Caminos sin libertad
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Opinión

Hoja por hoja

Caminos sin libertad

 


Transitar por los caminos, sean veredas, carreteras, vías de ferrocarril o autopistas, se ha convertido en una tormentosa pesadilla para los viajeros, pasajeros, transportistas, choferes, turistas, estudiantes, trabajadores. Bloqueos de largas horas, secuestro de casetas de cobro, asaltos y pretextos “sociales” abundan hoy en día. La delincuencia ya no se ve como un acto contrario a la sociedad, sino como una costumbre, un hábito o una forma alterna que, al parecer, hasta es tolerada por autoridades gubernamentales de todos los niveles, sino es que alentada y encaminada según interés políticos y partidarios.

El ofrecer “abrazos no balazos”, se convirtió para las delincuencias organizadas y comunes, en la carta blanca para atentar contra la libre circulación de personas, de vehículos y de los bienes que están en tránsito para el intercambio mercantil. No sólo los delincuentes reconocidos han aprovechado las facilidades gubernamentales, también organizaciones sindicales, estudiantiles y agrupaciones sociales de fines ignotos, han tomado esos abrazos como su patente de corso para extorsionar a quienes usan las vías y medios de comunicación y transporte terrestre.

Antes de una iniciativa de Vicente Fox para eliminar de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la pena de muerte (Art. 22), los salteadores de caminos estaban considerados entre las ocho causales de pena capital, porque el constituyente de 1917 así lo consideró, como también estaba prescrito en la Constitución de 1857. Actualmente los salteadores de caminos se dedican placenteramente a su nefanda actividad debido a que las medidas de seguridad son prácticamente inexistentes y viajar por carretera es, para familias y empresas, tomar uno de los más altos riesgos. Muerte, robo, violaciones y toda clase de violencia y vandalismo se dan en los caminos de México. Las casetas para cobro de peaje han sido sustituidas por supuestos “estudiantes” de escuelas normales rurales, que “botean” con amenazas para extorsionar a automovilistas en general. Empieza a haber operativos característicos por su tibieza: no tocar a los rijosos que violentan garantías ciudadanas.

Pero los caminos de México no son sólo carreteras y vías férreas. Bien dijo Rodó que “No toda escuela es un camino, pero sí todo camino es una escuela”. Pues bien, lo que ocurre en las rutas terrestres mexicanas, es un reflejo de lo que ocurre en los oscuros caminos de la política, senderos de maldad que se interponen para que la ciudadanía ejerza libertades y democracia. El poder político absoluto y desenfrenado, es el más grande obstáculo para el ejercicio de las libertades públicas. El camino que pretende bloquear el poder político es la escuela de tiranía y terror que pretende establecerse en México.

Denostar, agraviar, injuriar a diversos actores de la vida nacional como periodistas, diarios impresos, revistas, programas radiofónicos de opinión, historiadores, politólogos, afiliados a partidos de oposición, empresarios, intelectuales, formadores de opinión que parezcan diferir o disentir de las posturas radicales del oficialismo, son las formas violentas de obstruir esos caminos de la libertad de pensamiento a que tenemos derecho los mexicanos. 

Viene la cacareada “consulta de revocación”, que en sentido llano debería ser un acto de la ciudadanía para acabar con un régimen inepto e injusto. Pero desde temprano, por las mañanas, se exige al pueblo mexicano a participar masivamente “que se queden a dormir en las casillas”, para que expresen que el tlatoani continúe. 

Desvirtuado el principio de revocación, el gobierno construye un camino falso, una ruta bien pavimentada y sin bloqueos para dar continuidad, sea en lo personal o por interpósita persona, con una idea torcida llamada transformación, una ocurrencia con caminos cruzados y al final, sin salida. Por eso se agrega el odio y la consigna destructiva contra el máximo órgano electoral, el árbitro de la democracia, para jugar a su antojo en un campo sin obstáculos. Caminos ásperos, rutas ignominiosas. México de 2022, camino al precipicio.

 

ENTRETEXTO

“Muerte, robo, violaciones y toda clase de violencia y vandalismo se dan en los caminos de México.”