Postergada comparecencia
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Opinión

Editorial

Postergada comparecencia

 


Desde hace meses, por aquellas cuestiones burdas de los procesos electorales, el Congreso del Estado ha ido difiriendo la comparecencia del titular de la Fiscalía General del Estado (FGEO), Arturo Peimbert Calvo, quien había sido citado para explicar algunos de los rubros preocupantes en la entidad y lo que ha hecho al respecto la dependencia autónoma, como es el caso de las operaciones ilícitas del llamado “Cártel del Despojo”, que ha devenido un escándalo nacional, además, por supuesto, de temas como el crecimiento en los feminicidios y las acciones emprendidas para combatirlo, acotarlo o actuar conforme lo dicta la norma, en contra de los presuntos autores materiales. El miércoles 10 de agosto, diputadas y diputados locales acordaron finalmente re-agendar la citada comparecencia. Esperamos que ahora sí se cumpla.

Sin poner en tela de juicio el trabajo que ha desarrollado el funcionario, hay temas que requieren de una explicación no sólo ante la representación popular sino ante la sociedad en general. La cadena de crímenes que se han dado en la entidad, en donde prevalecen las ejecuciones de células criminales, hacen que nuestra entidad esté muy lejos de ser de las más seguras del país. En ello, por supuesto, mucho tienen que ver las acciones y estrategias que ha desplegado el área respectiva: la Secretaría de Seguridad Pública, sobre todo en el ámbito de la prevención del delito. Sin embargo, lo que se informa a la sociedad son sólo minucias y cuestiones poco trascendentes, no la esencia de dichas acciones y los resultados. La FGEO arrastra –eso se dice- un gran rezago en materia de feminicidios, tanto que hasta el mismo ejecutivo estatal ha sorbido tragos amargos al respecto, como fue la protesta en el Auditorio Guelaguetza en el primer Lunes del Cerro y, a la semana siguiente, en el desfile de delegaciones, cuando una mujer lo abordó con una cartulina en la mano con el número 666, que son los feminicidios a lo largo de su gobierno.

Se espera pues, que la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura del Estado, que preside la diputada local del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Laura Estrada Mauro, defina fecha y hora para la referida comparecencia y que, de una vez por todas, el ciudadano de a pie haga uso de su derecho a la información para saber qué ocurre con esta apretada agenda de temas, cada vez más preocupantes.

 

Federación: Dando tumbos

 

Entre los mexicanos hay una gran preocupación ante el acertijo que representa el rumbo que el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende darle al país, dado el control anormal que ejerce sobre un poder legislativo sumiso, agachón y cómplice de decretos y acuerdos, con un indiscutible tufo autoritario. Dicha preocupación se ha vuelto una especie de psicosis, pues todo apunta a que están surgiendo posturas irracionales que violentan nuestra Constitución, como es la idea planteada hace unos días de que la Guardia Nacional sea incorporada sin más, a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), no sólo pasándose por alto el decreto con el cual fue creada, sino con la amenaza de que seguirá siendo un órgano civil de seguridad. Lo que ha quedado claro es que el presidente no escucha a nadie y cualquier ocurrencia que le viene a la mente, es motivo de obstinación y rechazo ante cualquier opinión en sentido contrario.

No son pocos los ex abruptos presidenciales que mantienen en suspenso a importantes sectores de la sociedad. Uno de ellos la tensa relación con nuestro vecino y mayor socio comercial: los Estados Unidos de América, justamente por su obstinación de violar el Tratado de Comercio con dicho país y Canadá (TMEC) y la forma tan infantil de hacer frente a los reclamos de dichos países. La carrera diplomática se ha ido prácticamente a la basura, ante la forma tan torpe en la que se ha visto la relación de México con el mundo y la aplicación de los principios básicos de nuestra política exterior, que le dieron un reconocimiento mundial a nuestro país en el pasado. Hoy, cualquiera puede ser embajador o cónsul, para buscar lealtades o para pagarlas.

El empecinamiento para llevar a cabo las grandes obras sexenales, están llevando al país a una verdadera crisis económica, pues puede no haber recursos para medicinas o programas de salud, pero se pagan millones de sobre-costo tanto en la refinería de Dos Bocas o en el Tren Maya, que ha deforestado partes importantes de la Península de Yucatán. Otro absurdo es el desprecio por las energías limpias para poder devolverle el monopolio de la generación de energías con fuentes fósiles a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa que, está demostrado, es deficitaria al igual que Petróleos Mexicanos. A poco más de dos años de concluir su gestión, todo apunta a que López Obrador sigue dando más poder al Ejército, en lo que se atisba lo que algunos califican como un posible golpe militar.