Se acabó
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Escaparate Político

Se acabó

 


Para acabar de pudrir los llamados “órganos autónomos” que engendró el “Gabinato”, acabamos de conocer lo que hizo el Instituto Estatal Electoral y de participación ciudadana (IEEPCO). Con la designación de tres nuevos consejeros electorales, bien presentado cada uno con el fierro partidista en la frente, el consejero presidente Gustavo Meixueiro, enterró la mínima posibilidad de que el órgano electoral tuviera un ápice de autonomía.
Nayma Enríquez Estrada obedece a intereses del partido Morena aunque la impulsó fuertemente desde el congreso federal, la priista Mariana Benítez.
Carmelita Sibaja Ochoa es priista orgánica y Wilfrido Almaraz Santibáñez aunque ha abrevado en diferentes dependencias del tricolor, en últimas fechas sirvió incondicionalmente a la dupla que se alza como propietaria del PAN estatal: Antonia Natividad y Juan Iván. Dicen que no hay político sin suerte y eso ocurre con Wilfrido. Siempre apegado al PRI, ofrece sus servicios jurídicos al PAN precisamente cuando retoman el control de este partido, sus dos asesorados.
Hay que recordar que en las disputas por el control del PAN, entre el grupo de Antonia y Juan Iván contra el mixteco Luis de Guadalupe, ha sido determinante la asesoría jurídica de Wilfrido. A esto se debe que hayan ganado la dirigencia estatal, en los tribunales no en las urnas.
Lo premian ahora con su ascenso al IEEPCO. Así, han pagado generosamente los servicios de Wilfrido y los azules clavan un buen escudero en ese instituto que no tiene nada de ciudadanizado ni de autonomía. Es un bastión de los intereses más tenebrosos de la partidocracia tan repudiada hoy por los mexicanos.
Con estas groseras imposiciones, sin un mínimo de pudor o siquiera intención de abrir las puertas de la institución árbitro de las elecciones, a un ciudadano capaz de defender los intereses del electorado, terminamos por presenciar cómo se fragua en Oaxaca el mercenarismo electoral.
En el extremo del cinismo, el consejero presidente Gustavo Meixueiro, se atrevió a expresar “beneplácito” por la designación de los nuevos consejeros cuya selección fue, dice, con “los más altos estándares de rigurosidad y transparencia”.
Por si hiciera falta algo para acabar de hundir en el descrédito al IEEPCO, la actitud venal del consejero presidente, Gustavo Meixueiro, potenció sus niveles de escándalo y cinismo al revivir ese negocio familiar conocido como partido social demócrata (PSD), propiedad del político maniobrero Manuel Pérez Morales.
El desaseo del IEEPCO llegó al extremo de “revivir algo que no había muerto”. Tocaba a este instituto finiquitar legalmente la desaparición del PSD partido que perdió su registro por no haber obtenido el porcentaje de votos que exige la ley. Estaba en proceso de exigir al PSD la entrega del patrimonio que adquirió como partido y con recursos públicos. Nunca lo hizo.
¿Por qué tan sospechosa connivencia? El gran mérito del dueño del PSD fue haber alzado la mano al gobernador electo, antes que nadie.
Otro dato que exhibe al IEEPCO como lo que es, un órgano supeditado a los intereses de los partidos políticos, es no haber investigado los antecedentes del propietario del negocio, digo partido, PSD.
En la primera época del PSD, su dueño, Pérez Morales, se dedicó a vender candidaturas hasta por dos millones de pesos. Esa fue, por ejemplo, la oferta que hizo a los que querían la presidencia municipal de Zaachila. Además, “cuando ganen deben entregar al PSD, 20 por ciento del presupuesto municipal”.
Apegado al nepotismo, cuando fue dirigente de su partido y diputado, Manuel Pérez impuso a su hija Lizet Yuvide Pérez Durán, como directora de Normatividad en la Secretaría del Trabajo, por lo que tuvo serios conflictos con otro de su misma calaña, el carterista Daniel Juárez, titular de esa dependencia.
El entonces presidente municipal de Putla de Guerrero, Mónico Castro Reyes, denunció que el dirigente estatal del Partido Social Demócrata, Manuel Pérez Morales, le pidió 10 por ciento del presupuesto municipal.
Otra dato del flamante diputado Manuel Pérez Morales, es que en contubernio con Miguel Chávez Santiago, defraudaron a cuatro familias de El Chilar, Cuicatlán, al gestionarles cuatro invernaderos. Se quedaron con 400 mil pesos. En la denuncia que los afectados presentaron en su momento, mencionaron que les entregaron material usado y solo 80 mil pesos de lo que autorizó el gobierno.

Al basurero
Además del IEEPCO, otra de las instituciones de gobierno creadas para dar certitud al voto ciudadano, que terminaron por prostituirse, es el Tribunal Estatal Electoral (TEE).
Cuando menos, una veintena de dictámenes, a todas luces parciales, han sido corregidos por las instancias federales.
Si, como dicen los inconformes, el Trife rebate constantemente dictámenes tan sesgados del TEE, los hechos confirman lo que es vox populi: cada uno de los tres magistrados no sirve a la democracia. Se deben a su partido y a su padrino. Es decir, solo escuchan la voz del amo, o del dinero. Ni siquiera el reciente relevo, forzado, del magistrado presidente, alcanza para salvar al TEE, otra institución que se pudrió ¿La causa?
Igual que los consejeros del IEEPCO, cada uno de los tres magistrados está marcado. Wilfrido López Vásquez actúa de acuerdo a los intereses del PRD. En el caso del magistrado Víctor Manuel Jiménez Viloria no hay nada diferente. No abona a la democracia con arbitrajes imparciales, creíbles. Sus intereses están en el PAN desde donde, dicen, lo impulsó el ex presidente municipal de Huajuapan, Luis de Guadalupe Martínez.
El magistrado Miguel Ángel Carballido Díaz, tiene el sello del PRI.
Qué paradoja. Tenemos partidos multimillonarios y corrompidos y aun así, el gobierno les entrega el control de los órganos que deberían dar certitud a las elecciones democráticas.

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