Llamado Cívico
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Llamado Cívico

 


En mi columna pasada, hablé de los excesos del poder constituido como una de las causas de las miserias morales de los pueblos, el día de hoy abordaré la segunda de ellas: la indiferencia, pero en sentido contrario, es decir, demostrando como la participación de la sociedad civil organizada en coordinación con los diferentes niveles de gobierno tienen como consecuencia beneficios a la propia sociedad, y voy a referirme a un hecho en concreto: El pasado 21 de agosto de este año, el Diputado por el partido Morena, Arturo Toledo Méndez, presentó la iniciativa con proyecto de decreto por el que la Sexagésima Tercera Legislatura Constitucional del Honorable Congreso del Estado de Oaxaca declarara que el mural del Maestro Rodolfo Morales ubicado al interior del edificio que ocupa el palacio municipal de Ocotlán de Morelos, sea Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca, mismo que fue aprobado por mayoría calificada con el carácter de urgente y obvia resolución, es decir, al momento en el que fue presentado, fue sometido a votación y aprobado, razón por la que actualmente dicho mural ya forma parte del patrimonio cultural de nuestra entidad.

Pero ¿Qué importancia tiene esa declaratoria para fines prácticos?, a mi parecer, mucha, pues debemos recordar que el Maestro Rodolfo Morales nació en la población de Ocotlán de Morelos, Oaxaca, el día 8 de Mayo del año de 1925, fue un artista plástico reconocido a nivel local, estatal, nacional e internacional, convirtiéndose así en parte de la historia misma de dicha Ciudad, de nuestro Estado e incluso referente de México ante el mundo; aunado que se caracterizó por realizar diversas acciones con la finalidad de fomentar la cultura y el progreso de su ciudad natal, siendo de su interés que sus acciones perduraran más allá de su muerte, la cual se dio a causa del cáncer de páncreas que padecía, el 30 de enero del año 2001, sin embargo, logró constituir la Asociación Civil denominada “Fundación Cultural Rodolfo Morales” en el año 1992, la cual hoy es la que se encarga de mantener vivos los ideales de dicho artista plástico.

Con la citada declaratoria, el propio Estado protege la obra que el Maestro Rodolfo Morales realizó por amor a su pueblo, y evita que se corra el riesgo de que se pueda destruir o perder por la falta de criterio de las autoridades locales en turno, como en su momento sucedió en el año dos mil trece, cuando el entonces Presidente Municipal Javier Villanueva Rodríguez y el presbítero Saturnino Hernández pretendían retirar la obra plástica del citado artista plástico del atrio del templo de Santo Domingo Guzmán en la población de Ocotlán de Morelos, Oaxaca, lo cual podría haber provocado que se perdiera para siempre parte de la historia de dicha población.

Y hablo de que se trata de un ejercicio cívico, porque la multicitada declaración se logra al coincidir la voluntad de todos los actores que participaron, a quienes les une: el sentimiento de veneración hacia la obra de un gran ocoteco de talla internacional, como lo fue el Maestro Rodolfo Morales, el amor a su tierra y el entendimiento que, en el ejercicio de sus respectivas funciones pueden hacer mucho por la cultura en Oaxaca, es así como Alberto Morales Sánchez, Presidente de la Fundación Cultural “Rodolfo Morales” A.C. y el Ciudadano Raúl Mendoza Vásquez, Presidente Municipal Constitucional de Ocotlán de Morelos, se coordinan como sociedad civil organizada y autoridad municipal para hacer la petición de la citada declaratoria ante el Diputado Arturo Toledo Méndez, quien la entiende, acepta y en ejercicio de su función legislativa lo solicita ante el Congreso, logrando así, proteger parte de la historia de Ocotlán de Morelos.

En definitiva, los pueblos tienen los gobiernos que merecen, es por ello que como ciudadanos tenemos el deber cívico de involucrarnos en los temas de interés público, coadyuvando con el gobierno, pues los servidores públicos también son ciudadanos y solamente ejercen un mandato que les hemos otorgado para que, de manera coordinada podamos alcanzar nuestro fin como género humano que es el bien común, entonces debemos reflexionar que clase de ciudadanos somos, ¿Aquellos que señalan y se quejan de todo lo que ellos mismos provocan? O ciudadanos propositivos que entendemos que gran parte de la responsabilidad de que las cosas marchen bien depende de nuestro nivel de cultura cívica.