud de las autoridades, empresarios organizados comienzan a abrir sus negocios como lugares seguros, abren las puertas de sus establecimientos para ayudar a personas en peligro, sobre todo ante la ola de secuestros y feminicidios reportados en la CDMX y en el Estado de México. Al llegar una persona que está siendo acosada o perseguida, ingresa al establecimiento y obtiene ayuda, ya sea que le pidan un taxi seguro, o le permitan llamar a un familiar para que pasen por ellas. En fin está visto que en tiempos difíciles, y ante la adversidad, los mexicanos unidos, en una gran fraternidad, hacemos más que muchos de nuestros funcionarios que debieran ante su incapacidad, colgar la estafeta.
Es momento de que nuestros funcionarios salgan a dar la cara y en vez de anunciar medidas que poco o nada aportan, actúen, realicen bien su chamba y en verdad velen por el bienestar y tranquilidad de la ciudadanía. Ya basta de la violencia contra la mujer…
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