Pandemia y educación en México
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El hombre y su palabra

Pandemia y educación en México

 


Con semanas de anticipación, los países latinoamericanos observaban el efecto devastador que traería el COVID-19.  Desde la paralización de las actividades económica hasta las decenas de miles de muertes que se registraban en países como Italia y España, día a día las noticias nos mostraban lo que en poco tiempo iba a pasar en nuestra región. Aunque tuvimos la fortuna de que la pandemia no inició de este lado del mundo, por otro parte, hemos sido desafortunados por carecer de un Estado de Bienestar capaz de garantizar derechos sociales como la salud, el trabajo, la alimentación o la educación.

El 3 de abril, cuando México registraba 1,688 casos confirmados y 60 defunciones por la pandemia de COVID-19, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer su informe América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: Efectos económicos y sociales.  Este documento contiene un diagnóstico y los probables efectos de la pandemia en el ámbito económico, el comercial, en el acceso y uso de internet, y social. Desde esas fechas se advertía cómo impactaría la contingencia sanitaria en la educación, aquí algunos elementos que señala el texto: la paralización de las actividades en las aulas tendrá efectos significativos en el aprendizaje, principalmente en los grupos más vulnerables; la suspensión de las clases tendrá un impacto más allá del educativo, afectará en la nutrición, en el cuidado y la participación laboral de los padres (especialmente de las mujeres); ante las brechas en el acceso a las computadoras e internet, los procesos de enseñanza y aprendizaje no están garantizados; y, América Latina enfrenta un reto en la formación de docentes en materia de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

El pasado 25 de junio, en reunión virtual con integrantes de la Subsecretaría de Educación Básica, el secretario Esteban Moctezuma informó que al menos 800 mil estudiantes de tercero de Secundaria no continuarán su tránsito a la Educación Media Superior. También mencionó que para el próximo Ciclo Escolar 2020-2021, se redoblarán los esfuerzos para garantizar el acceso y la permanencia de más jóvenes de la Educación Básica a Media Superior.

No puede culparse totalmente a esta administración de los efectos de la contingencia sanitaria sobre la educación de millones de niñas, niños, y adolescentes, aunque eso no evita que se cuestione su actuar. Como ocurrió en el sector de salud, el panorama educativo era de claroscuros durante las administraciones pasadas. Nunca se plantearon transfórmalo en beneficio de las niñas, niños y adolescentes, así como de los docentes y el resto de la población.

De acuerdo con el documento del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ¿Qué funciona y qué no en desarrollo educativo de niñas, niños y adolescentes?, con información del ciclo escolar 2016-2017, en la educación primaria casi la totalidad (99.5%) de una generación de este nivel termina en tiempo y forma. Respecto al nivel de secundaria, el abandono escolar se incrementa al 3.9% y la reprobación al 4.9%, y alcanza una eficiencia terminal del 88.1%, esto quiere decir que más de una décima parte de los alumnos en una generación queda rezagada.  Los indicadores son críticos en la educación media superior, ya que Coneval estimaba que casi 12% de los alumnos podrían abandonar la escuela durante el ciclo escolar, cerca de una sexta parte podría reprobar y solo 68.6% terminaría en tiempo y forma.

Además de estos indicadores, el estudio del Coneval recupera información sobre el desarrollo educativo de niñas, niños y adolescentes. De igual forma, no encontraron resultados alentadores. Por ejemplo, en 2015, 49.5% de los estudiantes de sexto de primaria del sector público, a nivel nacional, se encontraban en nivel insuficiente (NI) en el ámbito de lenguaje y comunicación, y 60.5% en matemáticas. En el servicio de educación indígena, 80% de los niños se clasifican en logro insuficiente en lenguaje, mientras que 83.3% en matemáticas.

En México, a mayor nivel educativo, incrementa el porcentaje de probabilidades de abandonar o reprobar en la escuela. Por otro lado, aunque las niñas, niños y adolescentes puedan acceder y mantenerse en el sistema educativo, esto no es garantía de que se alcancen resultados positivos en el proceso de enseñanza y aprendizaje; esta situación se agrava en la educación indígena.

Coneval refiere que el precario desarrollo educativo de niñas, niños y adolescentes tiene cuatro causas: bajo desarrollo organizativo en los servicios de educación, el cual tiene que ver con el diseño organizacional tanto de los gobiernos como de las autoridades de niveles locales y sectoriales; insuficiente capital cultural  de familias, estudiantes y docentes; incremento de la deserción, reprobación e inasistencia escolar, causados por la estructura económica y política; y, la falta o insuficiencia de infraestructura básica, mobiliario y materiales en las escuelas.

Después revisar las intervenciones implementadas para mejorar el desarrollo educativo de niñas, niños y adolescentes, Coneval encontró, entre otras cosas, lo siguiente: intervenciones como becas en educación básica, horarios extendidos en jardín de niños, bonos a la asistencia de maestros, información para padres vía boleta de calificaciones, transferencias condicionadas a la asistencia, alfabetización a las madres de familia y capacitación para comités escolares han tenido efectos significativos en la mejora de los resultados en pruebas cognitivas, o de alguna asignatura en particular, en español y matemáticas.

La pandemia por COVID-19 vino a exponer las vulnerabilidades de sistema educativo. Era imposible que el gobierno pudiera brindar la actividad educativa al impacto del nuevo coronavirus, además de que éste afectó a los ámbitos económico y social, los cuales igualmente repercuten en la probabilidad de que los niños y adolescentes continúen sus estudios y asimilen conocimientos. Sin duda, se debe evaluar la respuesta que dio el gobierno para lograr concluir el ciclo escolar 2019-2020, así como los mecanismos o medios para el inicio y desarrollo del ciclo 2020-2021. Por otro lado, esta administración tiene la oportunidad, que sus antecesores desaprovecharon, de proponer y ejecutar intervenciones que mejoren sustancialmente el desarrollo educativo de niñas, niños y adolescentes.

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