Los burócratas
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Escaparate Político

Los burócratas

 


Para casi todos los que han ocupado la Secretaría de Administración del Gobierno del Estado, su fracaso o su gloria ha sido la negociación de cada firma de contrato colectivo de trabajo. En crisis económicas como la que vivimos hoy por la pandemia, los riesgos políticos son más altos hasta para los dirigentes del sindicato de burócratas. 

Aún con este inconveniente, en las recientes negociaciones todo indica que tanto en las filas del gobierno como del sindicato no hubo vencidos ni vencedores. Hay que reconocer la habilidad del secretario Germán Espinoza y del dirigente Juan Rafael Rosas que firmaron un incremento del 4.3 por ciento directo al salario más 3.5 como prestación mensual. El aumento total es de 7.8 por ciento. Una cifra que, en los estándares de la economía nacional, es bastante aceptable. 

Tal acuerdo tiene mérito porque cuando de uno u otro lado se imponen actitudes radicales viene el rompimiento y explotan conflictos políticos que, en Oaxaca, han ocasionado hasta desestabilización social. Recuerdo el caso de cuando Carlos Hamsphire era secretario de Administración. 

A LA CÁRCEL 

El dirigente sindical era Oliverio Neri López quien por no saber llevar este tipo de negociaciones fue a parar a la cárcel y terminó vituperado por las bases. La historia sindical lo registra como el más nefasto por la pésima negociación que encabezó. Del 15 por ciento de aumento salarial que lograron en la anterior revisión él aceptó un incremento del 9 por ciento. 

Fue una decisión fatal. La base lo repudió, se dividieron en dos, los Neristas y los disidentes que pedían su cabeza. El dirigente sindical tratando de salvar el pellejo se alió con Gabino Cué y otros políticos del partido Convergencia que terminaron de empinarlo.

El entonces secretario de Administración Carlos Hamsphire trató de rescatar a Neri, pero este cometió un grave error al aliarse con ese partido y la nefasta Margarita García. Esto dos últimos crearon el conflicto laboral que terminó con la renuncia de la dirigencia sindical. Los burócratas quedaron un año sin líder y a la par el gobierno ejecutó una orden de aprehensión contra Oliverio que quedó, como dice el refrán: cagado por las gallinas y picoteado por los gallos. 

En el inter del conflicto, la rijosa Margarita García “la dama de los ladrillazos” que entonces era secretaria de Previsión Social, encabezó una revuelta con los burócratas adictos a Neri. Durante una movilización se enfrentaron con un grupo de transportistas que les bloquearon el paso. La camorrista Margarita con dos de sus hermanos fueron captados por las cámaras cuando asestaban ladrillazos en la cabeza de un chofer. Por esta causa estuvo en la cárcel con sus dos hermanos. En la confinación se encontró con Oliverio Neri.

Hay otro caso de un líder enlistado también como “entreguista”. Es Joel Castillo Pérez quien, según dicen los mismos burócratas, aceptó que el incremento bajara a 8.5 por ciento a cambio de fabulosas concesiones. Desde entonces mantiene ventajosas prebendas como el hecho de cobrar sin trabajar, plazas para familiares, parientes y amigos. Cuentan sus compañeros de directiva que, osado como es, cuando le recriminaron su entrega al gobierno por aceptar bajar el aumento salarial, se puso a llorar. Les dijo que si no aceptaba ponía en peligro la vida de su hija que, supuestamente, había sido secuestrada.

Recuerdo estas peripecias solo para ilustrar el hecho de que una negociación laboral con un sindicato tan numeroso como el de los burócratas, significa caminar sobre el filo de la navaja. 

VIENE LA ELECCIÓN 

La firma es solo un respiro para Germán Espinoza. Los que disfrutan de un aumento salarial aún en la cuarentena, empiezan a calentar el cotarro político ante la renovación de la dirigencia que encabeza Juan Ignacio Cruz Villavicencio.

Este es otro lance para el secretario de Administración. Tiene que conducir con estrategia el proceso electoral para que no se infiltren grupos radicales, partidos políticos y adversarios del gobernador, etc.  

Dicen que Juan Rafael Rosas, y su títere Juan Ignacio Cruz Villavicencio, está tratando de que no haya “rebelión en la granja”, aunque ya anda desatado un tal Antonio Lazo Ramos. Se dice el “tapado”.

El Potro Julián Estrada, decidido a no quedar fuera del reparto, está impulsando a Isabel Cruz Gómez, delegada sindical en la Sefin. La promueven como candidata de la llamada “fuerza negra” para contender por la secretaria general del STPEIDCEO. 

Aún no es contendiente formal, pero esta damita ya carga tres inconvenientes: Primero, “fuerza negra” es un mal augurio. Segundo, dicen los que la conocen que pierde muy rápido los estribos en cualquier negociación política. Tercero, su manejador, El Potro, es un perdedor.

 

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