Remembranza histórica
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Opinión

Editorial

Remembranza histórica

 


El pasado 15-16 de septiembre celebramos los 211 años del inicio del movimiento por la Independencia de México. Hoy se celebran los 200 años de la consumación de esa etapa histórica que vino a consolidar al país como una nación independiente y soberana. Un día como hoy, pero de 1821, se llevó a cabo este acontecimiento histórico, que sería una especie de corolario de la lucha independiente que inició el cura Miguel Hidalgo y Costilla. Desde que ésta inició fueron 11 años de una lucha sin cuartel entre insurgentes y realistas. Los primeros, criollos que apoyaban la independencia y los segundos, fieles defensores del status quo colonial. Según datos que están disponibles en internet, con la muerte del cura José María Morelos y Pavón en 1815, la lucha por la independencia pareció decaer ya que sólo quedaban movimientos aislados, como fueron los dirigidos por los generales Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.

El coronel Agustín de Iturbide trató de derrotar a Vicente Guerrero sin éxito, por lo cual le propuso una alianza para lograr la Independencia. El insurgente primero aceptó para obtener la autonomía absoluta de España. En febrero de 1821, se reunieron en Acatempan, Gro., donde acordaron las bases del Plan de Iguala, en el que se estableció la declaración de Independencia, bajo la tutela de la Corona española, así como el respeto de la religión católica. Para el cumplimiento de estos acuerdos se formó el Ejército Trigarante, sumándose nuevos caudillos al plan y obteniéndose nuevas victorias sobre las tropas del gobierno virreinal, que fortalecieron la independencia.

Finalmente, en agosto de 1821 se firmaron los tratados de Córdoba, en los que se estableció la Independencia de la Nación Mexicana, denominándose Imperio Mexicano, con un gobierno monárquico constitucional. España no aceptó los Tratados de Córdoba ni la capitulación que había firmado Juan O‘Donojú; ante esta nueva negativa el Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, dando así por consumada la lucha de independencia, firmando al día siguiente el Acta de Independencia. En diciembre de 1821 se planea una conspiración en la Ciudad de México, con el propósito de establecer la república; en ella se encuentran involucrados Miguel Domínguez, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo, entre otros. Los conspiradores fueron encarcelados.

Daños colaterales

Si bien es cierto que en los últimos días hemos tenido una calma relativa en lo que a lluvias se refiere, justamente por la reducción de la actividad ciclónica y de tormentas tropicales, también es cierto que las precipitaciones que tuvimos en semanas anteriores, generaron serios problemas. La infraestructura carretera de la entidad, no sólo las vías federales ya conocidas, sino también decenas de caminos vecinales, han padecido derrumbes, deslaves, daños costosos para el erario. Los frentes fríos y actividad pluvial ocasionó serios problemas en al menos 46 comunidades y municipios oaxaqueños, como la zona de Matías Romero, Petapa, Xadani, Juchitán y decenas más. Vecinos de la zona huave, en comunidades como Santa María o San Mateo del Mar, reportaron gravísimos daños en sus viviendas y cultivos. Las poblaciones ganaderas o agrícolas resintieron graves pérdidas, como lo mencionamos en el editorial de días anteriores, donde abordamos la ausencia del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden).

La capital oaxaqueña no ha estado a salvo de los daños de la temporada. Hemos abordado ya la situación de las calles y avenidas y de la apatía del gobierno de la ciudad para reparar las afectaciones. En días pasados, en la agencia municipal de Pueblo Nuevo, vecinos y transportistas se dieron a la tarea de reparar los daños a la carretera 190, provocados por los escurrimientos de cerros y laderas, que llevan consigo lodo y piedras. Se trata de una iniciativa ciudadana que nada tiene que ver con la responsabilidad oficial, sino en contraposición a ésta. En la misma capital, en la avenida Manuel Ruiz, en la Colonia Reforma, una vía eternamente afectada por baches y hoyancos, han sido taxistas los que se han dado a la tarea de tapar con piedras y arena.  

Sin embargo, hay zonas habitacionales en donde el peligro pende sobre las cabezas de los vecinos. En las colonias La Cascada, tanto Lomas como el Fraccionamiento, el reblandecimiento de la tierra por las lluvias de semanas anteriores, han puesto en jaque gigantescos árboles de eucalipto, algunos de los cuales ya se han venido a tierra. Y existen al menos una centena que están en riesgo de desplomarse. Se trata de ejemplares añejos que si bien no han ocasionado hasta hoy daños personales, deben ser atendidos por las áreas correspondientes del gobierno de la ciudad. No esperar a que, como dice el dicho popular: después del niño ahogado, se tapa el pozo.