Oficio de riesgo
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Oficio de riesgo

 


La semana pasada, en las páginas de El Mejor diario de Oaxaca publicamos una nota preocupante. Según el Instituto Internacional de Prensa (IPI), con sede en Viena, de 45 periodistas que fueron asesinados en el mundo, durante 2021, cumpliendo con su labor de informar, 7 fueron mexicanos, lo cual convierte a nuestro país en el más peligroso a nivel mundial, para el ejercicio de esta noble profesión. Mucho hemos insistido en el tema. Pese a la sobada insistencia de que en México hay un respeto irrestricto para la libertad de expresión y de prensa, los periodistas están en total indefensión para llevar a cabo su labor, no sólo ante políticos y funcionarios que tienen la piel muy sensible, sino ante los poderes fácticos como es el crimen organizado. Éste ha sido uno de los ejes que más han fustigado a los medios de comunicación.

En los últimos días de diciembre, también trascendió la amenaza de llevar a tribunales a algunos periodistas, como Ricardo Ravelo, quien ha realizado serias investigaciones para mostrar presunta complicidad entre un gobernador y grupos criminales. Nada nuevo en el país. La relación entre el narco y la política se da en los diversos niveles de gobierno, más en estos tiempos. Sin embargo, lo que está en tela de juicio es que las filas del periodismo se siguen diezmando ante la intolerancia en el mismo gobierno federal y sus similares estatales, además, obviamente, de los citados grupos delictivos. Los crímenes cometidos en contra de periodistas llevan consigo un estigma irrebatible: la impunidad. Son contados los casos en que los autores materiales o intelectuales pisan la prisión. 

A todo este escenario preocupante –ya lo hemos dicho- hay que agregar la constante descalificación de medios y periodistas, desde la tribuna mañanera. El circo ése inventado por el presidente de México, para denostar a los periódicos, calificado como la moderna Inquisición respecto a las supuestas mentiras, ha ido perdiendo vigencia, pero ha creado en el país una especie de aversión hacia todo aquello que los medios publican y difunden a diario. Ha sido pues, un organismo internacional quien ha calificado a nuestro país, por arriba de la India y Afganistán, como el más peligroso y letal para ejercer esta noble profesión. Aparte de satanizar nuestra labor, encima se asesina a reporteros, columnistas o directivos de páginas electrónicas.

Virus se disemina

Noticias en realidad alarmantes escuchamos en los últimos días de diciembre del año próximo pasado, respecto a la proliferación del virus del SARS-CoV2, en su variante ómicron, por todo el mundo, principalmente en los países europeos, como Francia, Italia y Reino Unidos, que han rebasado los 100 mil casos diarios de contagio. En Oaxaca, según las autoridades sanitarias, no hemos estado a salvo. Desde la semana anterior, tal como lo informamos en edición del 30 del mes pasado, se tenía detectado un caso de dicha cepa. Pero hay muchos, muchos más. Si bien se ha dicho que, aunque dicha variante es altamente contagiosa, también se sabe que es menos letal que otras, ello no obsta para relajar las medidas sanitarias que han sugerido las autoridades y tengamos otra vez, repuntes preocupantes justo como el que hoy tiene la Ciudad de México, que obligó al gobierno de dicha capital a suspender eventos masivos, ante el riesgo de propagación del virus.

Uno de los factores de mayor riesgo es la falta de vacunación. Ya hemos comentado que la ignorancia y el escepticismo son vehículos letales para que el virus haga estragos en el ser humano, como es el caso de aquellas personas que de manera reiterada se han negado a vacunarse. Algunos porque son escépticos de la existencia del virus, pese a la información que circula a diario respecto a su letalidad y otros, porque siguen consumiendo cosas que, en su momento, han sido descartadas por la medicina, como es el caso del hidróxido de cloro. Sólo el esquema de vacunación total es el antídoto eficaz para evitar que el virus lleve a la tumba a quien lo contrae, habida cuenta de que si bien se han anunciado medicinas para combatirlo, éstas no han sido aún calificadas por los organismos responsables, como es el caso de la Cofepris en México.

La proliferación de la nueva cepa, ómicron, es un hecho. Nada nos salvará de ello. No podemos estar exentos de una situación que se ha propagado por el mundo, además porque en el país no existen restricciones como en otros, para evitar que viajeros que provengan del exterior sean los portadores. Mientras en países europeos hay cierres de vuelos procedentes del extranjero o cuarentena para algunos viajeros, en México hay entrada libre. A poco de celebrarse la Navidad, en Puerto Vallarta se prohibió la entrada de un crucero proveniente de Los Cabos, con decenas de viajeros contagiados a bordo. Es cierto, muchos lugares viven del turismo, pero ello no debe ser motivo para que el virus que portan algunos visitantes se disemine poniendo en riesgo la salud y la vida de los sitios de recreo.