Crisis universitaria
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Crisis universitaria

 


Al entrar al día número cuatro de su primera huelga en el 2020, la Universidad Benito Juárez de Oaxaca, dio respuesta al pliego petitorio del Sindicato de Trabajadores y Empleados (Steuabjo). La contestación fue en los términos esperados: no aumento salarial arriba del tope del 3.4 por ciento y 1.8 de incremento en prestaciones. Tampoco autorizarán nuevas plazas.
Con estos términos técnicos y apego a los lineamientos de la SEP, el Rector Eduardo Bautista, calcula conjurar la huelga, pero viene lo más difícil, la negociación política donde, necesariamente, entran los gestores del gobierno del estado con los grupos de poder al interior de la UABJO. Las viejas prácticas de los grupos cuasi mafiosos no pueden desaparecer de la noche a la mañana.
Veteranos universitarios que bien saben de cómo masca la iguana me dicen que, en la otra negociación, en lo oscurito, los líderes sindicales reclaman plazas en el gobierno del estado para abonar al fin del conflicto laboral. En el caso del Steuabjo, su dirigente Ariel Abelardo Luján y su círculo cercano ligado al chapito, pretenden un centenar de contratos de trabajadores eventuales. La tirada es inflar la nómina de trabajadores para tener más votos para la próxima elección de Rector.
Más que los ofrecimientos de la parte patronal, lo que enreda el conflicto es el fenómeno de la corrupción. En las pláticas con los abogados de la Universidad y las autoridades laborales, los dirigentes del Steuabjo y sus leguleyos están en la ruta de la corrupción. Sostienen que la crisis económica y académica en la institución, es culpa de los altos funcionarios no de los trabajadores y advierten: “a nosotros nos cumplen nuestras peticiones y en su larguísimo pliego de más de 50 puntos, piden todo lo que ha vedado la SEP.

EVIDENCIAS
Muchas denuncias hay sobre la rampante corrupción de los ex rectores coludidos con los dirigentes de los seis sindicatos, pero hasta hoy, el gobierno federal parece decidido entrar al rescate de la Universidad postrada como rehén de los grupos de poder. A pesar de las nuevas reglas laborales que dicta el gobierno federal, siguen las malas mañas. Por ejemplo:
En negociaciones bajo la mesa con los líderes del Steuabjo, cabildean conocidos personajes que lo mismos incendian conflictos que apagan fuegos en la UABJO. Entre ellos está Fernando López Cruz, alfil del Secretario de Administración del gobierno del estado. Está negociando plazas para desactivar la huelga. Fernando fue dirigente del Steuabjo y con su hermano Isaac, además de ser empleados de la Universidad son burócratas del estado.

NADA NUEVO
Así como hoy pretenden cientos de plazas por órdenes del Chapito que es el que mueve al Steuabjo, desde los tiempos de Leticia Mendoza como Rectora, el sindicalismo universitario fue corrompido en busca de clientelismo político. Como en la UABJO sigue vigente el arcaico método del voto universal y directo, el grupo de poder que controle los sindicatos, lleva las de ganar en cualquier elección, hasta la de Rector. Así que en cada revisión laboral, el fin principal de cada sindicato es engrosar su número de afiliados.
Desde los tiempos de Leticia Mendoza, llegó para quedarse la nefasta práctica de inflar la planta laboral sindicalizada. Cada año autorizaban cientos de contratos y plazas, Los líderes abrevaron de las mañas de los rectores y caciques y de los paquetes convenidos reclamaban plazas para sus efebos, novias, familiares, amantes, etc. Violaban sus propios contratos colectivos de trabajo. Hoy la nómina se sigue saturando con nietos y más recomendados de los capos de los seis sindicatos. Incluyeron en sus contratos acuerdos aberrantes. Cuando muere un trabajador o se jubila, su plaza es heredada a un pariente en línea directa.
Vicios como estos multiplicaron el pago de prestaciones sociales y económicas. Lo mismo pasa como los sindicatos de académicos también controlados por los grupos caciquiles. Los Chapos, La Loba, el Pingüino, y otros que fueron Rector, ordenan recategorizaciones y contrataciones de tiempo completo. Su fuerza de control político la basan en el número de sindicalizados que tienen a su servicio. Los Chapos son sobresalientes porque, además, tienen una bien estructurada legión de porros.
En cada escuela, cada cacique, de acuerdo a su fuerza, pone o quita director. Estos tienen que atender las ordenes de contratar como maestros a sus incondicionales y familiares.
Así se han multiplicado las prestaciones y crecido el pago de cuotas obrero patronales como el Infonavit, IMSS, pago de útiles escolares y el costo de otros pagos tan absurdos como el día del abuelo, día del niño, de la madre, apoyo por matrimonio, prima vacacional, maternidad. Un sindicalista me dice que “hay compañeras que se llenan de hijos para gozar de todas estas prerrogativas”.
Esto es lo que los hace rechazar cualquier cambio en la relación laboral como propone la SEP. Aunado está la escasa productividad. Solo hay que ver la suciedad en los edificios y jardines. Tampoco aceptan la capacitación. El último Rector que pudo aplicar los cursos de oposición, fue Hermenegildo Velásquez. Solo concretó tres concursos.
Con Francisco Martínez Neri y El Pingüino inició la descomposición en el manejo de los recursos y el control político. El decaimiento de la Universidad inició con los Chapos -Abraham Martínez y su hijo Eduardo- cuando lo más temerario de la clase porril invadió las posiciones de mando en la academia. Son, además de golpeadores, altos funcionarios de la UABJO y a la vez funcionarios en puestos políticos. Mañana seguimos con esta triste historia.

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