Civilidad ante todo
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Editorial

Civilidad ante todo

 


Una vez que estamos ya inmersos en el año electoral que tendrá su desenlace el año que viene, los órganos electorales, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), deben hacer llamados enérgicos a los partidos políticos, a fin de que en el proceso que inició desde principios del mes de septiembre, se lleve a cabo en estricto apego a la ley y con probada civilidad y madurez. La publicidad de algunos aspirantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), a la candidatura al gobierno de Oaxaca, ya se exhibe por todas partes, lo cual constituye, de acuerdo a la ley vigente, actos anticipados de campaña, habida cuenta que, según las reglas de dicho partido, la convocatoria para el registro de aspirantes se podría difundir a fines del mes de noviembre, con lo cual podrán ser objeto de las encuestas con las que se habrá de definir el candidato.

A ello hay que agregar las reuniones y mítines en todo el estado, lo que se ha calificado como un abierto proselitismo. Es importante subrayar que dichas acciones son más usuales entre aquellos que tienen un cargo de elección popular, pero que disfrazan dichos actos, con supuestas reuniones para informar de gestiones ante comunidades y ciudadanos. Tal cual si se ubicaran en un estatuto diferente al que rige los procesos electorales. A todo ello hay que agregar, como lo comentamos en un editorial reciente, acciones que son calificadas como guerra sucia. Ante la falta de control y vigilancia de partidos y aspirantes, cada quien difunde sobre todo en redes sociales que, a la fecha no tienen regulación, lo que podrían ser denuestos, descalificaciones y hasta calumnias, todo con el propósito de anular las posibilidades de aquellos que ubican como adversarios reales o potenciales.

El golpeteo puede provenir del mismo partido o de los de enfrente. En Oaxaca esto es común en tiempos electorales. Con aquella vieja sentencia de que en política y en la guerra todo se vale, hay quienes aprovechan estos tiempos de rejuego político para arremeter en contra de sus adversarios, a quienes ven como enemigos, incluso difundiendo a través de trolls o boots, cuestiones personales o familiares. El objetivo es hacer daño, exhibir, jugar sucio para lograr el propósito de desacreditar al de enfrente. INE y IEEPCO, deben anticiparse a estas acciones y hacer un llamado a los actores e institutos políticos a conducirse con civilidad y madurez.

Migración y corrupción

E l fenómeno de la migración no es actual ni, mucho menos, exclusivo de lo que hemos vivido en México, con miles de migrantes indocumentados que cruzan el país en su ruta a los Estados Unidos. Los flujos migratorios se han exacerbado en los últimos tiempos. Por un lado, fue la política inicial del presidente López Obrador, respecto a “nuestros hermanos de Centroamérica”. Incluso se habló de ofrecerles empleo temporal. Sin embargo, las presiones del gobierno de Estados Unidos y la amenaza cumplida de la construcción del muro en nuestra frontera norte, hicieron desistir de esa visión humanitaria. Las deportaciones y detenciones están a la orden del día, aparte, por supuesto, de tratos denigrantes en contra de los migrantes. Persecución y repatriaciones, son el complemento de esta política errónea.

A pesar de estas acciones para contener las oleadas migratorias, al país entran por miles, a veces en caravanas, por una frontera sur porosa y accesible al tráfico humano. Oaxaca es un paso obligado de miles de ellos. Y también parte del infierno que viven africanos, guatemaltecos, haitianos, salvadoreños, hondureños y demás. Hay fuentes que revelan las operaciones que se dan en las garitas del Instituto Nacional de Migración o en los supuestos retenes de la Guardia Nacional, la Policía Estatal y la Agencia Estatal de Investigaciones. Los permisos temporales no interesan a quienes los bajan de los autobuses o tractocamiones para recibir el soborno y permitir el libre tránsito. El negocio es tan rentable que, hasta presidentes municipales en funciones o electos, le entran al mismo.

Y con soberbia absoluta cierran los accesos a sus comunidades, fingiendo que es por seguridad o para mantenerlas libres de entes extraños que sean factores de contagios de Covid-19. El tráfico de indocumentados en poblaciones del Istmo se lleva a cabo con total cinismo. Igual se da por tierra o por mar; en terreno llano o en montañas; cerca de las vías del tren o hasta en taxis foráneos. No es pues, sólo el gran negocio de los grupos criminales que los reclutan, secuestran, extorsionan o asesinan. También impacta en los jefes policiales de los tres órdenes de gobierno. Y nos preguntamos: ¿y dónde están los enjundiosos defensores de los derechos humanos? ¿Dónde los visitadores de la CNDH o de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca? Seguramente atendiendo otros temas que sus titulares consideran relevantes. Los migrantes pueden esperar.