Compromiso renovado
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Compromiso renovado

 


Los setenta años de vida de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca es, para la empresa familiar que lo mantiene de pie, conjuntamente con el equipo de directivos, reporteros, editores, formadores, personal de talleres, publicistas y empleados de administración, la renovación de un compromiso con nuestros lectores, pero, particularmente, con el pueblo oaxaqueño que nos sigue permitiendo estar en sus hogares cada día. Las siete décadas que este diario se ha mantenido vigente en el mundo de la información no ha sido una tarea simple. También ha habido carencias, preocupaciones y sufrimiento. Consolidarse como uno de los diarios más antiguos del país; con una reconocida trayectoria de profesionalismo y apego a estrictos códigos de ética; a la verdad y a la oportunidad, ha sido una labor en la que sólo puede conseguirse, con dedicación y vocación de servir.

Hace poco más de un mes iniciamos una nueva faceta informativa, a través de la televisión y radio por internet. Se trata de aprovechar todo aquello que generamos día a día en nuestras páginas impresas y en la versión electrónica, para conformar la plataforma multimedia, acorde a los tiempos que vivimos y haciendo uso de las tecnologías más sofisticadas de la información. Pese a ser considerado por muchos como un periódico tradicional, nuestro diario combina en perfecta armonía la tradición y la modernidad. Su tamaño estándar es inconfundible al igual que la cantidad de información que manejaba en sus siete secciones y que, por la situación adversa que ha traído consigo la pandemia de Covid-19, se ha reducido a cinco, sin demérito de su rico y variado contenido. Nada nos ha detenido, pues como dijimos ayer, hemos capoteado con estoicismo y valentía los embates no sólo económicos sino también las presiones del poder público, las restricciones a la libertad de expresión y los intentos de censura.

Hemos llegado pues al convencimiento de que arribar a a mayoría de edad nos da nuevos ánimos para seguir avanzando, con la confianza de que al empuje de nuestros fundadores y el que le han impreso los hermanos Fernández Pichardo: Mina, Benjamín, María de los Ángeles, María Esther y, en su momento, María del Carmen, (q.e.p.d.), viene detrás una nueva generación que continuará la tarea de servir a los oaxaqueños, con la misma fortaleza moral y enjundia con la que inició este proyecto familar el 26 de noviembre de 1951.

 

Ambulantes: Lucha fracasada

 

El tema del comercio en la vía pública en el Centro Histórico de la capital oaxaqueña tiene muchas aristas. No es un asunto simple. Hay muchas manos y muchos intereses. Con el desalojo que el gobierno de la ciudad instrumentó en el mes de julio, el cual resultó una especie de juego del gato y el ratón, afloraron señales de corrupción, manejo político, inercias que vienen del pasado y que no han podido subsanarse. Datos recientes revelan que un censo aproximado de 1 mil 600 comerciantes en diversos espacios urbanos es, asimismo, un suculento platillo para funcionarios e inspectores. Sin embargo, es importante subrayar que para darle una solución definitiva hay que evitar que el fenómeno siga creciendo; darle a quienes viven de este negocio, una alternativa de vida, creando tal vez plazas o espacios en las mismas, de manera regulada.

Esto es: que el ambulantaje no sea considerado más como un rubro que camina al filo de la ley, a escondidas o a salto de mata, sino que pague impuestos, sin afectar ni a terceros ni al comercio establecido. Porque, lo que se sabe, es que aquellos que sí están fuera de norma, son los rehenes de grupos y células delictivas; de organizaciones o partidos políticos que los utilizan a placer. Bajo esta premisa, el tema debe resolverse de manera coordinada: gobierno estatal y municipal. No se va a solucionar a golpes y catorrazos o dejando en la indigencia a cientos de familias que se mantienen de la economía informal. La solución no es “dejen de comprarles” ni andarlos persiguiendo como si fueran animales. Estamos de acuerdo en que dan una pésima imagen. Los que manejan sempiternos dirigentes convertidos en potentados por todo lo que cobran, a los que maneja Sol Rojo, UACOL o el Frente Popular Revolucionario.

En la medida en que a unos sí y otros no, en la aplicación de medidas de restricción; en cuanto a unos se les mida con un rasero y a otros no, habrá resistencia. Algo como la máxima juarista de: “a los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”. Eso no va a funcionar. Lo que hemos visto hasta hoy es un fracaso institucional para desalojar el Centro Histórico. Se salen hoy y mañana están de vuelta o buscan espacios alternativos para asentarse. Insistimos: la imagen de pueblote que nos da ese comercio anárquico y ubicado en calles y banquetas, es deprimente. La solución, debe ser, en efecto, la aplicación de la ley ofreciendo alternativas y salidas negociadas para quienes se han regularizado. Pero no permitir que el directorio siga creciendo.