Programas sociales, un fracaso
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Editorial

Programas sociales, un fracaso

 


En diversas fechas, EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, ha publicado notas respecto al fracaso de algunos programas sociales federales, operados por la Secretaría de Bienestar y su representación en Oaxaca. Uno de ellos es el de “Adultos Mayores”, que contempla un apoyo económico a las personas que rebasan los 65 años de edad. Según lo hemos publicado, personas de la tercera edad de comunidades empobrecidas se han quejado de que entregaron sus documentos de manera oportuna y completa desde hace dos años. Y desde entonces los traen a las vueltas, no reconociendo errores de los llamados “Servidores de la Nación”, que cada día exhiben más su torpeza, sino ocultando la realidad y aprovechando la necesidad para hacer ir a dichas personas una y otra vez a las oficinas y seguirles dando largas a su tema.

Hay todo un directorio pues de personas que no fueron o han sido dadas de alta en el padrón de beneficiarios del citado programa. Extrañamente aparecen sus nombres pero no en el rango de beneficios. Las hay que entregaron su documentación desde hace dos años hasta ocho o seis meses. El argumento cotidiano es que, en virtud de que hubo una prolongada veda electoral, primero por la elección de “revocación de mandato”, en el mes de abril y, posteriormente, el proceso electoral de julio, es decir, una parálisis administrativa de casi cuatro meses, los trabajos de alta se suspendieron. Pese a ello, ningún empleado o funcionario da una razón de peso para que las personas afectadas puedan tener un motivo válido del por qué siguen a la espera de su apoyo, el cual debe otorgarse por mandado presidencial.

Lo anterior contradice el discurso oficial que se emite de manera cotidiana en torno al éxito de dicho programa. Es decir, funcionarios menores o empleados de tercera le fallan al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y, arrastrando un pernicioso burocratismo, siguen lucrando con la necesidad de personas adultas, algunas de ellas enfermas y con poca disponibilidad de trasladarse de un lugar a otro, para verificar si al fin sus nombres figuran en el padrón y recibir el citado beneficio económico. Al menos en Oaxaca, que no tiene pocos casos, la súper delegación de Bienestar, responsable del referido programa social, debe verificar la situación real de éste y resolver conforme a derecho, los casos en los que los mismos empleados, responsables del registro, debieron equivocarse.

 

Problema diferido

 

Una vez que se solucionó, sólo de manera temporal la crisis de la basura, el gobierno de Oaxaca de Juárez, que preside Francisco Martínez Neri, además del Cabildo, deben dedicarle tiempo y esfuerzo a la solución definitiva del tema citado. No se trata sólo de buscar paliativos a un asunto que se ha venido postergando desde hace tal vez una década o más. Porque en realidad proyectos los ha habido, sólo que la mayoría ha fracasado. Hace años trascendió que había pláticas con la comunidad de Tocuela, Ocotlán, para construir ahí el relleno sanitario. Rumores y trascendidos más o menos, nada se llevó a cabo. Hace poco más de un año se supo, asimismo, que en San Andrés Zautla se tenía el propósito de llevar a cabo un proyecto para tal objetivo. Tampoco se logró nada. En fin, todos han sido propósitos fracasados.

El reto que tienen encima no sólo los cinco municipios que tendrán acceso temporal hasta el cierre definitivo: Oaxaca de Juárez, la Villa de Zaachila, San Bartolo Coyotepec, Santa María y San Martín Tilcajete, sino, además, la veintena de municipios de los Valles Centrales que ocupaban el tiradero municipal, buscar lugares adecuados para realizar sus propios depósitos. Es decir, están contra el tiempo pues, se sabe, antes de que concluya este año el actual relleno sanitario, con todos los millones que le puedan aportar para mantenerlo vigente, ya no será factible de seguir funcionando. Bajo esa premisa, ya no vale pues que de repente se suspenda la recolección con el daño colateral a la ciudadanía, cuando las autoridades municipales ya están emplazadas a crear sus propios rellenos.

Se entiende que, como ya hemos comentado en este espacio editorial, no será tarea fácil para el edil Martínez Neri y equipo, habida cuenta de los gravísimos problemas financieros que le heredó su antecesor y correligionario, Oswaldo García Jarquín, que se estimaron en 386 millones de pesos. Sin embargo, existen formas más o menos convencionales en las que se pueda solucionar el tema de la basura. La cuestión es que no se puede esperar más, lo que implica que no se trata de un proyecto a largo plazo sino algo inmediato, prioritario, que no admite más demoras. Veremos pues si el segundo gobierno municipal de la capital, emanado de las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), no sale igual o peor al fiasco que tuvimos en el trienio pasado.