Proyecto viable, aunque complejo
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Opinión

Editorial

Proyecto viable, aunque complejo

 


Si bien es cierto que se trata de un proyecto novedoso que, obligadamente tiene que consensuar con la ciudadanía, la bici-ruta es una alternativa potencial para apaciguar los índices cada vez más preocupantes de contaminación en la capital oaxaqueña. Una ciudad catalogada hasta recientemente como una de las más bellas de México y, según algunas publicaciones de gastronomía y viajes, del mundo, debe presentar también alternativas de desarrollo sustentable. En efecto, nos hace falta cultura para el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo. Sin embargo, hay conciencia plena de que es el más económico para miles de ciudadanos, estudiantes, obreros, empleados, etc., que pueden con ello prescindir del transporte público o el uso del automóvil. Insistimos: tampoco es de la noche a la mañana cuando se pueda crear una cultura al respecto como en las principales ciudades de Europa o, incluso, con los avances que se han tenido en la Ciudad de México.

La llamada “Bici-ruta”, que apenas se está poniendo en marcha en la Colonia Reforma de la capital oaxaqueña, ha encontrado apoyo, pero también oposición. Ambas están totalmente justificadas. Veamos por qué. En principio, la ya instalada en las calles de Amapolas ha tenido sus pormenores, en virtud de que es una vía importante, habida cuenta de que es una especie de desfogue de quienes vienen del Centro de la ciudad y se dirigen hacia la zona norte, área densamente poblada de la ciudad y una salida cuando nuestra capital está ahorcada por bloqueos. Cuando esto ocurre –lo sabemos- los automovilistas y operadores del transporte urbano, se van en sentido contrario, se suben a las banquetas y no se respeta ningún confinamiento o exclusividad en los carriles. 

Si existe una colonia en donde el estacionamiento en la vía pública es casi imposible desde las 6 am hasta entrada la noche, es la Colonia Reforma, no obstante que se ocupan en ambas banquetas. He ahí el quid de las protestas de los vecinos de la calle de Emilio Carranza. De no disponerse de espacios públicos para aparcar los vehículos y ante la falta de control de los estacionamientos, cuyos cobros los imponen los propietarios, ¿dónde se estacionarán maestros de escuelas, mercaderes, empleados y los mismos vecinos, ante un escenario de mantener un carril exclusivo, en donde invadirlo es motivo de cuantiosas multas? 

Afectaciones a economía

El problema del comercio en la vía pública, que fue desalojado del zócalo de la capital oaxaqueña, pero emigró a la zona de los mercados, sigue ocasionado serios descalabros al comercio establecido. En efecto, dicho asunto fue dejado al arbitrio de las circunstancias por el ayuntamiento de la capital, hasta recientemente que explotó, se quiso resolver a golpes y catorrazos, sin los resultados que se esperaban. En el mes de julio, como a tiempo lo informamos en El Mejor diario de Oaxaca, los comerciantes informales fueron desalojados del zócalo, pero de inmediato se pasaron a las calles de García Vigil; posteriormente a las de Reforma y, finalmente prácticamente rodearon los mercados “20 de noviembre” y “Juárez Maza”, con las molestias de los locatarios, que han visto mermadas sus ventas y ganancias. Más aún, con la absurda idea de cerrar con vallas metálicas las principales calles del Centro Histórico.

Dicha medida, que se ha mantenido desde la fecha señalada, sigue ocasionando serios problemas al comercio establecido que no ha visto ninguna recuperación en los casi en los casi 19 meses que llevamos de contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19. La semana anterior, enardecidos comerciantes quitaron las referidas vallas, las cuales fueron instaladas de nueva cuenta por el municipio de Oaxaca de Juárez. El gobierno de la ciudad sigue insistiendo en que el tema del ambulantaje debe ser resuelto por el gobierno de Alejandro Murat, quien ha reiterado una y otra vez que, si bien existe disposición de su administración para resolverlo, es un tema de competencia del gobierno local. Y en esos dimes y diretes, quienes siguen perdiendo son los comerciantes establecidos.

Mucho tiene que ver en que no haya solución por la abulia mostrada por el presidente municipal, Oswaldo García Jarquín. Ya se vio en el pasado conflicto con los trabajadores de limpia, afiliados al Sindicato “3 de marzo”. Murat abrió la puerta al diálogo y evitar que la capital siguiera como estercolero, sin embargo, el edil capitalino simplemente hizo mutis. Tuvo que llegar al edificio de la Plaza de la Danza el Secretario General de Gobierno, Francisco García López, para mediar en el conflicto y se pudieran reactivar las actividades de limpia en la capital. Posturas cerradas y obstinadas de poco sirven para gobernar una ciudad como ésta. Hace falta sensibilidad, como es el hecho de mantener cerradas las calles cuando asoman, por la temporada del “Día de Muertos”, visos de recuperación.