Ceder: Fracaso político
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Editorial

Ceder: Fracaso político

 


Desde el lunes pasado, como ya es habitual en sus métodos de lucha y validados por el torcido informe de la Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH), que prácticamente los victimiza, la dirigencia y las hordas magisteriales tomaron oficinas de gobierno y cerraron el crucero del aeropuerto y el paso en Hacienda Blanca. El motivo era solicitar una mesa diálogo con el gobernador Alejandro Murat, no con algún subordinado, pues ellos negocian con los primeros niveles no con segundones. El martes la presión siguió y se exacerbó con el secuestro y privación ilegal de la libertad de al menos 20 funcionarios y empleados del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO). Es decir, secuestrar para negociar.

Además, claro, de bloqueos carreteros, en cruceros, calles y avenidas, ocasionando un severo malestar ciudadano. Habida cuenta de la política blandengue que se está operando en estos tiempos, que nos equiparan a los peores momentos del régimen anterior, se les instaló a los dirigentes, la famosa mesa de diálogo en la que, según lo dieron a conocer los mismos dirigentes, prácticamente doblegaron al gobierno y en el tema de la bilateralidad, están a punto de volver a volver a tomar el control del IEEPO.

Lo anterior representa el suicidio político del gobernador Murat Hinojosa y uno de los reveses más absurdos hacia el pueblo de Oaxaca. Ni los sismos, ni las lluvias ni la adversidad que se ha volcado sobre la entidad tiene implicaciones tan graves como volver a otorgarle a esta cofradía de facciosos y falsos revolucionarios, el control de la dependencia que maneja o conduce la política educativa del estado. La presión, los bloqueos, el gobierno sometido a los atropellos de esta secta maldita se está concretando con fines abiertamente perversos. La pregunta es: ¿Qué hay detrás de esta infamia al pueblo oaxaqueño, a la educación pública, a la gobernabilidad? ¿En dónde está la aplicación de la Reforma Educativa y la ley que se aprobó para poner en marcha la más importante de las reformas estructurales? No cabe duda pues, que en el actual régimen vamos retrocediendo, paso a paso. Toda comparación es mala, dice el vulgo, pero en términos políticos hay que decir que el pequeño salto que dio Gabino Cué, presionado por la Federación, aquel 20 de julio de 2015, al devolver al Estado la rectoría de la educación, hoy está naufragando.

Riesgos para la salud

Si bien es cierto que el gobierno de la ciudad exhortó a la ciudadanía a evitar arrojar basura en las calles, avenidas, camellones, etc., ahora que se mantuvo cerrado el basurero municipal, es evidente que cualquiera evitó tenerla en su casa y que la misma fuera invadida por plagas de ratas o cucarachas. Durante más de una semana, que los mismos chantajistas de siempre cerraron los accesos al basurero municipal, ubicado en jurisdicción de la Villa de Zaachila, por problemas políticos y necesidad económica, la capital oaxaqueña asemejó una gran zahúrda. Fueron miles de toneladas de desechos los que se generaron a diario en la capital y los municipios conurbados que depositan en el mismo lugar y que estuvieron en esquinas y camellones, representando un serio riesgo para la salud pública. Como lo hemos mencionado en ocasiones anteriores, ya es tiempo de que se busque un nuevo sitio que pueda estar fuera del alcance de quienes hoy se han adueñado prácticamente del predio en donde actualmente está ubicado. Cerrar los accesos a dicho tiradero ha sido desde hace mucho, una trampa en la que hacen caer redonditos a gobernantes y presidentes municipales. Sólo en los meses que lleva este gobierno municipal, las crisis de la basura se han multiplicado, lo que obliga a preguntar: ¿qué está pasando en verdad en dicho rubro?

Hoy en la agenda municipal, los problemas citadinos se han exacerbado. Tal parece que hay mano negra para agudizarlos. Sin embargo, resulta una afrenta u orfandad de negociación política o de capacidad para explorar los canales institucionales, que de nueva cuenta y justo cuando se prevé el arribo de miles de visitantes del país o el extranjero por la fiesta del Día de Muertos, la presión política sobre el gobierno de la ciudad se haga más evidente. El tema de la basura hizo que de nueva cuenta la ciudad asemejara un estercolero y no la majestuosidad de Patrimonio Cultural de la Humanidad, que le fue otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), hace justamente 30 años.

En realidad la imagen tan grotesca y deplorable que presentó nuestra ciudad y los argumentos vagos con los que se justifica la situación, dan pena ajena. Oaxaca capital ha ido perdiendo poco a poco, no sólo la imagen de provincia cultural y de gran riqueza, para devenir la estampa de un pueblo sin ley, violento, sin gobierno y con miles de problemas encima, detrás de los cuales se advierten fuertes móviles políticos.