¡Votar desde la cárcel!
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

El medio es el mensaje

¡Votar desde la cárcel!

 


Por Gerson Hernández Mecalco*

 

Las personas que están en las cárceles de México, piden a los políticos en campaña, tener acceso a la justicia; para volver a creer en las instituciones. “Mi nombre es Lukas y maté a un vato, porque asesinó a mi hermano y la policía no hizo nada, en mi barrio anduvo paseándose como si nada, por eso tuve que vengarme”. Este es el testimonio de un adolescente en conflicto con la ley en Nuevo León, Monterrey, que pide a las y los candidatos a la gubernatura en la entidad más acceso a la justicia. ¿Y saben por qué es importante?, porque, aunque no lo crean, la reinserción social nos conviene a todos.

 

Hace unos días la asociación Reinserta recogió propuestas de personas privadas de la libertad y adolescentes en conflicto con la ley para acercarlas a las y los candidatos a la gubernatura de NL. En el marco del proceso electoral del seis de junio, 949 personas privadas de la libertad sin sentencia pudieron votar por primera vez desde la cárcel, como parte de un programa piloto, de cara a las elecciones de 2024. Durante nueve horas de talleres se escucharon definiciones de violencia, maltrato, feminicidio, faltar al respeto, homicidio, riñas, agresiones, bullying, entre otras.

 

Durante las sesiones, una conclusión fue que “la venganza es mala para pedir que se acabe la violencia. La venganza no es una herramienta”. Los adolescentes dicen que les hubiera gustado que en su colonia existieran canchas para hacer deporte, aparatos para hacer ejercicio, más escuelas cerca de sus casas y más lámparas. Una queja generalizada es que “no hay justicia en mi barrio, los policías no hacen su trabajo”. Con mucho ánimo dicen que estarían dispuestos a ir a escuelas a platicar sus testimonios, para ayudar a las morras y morros; y evitar que los malandros de los cárteles de Sinaloa, Noroeste o los de la última letra, seduzcan con dinero a niñas y niños para que a los 10 años trabajen como sicarios o prostituyéndose.

 

Durante las actividades, los adolescentes dibujaron objetos para darles otro significado. Por ejemplo “un cuchillo que sirve para matar personas, lo debemos usar para cortar fruta, es decir en un objeto de no violencia. Una cadena que sirve para atar personas, la debemos romper para que la gente sea libre… Luego una resortera debemos de cambiar su uso, de agredir a personas, a jugar con los amigos”. Un niño de 15 años y que mide menos de un metro y 30 cm afirmó que “si tuviera a ese tal Samuel, a la señora Clara o al otro vato, les pediría que hicieran pláticas para la no violencia, que nos escuchen, nosotros queremos trabajar, tener canchas para jugar futbol, basquetbol, volibol, que nos manden unos balones, que nos den unos costales, caretas y guantes de box. Queremos hacer ejercicio. Nosotros nos equivocamos, pero queremos cambiar”.

 

Otros testimonios fueron el de madres con sus hijos en la cárcel. Laura es una mujer de 30 años y sufrió el infierno del Topo Chico: “Vivimos en una sociedad donde la crítica es muy fuerte, a mi hija de seis años la molestan porque su madre está en la cárcel, y mi hija la adolescente que es la que cuida a la chiquita, está comenzando a drogarse”.  Por último, Gabriel, un ex integrante de la última letra afirmó que: “El Topo Chico era un penal endemoniado, tengo recuerdos que aún me cuesta trabajo procesar, hoy vivo más tranquilo aquí en Apodaca”. Ahora que las personas privadas de la libertad pueden votar, seguramente en 2024 una prisión podrá ser la diferencia entre la victoria de un candidato y otro. Las cárceles deben ser espacios para la reinserción social, sin bajar la guardia a los delitos de alto impacto; porque, aunque usted lo dude, nos conviene a todas y todos.

 

 

Recta final en Cuernavaca. La relación entre Jorge Arguelles, candidato a la alcaldía de Cuernavaca, Morelos (PES y Morena), se ha tensado con el gobernador Cuauhtémoc Blanco ¿La causas? 1.- La ventaja que tenía se ha acortado, 2.- Las denuncias interpuestas con pruebas, por parte de otros candidatos, de no acreditar su residencia de al menos cinco años como pide la autoridad electoral, 3.- No es la primera vez que Arguelles se ve relacionado en estos temas; en 2018, presentó documentación que “acreditaban su dudosa residencia” de Jojutla, Morelos para ser candidato a diputado por el distrito 4. No es un secreto que su código postal es de Hermosillo, Sonora. ¿A poco Cuernavaca tendrá su primer presidente municipal originario del norte del país?, ¡Arre!

 

*Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM, @gersonmecalco