Impresionante rezago
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Opinión

Editorial

Impresionante rezago

 


Se presume que hoy o mañana concluye, oficialmente, el año lectivo escolar, 2021-2022. Por tanto, las escuelas de educación básica, media y media superior, concluyen el ciclo, con las consabidas clausuras. Sin embargo, el resultado en el aprovechamiento de los educandos en el sistema educativo oficial, es en verdad lamentable. Pese a lo que se diga de manera oficial, a través del Instituto Estatal de Educación Pública del Estado (IEEPO), en torno al cumplimiento en planes y programas, lo cierto es que, desde que inició la contingencia sanitaria por Covid-19, en marzo de 2020, el proceso enseñanza-aprendizaje fue severamente afectado, tanto que a la fecha no se ha podido regularizar, en detrimento mayor al rezago que desde hace más de cuatro décadas arrastra la educación pública en Oaxaca. Esto es: la pandemia, sus restricciones, las clases en línea y la suspensión en las clases presenciales en las aulas, vino a incrementar aún más el atraso histórico de niños y jóvenes.

Durante los últimos cuatro años de este gobierno se ha publicitado mucho la relación institucional que se ha mantenido con el magisterio afiliado a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). En efecto, sin abdicar de sus soterradas demandas económicas, los dirigentes de los maestros llamados democráticos si bien no han arriado sus demandas, al menos se han aplicado a cumplir medianamente con su labor docente. Con lo que no contábamos era con la emergencia que trajo consigo el Covid-19 y sus efectos colaterales, pues con todos los buenos propósitos de la dirigencia seccional, sus colegas simplemente se regodearon en la comodidad de la contingencia y, argumentando pobreza y rezago económico en sus comunidades, además de falta de conectividad, abandonaron las aulas. Pocos, muy pocos siguieron otorgando a sus alumnos (as) asesorías o clases en línea. La mayoría se dedicó estos dos años y medio a realizar otras actividades, contribuyendo a un pernicioso aumento en el rezago educativo.

¿Cuándo será el día en que los alumnos oaxaqueños de nivel básico, media y media superior alcancen los niveles aceptables en educación? Es prácticamente imposible. Hay que recordar que el atraso se fue acumulando con cerca de cuarenta años “de lucha”, desde el nacimiento mismo del llamado Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca (MDTEO). Hoy, los maestros tienen la justificación de que hubo un responsable más: la pandemia y sus efectos.

 

Vialidad caótica

 

Atado de manos como está el edil de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri, luego de arrastrar un boquete financiero que le dejó su antecesor y primer presidente municipal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Oswaldo García Jarquín, a quien ha solapado a placer, es difícil creer que hará alguna obra relevante en lo que le resta de gestión. Ha cedido ya en comodato dos espacios culturales: la llamada Casa de la Ciudad y el Museo del Ferrocarril y, según algunas fuentes, se apresta a hacer algo similar con parques y jardines. En pocas palabras, el ayuntamiento de la capital no tiene recursos. Está en una cuasi indigencia. ¿Cómo esperar que se lleven a cabo grandes proyectos, cuando hemos visto que no hay presupuesto ni para las más elementales necesidades? Las cosas no han mejorado. Policías mal pagados y peor pertrechados, en poco pueden contribuir a paliar la inseguridad. Trabajadores sindicalizados haciendo otras cosas o permaneciendo en descanso por la contingencia de Covid-19.

La temporada vacacional mostró con singular crudeza uno de los problemas citadinos que se han exacerbado en los últimos tiempos: la vialidad. Es impresionante que gobiernos locales hayan ido y venido sin reparar en que, en ciertas horas –y más en la temporada vacacional- el tráfico vehicular es infernal; que existe sin castigo un vicio ampliamente arraigado: la doble fila y que una ciudad como es Oaxaca, con siglos de historia, ya no tolera más vehículos de motor contaminantes. A nuestra caótica vialidad hay que añadir la falta de una partida presupuestal para el mantenimiento del sistema de semáforos que, en ciertos rumbos de la capital, de plano ya no funciona. Pero, sobre todo, que los elementos de Vialidad son insuficientes para hacer de la circulación algo racional en una capital considerada de las más bellas del mundo.

La capital pues, requiere de un gran proyecto para la vialidad que incluya, obviamente, a los municipios conurbados y los Valles Centrales. Es decir, recuperar los estudios realizados en administraciones pasadas para instrumentar un plan integral de desarrollo urbano, que contemple la agilización de los recorridos y tiempos que se hacen de un lugar a otro. En efecto, hay obras en curso que tratarán de paliar la saturación vehicular, pero no es suficiente. Algo tiene que hacer la administración de Martínez Neri para llevar a cabo la cacareada Cuarta Transformación, así sea a nivel local.