Nuevos contagios al alza
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Opinión

Editorial

Nuevos contagios al alza

 


Los llamados a los Servicios de Salud en el estado (SSO), para fortalecer las medidas de prevención en la sociedad, han sido como llamadas a misa. Sin embargo, las autoridades a nivel nacional han reportado un crecimiento inesperado de casos de Covid-19 no sólo en el país sino en Oaxaca. Justo cuando desde el inicio de esta semana arrancaría el programa de vacunación por niños entre 5 y 11 años, ha trascendido que el relajamiento en los protocolos sanitarios ha creado el caldo de cultivo para más contagios y, consecuentemente, decesos. Sin duda alguna, lo que se ha vivido en fechas recientes no se compara con las cifras que se dieron en los “picos” de la pandemia tanto en 2020 como en 2021. Ello no obsta para que las autoridades sanitarias, en este caso los SSO insistan ante la población el uso masivo y permanente del cubre-bocas, la sana distancia y el gel antibacterial.

Es cierto, en muchos lugares o sitios de reunión, lugares públicos, restaurantes y otros se toma la temperatura corporal y no han dejado de aplicarse ciertas medidas, hay una que ya no se cumple y es la distancia. Lo cierto es que, como adelantamos hace unos días, estamos en vísperas del período vacacional de verano y, en consecuencia, de la afluencia de miles de visitantes del país o el extranjero. Además de ello, siendo una de las temporadas de mayor afluencia por los festejos de julio, el riesgo de contagios masivos está a la vuelta de la esquina. No se trata de que por aumentar la afluencia o por generar una mayor derrama económica se ponga en riesgo a los propios y a los visitantes. Por tanto, no sólo las autoridades sanitarias sino las Secretarías de Turismo estatal y municipal, deben verificar que los sitios de hospedaje y convivencia, además de los lugares en donde se llevarán a cabo los eventos masivos, cumplan con los protocolos sanitarios.

No hay que olvidar que han sido las mismas autoridades sanitarias las que han permitido el citado relajamiento en la aplicación de los protocolos, con la idea de que el virus del SARS-CoV2, ya se extinguió. Obvio que no es así. El mal sigue haciendo daño y no existe cura para las nuevas cepas que, según expertos, son más letales y peligrosas. Esperamos que este exceso de confianza no provoque más daño entre la población. A la fecha más de 6 mil oaxaqueños han perdido la vida. Ya no queremos perder a más familiares, seres queridos o compañeros.

 

Desacuerdos edilicios

 

Luego del impasse de las reuniones de Cabildo virtuales de hace unas semanas, por la ausencia del edil, Francisco Martínez Neri, justificada en cuestiones de salud, tal parece que deben afianzarse los acuerdos edilicios, más allá de ideologías, colores o partidos políticos. La gobernanza debe darse sin remilgos, muchos menos roces y fricciones. Ello va como comentario, en virtud de que el presidente municipal no ha podido concitar el apoyo, incluso de sus mismos correligionarios del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que se traduce en parálisis en las acciones que se propone llevar a cabo o que cada concejal haga lo que le plazca, haciendo eco de su autonomía relativa. Dicha situación es preocupante, pues para nadie es un secreto que los ciudadanos de la capital llevamos con éste, cuatro años en los que no se han visto obras públicas o acciones de gobierno que valgan la pena. Sólo aspirinas para un mal grave.

La inseguridad citadina está a tambor batiente. Los asaltos violentos a bancos y otros negocios; los robos en la Central de Abasto y otros delitos, siguen haciendo que el ciudadano de pie haya manifestado en encuestas y mediciones, que no se siente seguro al salir de su casa y circular por las calles. A todo ello hay que añadir la situación del entorno urbano, en agencias y colonias, con baches y obras malhechas. Un sistema de semaforización deficiente y el constante deterioro del casco citadino. Ya lo hemos dicho recientemente. El robo impune de tapas de alcantarillas y de medidores de consumo de agua potable que, aunque parezca increíble, sigue impune con bandas de rateros operando a plena luz del día. Y una más: la constante deforestación ante la pérdida de árboles añejos, plagados y enfermos, en lo que parece no repararse.

La agenda citadina pendiente es enorme. No obstante, las reuniones del primer concejal y el resto de regidores y síndicos, parece no llegar a ninguna parte, toda vez que lo único que ahí prevalece son los desacuerdos y fricciones. Si a ello se agrega el irresuelto tema del comercio en la vía pública y la enorme deuda que sigue vigente, con la consecuente descapitalización y empobrecimiento del erario municipal, todo indica que como sociedad estamos perdidos. Por todo lo anterior, es importante subrayar que, como gobierno local, hay que olvidar colores, ideologías y fracciones, para emprender las acciones que la sociedad requiere. Porque lo que hasta hoy se ha visto, es un pernicioso sectarismo.