La trata en Oaxaca
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Editorial

La trata en Oaxaca

 


Desde hace algunos meses, ciertas publicaciones han ubicado al estado de Oaxaca como una especie de paraíso de la trata de menores de edad. Algo tiene que haber de cierto cuando desde hace al menos tres años se han registrado de manera sistemática desapariciones de menores de ambos sexos. Es impresionante la cantidad de jovencitas que siguen siendo buscadas por sus familiares sin éxito alguno. Las desapariciones se siguen dando sin que las autoridades den una respuesta a las mismas. Algunas investigaciones apuntan a que, en el caso de adolescentes y jóvenes, hay casos en los que han sido sacrificadas luego de que sus victimarios han abusado de ellas. En otros, que sus secuestradores las han llevado a la capital del país u otros estados para explotarlas en prostíbulos y antros de vicio. Más aún, que las han enviciado para tenerlas sometidas.

El pasado domingo 10 de octubre corrió como reguero de pólvora la desaparición de cuatro menores de edad, oriundos de Tlacolula de Matamoros. De las primeras pesquisas se sabe que un menor de 13 años los habría conectado a través de las redes sociales, con un video-juego denominado “Free fire”, con el señuelo de que podrían ganar mucho dinero. En poco tiempo juntó a cuatro menores, los cuales fueron despojados de sus teléfonos móviles y llevados a la capital oaxaqueña. Por fortuna, trascendió, uno de los teléfonos tenía el sistema GPS, lo que permitió a los angustiados padres y madres de familia dar con el paradero de sus hijos. El hallazgo se dio, con el apoyo de elementos policiales de Santa Lucía del Camino, en una casa de esta municipalidad. Las cuatro víctimas estaban a punto de salir de la entidad junto con sus captores, quienes los llevarían a la Ciudad de México y, posteriormente a Monterrey.

Lo anterior debe poner en alerta a las autoridades, principalmente a los organismos de seguridad y a la Fiscalía General del Estado (FGEO), dado que dicho ilícito no ha sido lo suficientemente castigado en la entidad y la impunidad con la que se ha protegido, ha hecho que bandas criminales dedicadas a dicho ilícito sigan operando. En el Congreso del Estado, hace poco se aprobó la creación de la Fiscalía Especializada en Búsqueda de Desaparecidos (as), sin embargo, los legisladores (as) sólo crearon un membrete, habida cuenta de que no cuenta con los recursos ni el personal para operar. 

Migrantes: Sus beneficiarios 

El incremento brutal de los flujos migratorios que penetran al país por la frontera sur de Guatemala, impactan de manera directa en Oaxaca, cuya posición geográfica está, justamente, en la ruta para emprender el camino hacia el norte del país. El paso de centroamericanos, haitianos, asiáticos y demás que penetran por nuestra porosa frontera, se ha incrementado. Siempre los ha habido, pero hoy, incluso hay centenas de migrantes que permanecen en albergues o deambulando por las calles de Ciudad Ixtepec, Juchitán de Zaragoza o Santo Domingo Tehuantepec. Esa situación, sin embargo, ha alertado a los grupos criminales que ven en los migrantes rehenes potenciales de extorsión y explotación. Hay que reconocer que el fenómeno no es nada nuevo, pero se ha exacerbado con el aumento en los flujos migratorios. 

Nadie ignora que los autobuses de pasaje, amén de carros de carga e incluso tractocamiones son empleados para el tráfico de indocumentados. Tampoco es un secreto que las bandas dedicadas a este infame ilícito, trabajan de manera coordinada con los mismos administradores o vistas del Instituto Nacional de Migración (INM), que laboran en las garitas de Novillero, entre San Pedro Tapanatepec y Zanatepec, o la que se ubica en La Ventosa. Cada uno debe llevar la cuota para poder transitar por la zona en la que están ubicados. Pero hay algo más. También la Policía Estatal y la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) le han entrado al negocio. De todo ello, tampoco están ajenos algunos presidentes (as) municipales, como es el caso de la edil de Jalapa del Marqués que, por las noches manda cerrar con candados los accesos a la población. Envía a la policía municipal a abrirlos, cuando penetran autobuses cargados de indocumentados.

Por desgracia, la Guardia Nacional es, como alguien la calificó, el cuerpo de edecanes más caro para el erario federal, pues sólo se aparece en eventos violentos, pero no termina de ubicar las bodegas en donde los famosos “polleros” o traficantes llevan a los indocumentados que caen en sus redes. Muchos de aquellos que hacen el tránsito por su cuenta, lo hemos sabido por la información que se genera en otras entidades del país, muchas veces corren la mala suerte de caer en manos del grupos criminales, quienes los secuestran y asesinan. Oaxaca, se sabe, es parte del infierno que viven aquellos que se aventuran a buscar el “sueño americano”, pues aquí también se les explota impunemente.