HOJA POR HOJA : De Ucrania a Cuba (continuación alterada)
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HOJA POR HOJA : De Ucrania a Cuba (continuación alterada)

 


Fuerzas militares de la Federación de Rusia siguen asediando puntos estratégicos de Ucrania. En este artículo seguiremos insistiendo en que no se trata aún de una invasión o de una ocupación, puesto que éstas se hacen con infantería una vez que las fuerzas de artillería, misiles, cohetes y otras de largo alcance y equipos pesados, destruyen instalaciones militares, industriales, aeroportuarias y en este caso, portuarias como Mariúpol, el puerto más atacado justamente por su ubicación en el Mar de Azov, que quedaría ya bajo control ruso y el paso hacia el Mar Negro por el Estrecho de Kerch, haciendo un cerco con la península de Crimea, en poder de Rusia desde 2014.

El asedio (que tampoco equivale a sitiar una plaza, como en la época medieval a los castillos), se ha prolongado ya por dos meses y medio, pareciera para muchos, un fracaso militar ruso y que está llevando hacia una guerra prolongada, algo con lo que los rusos están familiarizados desde la invasión napoleónica en 1812 y la invasión nazi 1941-45. Algunos calculan que Ucrania puede salir victoriosa en este conflicto, lo cual es un mal cálculo porque desdeñan el potencial y reservas que Rusia no ha empleado a fondo.

Tal parece que la estrategia de Vladimir Putin está funcionando por ahora, al menos parcialmente. Ha obligado a un muy costoso rearme por parte de los países de la OTAN. Estados Unidos está proveyendo armamento a Ucrania, beneficiando así a su poderosa industria militar, pero poniendo en riesgo la seguridad continental.

La Unión Europea hace proclamas a favor de la paz y exalta su “neutralidad” en el conflicto ruso-ucraniano. Pero lo cierto es que toda Europa (con la resistencia de Hungría) está involucrada en esa guerra al suministrar armamento antiguo y moderno de alto costo y que generará una deuda incalculable e impagable para Ucrania, porque, como se sabe, la “ayuda” militar nunca es desinteresada. Si Ucrania resiste o repele los ataques rusos, es porque tiene provisiones y avituallamiento, proveniente de todo el Continente que, en vez de neutralidad, está siendo aliada “no beligerante” de Kiev y su gobernante Volodímir Zelenski.

La desgracia de esta guerra y de todas las guerras, son en primer lugar, las víctimas, los muertos y heridos, soldados y civiles sin distinción. En segundo lugar, los refugiados que se dice son ya 5 millones entre mujeres, niños y ancianos. Éstos tienen para Europa la característica de ser étnica y racialmente semejantes: blancos, caucasianos, eslavos; son bienvenidos y los prefieren a migrantes de África o del Medio Oriente. Una repoblación europea blanca es bien vista, dado que en el Continente hay resistencia a la procreación humana y no les ha quedado más que aceptar migraciones ciertamente incómodas, aunque no lo digan, por la carga de los Derechos Humanos.

Vladimir Putin está haciendo un juego de alto riesgo. Pero por el momento amenaza a Europa con el corte o dosificación de recursos energéticos (gas, petróleo y carbón) y provocando ya un proceso inflacionario y de escasez de insumos y bienes de consumo. Joe Biden, también hace su juego: atiza la guerra, envía armamento, obliga a Europa a entrar en peligro bélico real mientras la Unión Americana, como en todas las guerras en que ha participado, se mantiene alejada y su territorio intocado.

Kiev, la capital de Ucrania, es hoy una de las ciudades más visitadas por jefes de Estado y altos cargos americanos y europeos ¿Pues no que está siendo bombardeada por fuerzas del Kremlin? ¡Paradójico!

Mientras todo eso sucede en las alturas de la política y la guerra, el presidente mexicano, López Obrador, brinca por cuatro países de Centroamérica y reclama a Joe Biden que destina armamento a Ucrania y no mande recursos para sus programas sociales, fracasados claramente en México. Hoy será su apoteosis habanera, luego de la explosión del Hotel Saratoga. Así se las gasta la “izquierda” antillano-mexicana.

 

 


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