¡Feliz Navidad!
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¡Feliz Navidad!

 


Hoy deseo a los lectores tengan una ¡Feliz Navidad! Que para quienes profesamos la fe católica, recordamos el nacimiento de Jesús niño, quien dividió la historia de la humanidad en un antes y en un después.

Esta fiesta debe estar impregnada de buena voluntad hacia quienes nos rodean, y nada nos cuesta practicar buenas acciones y generar lo que deseamos recibir, como lo es la armonía, la solidaridad, el perdón y la reconciliación.

Ya pasó el ajetreo de los días previos a la Navidad, las compras de pánico para realizar una cena conforme a las posibilidades de cada quien, los mexicanos nos pintamos solos a la hora de realizar los platillos tradicionales de la temporada; recetas que de una a otra generación se van pasando y que van desde pozole, tamales, tacos, tostadas, ponche, hasta pavo, romeritos y bacalao.

En lo personal, luego de asistir a misa de gallo y arrullar al Niño Jesús en familia, realizamos el intercambio de regalos, los obsequios fueron en serio y de broma, estos últimos nos arrancaron carcajadas cuando en una caja vimos unas pantuflas, elaboradas de barras de pan y que no por nada lucían hermosas; o la creatividad de mi cuñada que le dio a mi sobrino la posibilidad de ejercer un oficio alterno a su profesión, una botella y un limpia parabrisas; o mi sobrina que me obsequió una cajetilla de cigarros llena de chocolates, deliciosos por cierto. Y bueno, la cosa era reír un poco, para después cenar y conversar en familia. Ahora caigo en la cuenta de que en verdad convivimos sin que nadie sacara a relucir un celular o artefacto electrónico.

Una manera simple y alegre de celebrar la Navidad, con la firme convicción de que el Niño Jesús celebró junto a nosotros.

Y ya se aproxima el nuevo año, es tiempo de expresar nuestros mejores deseos a nuestros seres amados, nuestra familia con quien convivimos de manera cotidiana, o los que están lejos y a los amigos de ahora o de antaño. Tenemos el espíritu navideño a flor de piel, y la posibilidad de reflexionar sobre la necesidad de ayudar al más pobre, consolar al enfermo o al solitario, amar a quien más lo necesita abrazándolo con el mismo sentimiento que lo hacemos cuando se presenta un sismo, una inundación o alguna otra catástrofe.

Además, qué mejor momento para agradecer al creador por todo lo bueno y lo malo que vivimos durante el 2017, hacer un balance sobre los aspectos y actitudes que debemos mejorar, en miras a tener un mejor 2018. Una buena manera de iniciar un nuevo año, es soñar un poco, fijarnos metas de lo que nos gustaría obtener, los sitios que nos gustaría visitar, ver más seguido a nuestros seres queridos que por uno u otro motivo hace tiempo no vemos; rectificar errores y en suma tratar de ser mejores. Hagamos un borrón y cuenta nueva. Se trata de comenzar un nuevo ciclo con una actitud más positiva, plantearnos objetivos a corto y mediano plazo, que sean viables y nos enfoquemos en ello.

A todos ustedes les invito a reflexionar, deseándoles que el año venidero sea pleno en salud, éxitos, reconciliaciones y bendiciones. Que haya más alegrías y abundancia, que nos preocupemos más por ser que por tener; que sin temores demos lo mejor de nosotros a quienes nos rodean. En fin, ¡que sea un 2018 extraordinario! Y nos hemos de volver a encontrar en este espacio a partir del lunes 12 de enero, luego de un periodo vacacional. Agradezco su comprensión…
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