Octava de La Guelaguetza
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Opinión

Editorial

Octava de La Guelaguetza

 


Como ya es tradicional desde aquellos legendarios “Lunes del Cerro”, hoy se celebra la octava de dicho evento. Desde esos tiempos se decía que una sola presentación no era suficiente para que nuestros pueblos originarios mostraran la riqueza de sus costumbres, tradiciones, bailes y danzas. Por ello, se instauró la Octava. Para algunos escritores costumbristas de nuestras tradiciones, dado que el primer Lunes del Cerro, casi siempre coincidía con la fiesta de la Virgen del Carmen, era obligación religiosa celebrarla a los ocho días. Sin embargo, no siempre fue así. Las fechas del primero y segundo lunes fueron variando, de tal suerte que hoy mismo estamos en la celebración ya en el mes de agosto. Hay que subrayar que el primer lunes no se pudo llevar a cabo el pasado 18 de julio, en virtud del aniversario luctuoso de don Benito Juárez.

Al revisar el programa para los dos eventos de hoy, se observan que participarán las mismas delegaciones que el lunes pasado, tomando en cuenta que hay algunas que son insustituibles, como la “Flor de Piña” o “La Danza de la Pluma”, aunque a veces por otras comunidades o grupos. La segunda, por ejemplo, es interpretada con ciertas especificidades por Cuilapan de Guerrero, la Villa de Zaachila o Teotitlán del Valle. Es el caso del “Jarabe Mixteco” que puede ser interpretado por grupos folklóricos de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco o por los de Huajuapan de León. En principio pues, la Octava tenía como justificación la presentación del mayor número de bailes y danzas tradicionales de las ocho regiones de la entidad. Si bien es cierto que, hasta el año de 2007, se tenían sólo dos presentaciones. Una cada lunes. Sin embargo, el éxito comercial de nuestra Guelaguetza, cedió a la tentación de hacerla un verdadero negocio y se llevan a cabo dos presentaciones cada lunes.

Hoy, con la presentación vespertina concluyen los festejos de julio y Oaxaca vuelve a la normalidad de su vida cotidiana. Terminan pues los días de fiesta, de ferias, convites y calendas y, si bien hemos vivido el chantaje y la presión de organizaciones sociales y temas como la basura, los mismos se atenuarán o volverán con mayor fuerza. Cada fin de sexenio se agudiza la protesta, ante el término de una administración que, hasta este momento y a cuatro meses de cerrar su ciclo, tuvo como filosofía jamás aplicar la ley y dejar que los menos, vulneraran los derechos civiles de los más.

 

Rendición de cuentas

 

Con el fin de las fiestas de julio, la ciudadanía espera, asimismo, que funcionarios responsables tanto del gobierno estatal como municipal, rindan un informe pormenorizado del éxito económico o fracaso de los festejos aludidos. Como lo hemos comentado, se presentaron irregularidades en la venta de boletos de acceso a La Guelaguetza y muchas quejas de parte de turistas del país o el extranjero, por los costos exagerados y burdos. Las autoridades deben tener un catálogo de los abusos que se cometieron y del favoritismo hacia ciertos eventos. Ya son de todos conocidos los excesos que hubo en la llamada Feria del Mezcal o los cobros indebidos. Ante todo, debe existir un balance de los recursos que se invirtieron, las erogaciones y las ganancias obtenidas, si es que las hubo. No hay que olvidar que el porcentaje de ocupación hotelera fue de al menos el 80%, por lo que debe haberse generado una buena suma vía impuestos.

En donde seguramente tendrán que dar un informe pormenorizado es en el ayuntamiento de la capital, luego de la concesión durante las fiestas de julio a más de 500 comerciantes en la vía pública, bajo el argumento de que ahora sí, con la autorización del ayuntamiento, los propietarios de los puestos pagarán los derechos. Adicionalmente, es importante subrayar que el evento denominado “Donají, la leyenda” ha estado históricamente bajo la responsabilidad del gobierno municipal. El mismo fue antes gratuito, sin embargo, en los últimos años se ha cobrado la entrada, con boletos numerados y emitidos por una empresa, lo que permite advertir que hay un rendimiento económico que debe ser objeto de informe financiero.

Es decir, al concluir los mencionados festejos de julio, la ciudadanía debe ser informada, aparte de las sobadas cuentas alegres de la Secretaría de Turismo, que cada temporada repite el éxito de la temporada vacacional, traducida en promedio de ocupación hotelera, número estimado de visitantes del país y el extranjero, además, obviamente, de la derrama económica que dejaron en el estado. Todo ello, a partir del gran atractivo que tiene nuestra capital, los Valles Centrales y nuestros destinos de playa, que no son producto precisamente de las cotosas campañas publicitarias de este año, que rebasaron con mucho, las de otros años. De todo ello, el ciudadano que hace uso de su derecho a la información, deberá estar enterado.