Los ciclos de la peste y la muerte
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Hoja por hoja

Los ciclos de la peste y la muerte

 


El mundo está regresando a etapas de mortandad que han tenido terribles y fatales precedentes. Por distintos motivos, la población del planeta ha sufrido, ha resistido y ha superado la mortalidad masiva, sea ésta por guerras o por enfermedades pandémicas, esto es, que afectan a toda la humanidad o a regiones extensas de algunos continentes. No hay explicaciones ni justificaciones. La ciencia se ha encargado algunas veces de atenuar los padecimientos, pero éstos surgen y resurgen. La historia revela datos y consecuencias. Veamos algunos referentes que darán idea de la proporción que hoy vivimos por el SARS-CoV-2 o Covid19, una variante de Coronavirus.

En el siglo XIV, entre 1347 y 1353, Europa, el Cercano Oriente y el norte de África, padecieron la llamada Peste Negra o Muerte Negra, causada por un vacilo Gram negativo, el Yersinia pestis, que ocasionó la muerte de hasta 200 millones de personas, calculándose que esa cifra era hasta el 60 por ciento de la población de Europa. No había cura efectiva ni ciencia que la atendiera. La gente recurría a la fe religiosa y hasta a curaciones milagrosas que supuestamente daban los reyes taumaturgos (Marc Bloch, FCE, México, varias ediciones), práctica se prolongó hasta el siglo XIX.

Ya en el siglo XX, hace cien años, entre agosto de 1918 y abril de 1920, cundió en el mundo la mal llamada “Influenza española” (virus A subtipo H1N1), que en realidad se originó en Fort Riley, Kansas, EE.UU., entre soldados gringos que al llegar a Europa para reforzar a la Triple Entente (aliados contra los Imperios Alemán y Austro-Húngaro), contagiaron a tropas y civiles. España, país neutral, pudo divulgar el mal (los países beligerantes lo ocultaron) y de ahí el nombre. Esa gravísima epidemia mató hasta cien millones de personas, el 5.37 por ciento de la población mundial que era aproximadamente de 1,700 millones de habitantes. La Primera Guerra Mundial ya había dejado hasta 60 millones de muertes. Significa que el mundo perdió hasta 160 millones de personas, el 8.8 por ciento de sus pobladores.

La Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1945, dejó un rastro mortal de 83 millones, entre militares y civiles, equivalente al 3.45 por ciento de la población del mundo. Seis millones de judíos y otras minorías étnicas fallecieron en el Holocausto. Solamente en el bombardeo atómico a Nagasaki e Hiroshima murieron hasta 246 mil personas en pocas horas. La ciudad alemana de Dresde, la “Florencia del Elba”, fue bombardeada por ingleses y americanos en la noche del 13 de febrero de 1945, matando en algunos minutos a más de 25 mil de sus habitantes. 

Hoy, en 2021, el mundo está viviendo otra variante, el SARS-CoV-2 (síndrome respiratorio agudo severo) o Covid-19, desde finales de 2019. Es innecesario fijar geográficamente origen y dispersión geográfica. Los males virales o bacteriales sencillamente brotan y trascienden. 

La población mundial se estima en 7,500 millones de habitantes, cuatro veces más que hace un siglo. Pero las muertes por Covid19 ascienden (enero de 2021) a 2.21 millones de individuos, el 0.0294 por ciento del total; cifra ínfima comparada con las pandemias o epidemias anteriores. En México, con 126.14 millones de habitantes (Censo INEGI 2020), han muerto en 12 meses, 246 mil personas (según el gobierno sólo mas de 156 mil), el 0.19 por ciento de la población.

La frialdad y realidad de las cifras anteriores, sólo demuestran—sin ningún optimismo—, que el Covid 19 no tiene la potencia mortífera que el Yersinia pestis o el Virus A subtipo H1N1 (o las guerras), en mucho gracias a la ciencia médica y medidas de higiene que antes no existían. Otro tipo de influenzas o gripas, no han sido eliminadas a pesar de las vacunas. Hoy en día estamos a la expectativa de que lleguen a México vacunas de distintas facturas, aún algunas que sigue en etapa de desarrollo. Una vez que sean aplicadas (proceso que se ve distante en el tiempo y en el número), es de suponerse que el número de muertes y contagios bajará sensiblemente y no habrá las tragedias precedentes aquí mencionadas. 

EXTRA. Libro urgente de leer: Un daño irreparable–La criminal gestión de la pandemia en México, de la Dra. Laurie-Ann Ximénez-Fyvie, UNAM, (Planeta, México, 2021). Una reseña de los errores políticos.