Cumbre: democracia, dictaduras, yerros
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Cumbre: democracia, dictaduras, yerros

 


Milton Keynes, U.K.- California fue territorio de la Nueva España, colonizada por expedicionarios españoles desde el siglo XVI, sin tener nada que ver con la guerra contra los mexicas en Tenochtitlán. Estaba poblada por otros grupos humanos sin conexión con los del altiplano y sin las prácticas tiránicas o antropofágicas de los aztecas. California fue evangelizada por Fray Junípero Serra, monje franciscano, llamado Apóstol de California y canonizado en 1988. Fray Junípero fundó varias misiones allá con nombres de santos y advocaciones de la Virgen María, entre ellas el Pueblo de Nuestra Señora de los Ángeles del Río de Porciúncula, que por el uso popular se le fue conociendo sólo por “Los Ángeles” y convertida hoy en una de las ciudades y conurbaciones más grandes de la Unión Americana. California es el estado más rico del país y por sí solo sería la quinta economía mundial: se salvó de la “pobreza franciscana” a que aspira el presidente de México.

California fue cedida a los Estados Unidos en 1848: habíamos perdido ese gran territorio y otros más como resultado de la guerra con ese país. Los nuevos dueños mantuvieron la toponimia en español de pueblos y ciudades como San Diego, San Francisco, Santa Mónica, Sacramento, Santa Rosa, San Isidro, San Clemente entre otros y, desde luego, Los Ángeles (ahora Los Angeles, sin acento, conforme a la grafía inglesa). 

En esa urbe se celebró la semana pasada, la IX Cumbre Interamericana, a invitación del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien expresamente excluyó del evento a Cuba, Nicaragua y Venezuela, por ser países gobernados por dictadores y sin procesos democráticos, además de violaciones conocidas a los Derechos Humanos.

Como es sabido, el presidente de México decidió no acudir al no haberse invitado a esos tres países que son objeto de su amistad y admiración. Su actitud fue seguida por los mandatarios de Bolivia y Honduras (Guatemala y Uruguay no asistieron por otras razones). El presidente de Argentina asistió, pero dijo que sólo como presidente de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) no representando a su país y se sumó a la crítica mexicana, y entre éste y el canciller de México, enderezaron ataques a la Organización de Estados Americanos y su presidente, convocando a un bloque contra esta organización.

La ausencia del presidente mexicano fue una oportunidad perdida para hacer frente ante la Cumbre, de su postura en política exterior hacia el gobierno de los Estados Unidos y a dos legisladores republicanos y uno demócrata que han criticado y exhibido al gobierno mexicano por supuestas ligas con el narcotráfico, por violaciones a los Derechos Humanos, por la alta criminalidad, la inseguridad y ataques a la prensa. Quedaba claro también que, aunque fueran invitados, los mandatarios de Nicaragua y Venezuela no asistirían, principalmente porque tienen órdenes de aprehensión en Estados Unidos. A Cuba, cuya dictadura de tres hombres lleva 63 años, era imposible que se le invitara, por evidente antidemocracia, por el embargo conocido y por razones políticas internas, ya que la grande y fuerte comunidad de exiliados cubanos en Florida y sus representantes y senadores republicanos, tienen poderosa influencia e intereses en el congreso, acercándose también elecciones bicamerales en este año, pudiendo perjudicar a los demócratas hoy en la presidencia.

La ausencia del presidente mexicano le inhibió de presentar, ante representantes del continente, los dos programas asistenciales que supone evitarán la emigración de centroamericanos: Sembrado vida y Jóvenes construyendo el futuro que, han fracasado y no cuentan con la simpatía del gobierno de Biden, quien anunció apoyos para la inversión productiva generadora de empleos. El presidente de México se permitió criticar a Biden por destinar 40 mil millones de dólares a Ucrania para su defensa en la guerra contra Rusia, en una innecesaria y burda injerencia en la política exterior americana, golpe bajo a nuestro aliado y mayor socio comercial: la peor política exterior es la interior. 

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