Insabi: perspectivas y retos
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El hombre y su palabra

Insabi: perspectivas y retos

 


Desde el primero de enero, iniciaron las funciones del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi),  órgano descentralizado de la Secretaría de Salud (SSa). De acuerdo con el comunicado 336 de la SSa, las personas sin seguridad social podrán recibir atención médica y medicamentos gratuitos, sin necesidad afiliarse ni pagar cuotas, solo deben presentar su credencial del INE,  CURP o acta de nacimiento.

El Insabi  la propuestas más importantes en materia de salud de esta administración federal, ya que no solo sustituye al Seguro Popular, sino que contempla objetivos más amplios: pretende brindar atención universal para todos los padecimientos, incluidos aquellos que generan gastos catastróficos;   para garantizar y mejorar la atención en los servicios, el instituto reclutará médicos y enfermeras; además plantea justicia laboral, ya que se basificará a quienes han estado trabajando de forma eventual; también busca garantizar el abasto de medicamentos y el equipamiento suficiente para todos los niveles de atención de salud, asimismo se pretende rehabilitar y ampliar la infraestructura médica.

Son importantes las perspectivas que se tienen con el Insabi, sin embargo, hay que considerar los retos que enfrenta este nuevo instituto, así como las instituciones públicas que conforman el Sistema Nacional de Salud. En diversas publicaciones, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) ha señalado el esfuerzo que implica la creación de un sistema de universal de salud, principalmente porque éste no puede pensarse sin financiamiento suficiente, y lo cual preocupa en un contexto de austeridad financiera y por la falta de una reforma fiscal.

En su investigación Consideraciones de Impacto Presupuestario, el CIEP realiza estimaciones del costo del Insabi en tres modalidades: gasto per cápita por afiliación, gasto per cápita por uso y costos de salud. En cada uno de estos escenarios crearon bandas, tomando en cuenta la población con Seguro Popular y/o IMSS Prospera, así como a toda la población sin seguridad social. Sobre el impacto presupuestario en estos tres escenarios, esto es, el resultado de restar  el presupuesto asignado para el Seguro Popular y el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) en 2018, a pesos de 2019, que suma 169 mil 840 mdp a los costos calculados en cada escenario, estimaron que en el primero oscilaría entre 162 mil 063 y 441 mil 562 mdp, en el segundo entre 240 mil 321 y 905 mil 227 mdp, y en el tercero entre 348 mil 994 y 622 mil 780 mdp. Además, el centro de investigación calculó el costo laboral de basificación, el cual podría ascender a $17,991 mdp, cantidad a la que habría de sumarse el costo por pago de cuotas a la seguridad social.  Asimismo el documento considera la transición epidemiológica y el cambio demográfico, aquí  señala que para brindar servicios de salud  a toda la población que no cuenta con seguridad social, con un paquete de servicios ilimitados, tomando en cuenta los costos actuales de salud, así como el cambio demográfico y la transición epidemiológica sería equivalente a destinar 3.2% del PIB de 2019. No obstante, en 2035, debido al cambio demográfico y el perfil epidemiológico, los costos podrían elevarse hasta 4.1% del PIB.

A los retos en materia presupuestaria hay que añadir los referentes a la transición e implementación. De acuerdo con un reportaje de sin embargo.mx, en estos días prevalece la incertidumbre en la ciudadanía y trabajadores de la Ciudad de México, ya que no se les ha informado respecto de cómo operará el Insabi. Además, personal administrativo y medicina dijo desconocer las modificaciones que se llevaron a cabo por el nuevo instituto. En el caso de aquellas personas que no contaban con Seguro Popular, en los centros de salud y hospitales, vía el personal de Trabajo Social, les han explicado que de no contar con Seguro Popular se les cobrará la atención médica.

Sin duda, se debe planear y garantizar el financiamiento del nuevo instituto, permitiendo así que millones de personas puedan tener acceso servicios de salud, y con ello mejorar su calidad de vida; por lo pronto, es fundamental informar y explicar su funcionamiento, tanto a las personas que contaban con Seguro Popular, como aquellas que no estaban afiliadas, al personal administrativo y médico.  Como con los otros programas y proyectos del gobierno federal, el Insabi sólo podrá acercarse a los objetivos planteados toda vez que su implementación sea la más adecuada posible y corrigiendo aquellos problemas que salgan durante el camino. Como se ha dicho en este espacio, las buenas intenciones no son suficientes.