Salud: Responsabilidad de todos
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Editorial

Salud: Responsabilidad de todos

 


Desde hace poco más de un mes, presidentes municipales de la región del Istmo de Tehuantepec tomaron medidas enérgicas ante lo que se presumía, era la tercera ola de Covid-19. Primero fueron Salina Cruz y Santo Domingo Ingenio. Sin embargo, como hemos comentado en fechas anteriores, la pandemia no ha dado tregua ni a dicha región ni a otras. Por ello, desde el jueves 29 de julio, otros municipios se declararon, en voz de sus autoridades municipales, en semáforo rojo, imponiendo restricciones a la movilidad y a la realización de festejos religiosos o familiares. Además de los dos mencionados, que se han mantenido en este estatus figuran, Ciudad Ixtepec, Juchitán de Zaragoza, Chahuites, Magdalena Tequisitlán, Barrio de La Soledad y el Espinal. Todos estos municipios han emprendido acciones enérgicas para acotar la diseminación de los contagios y los consecuentes y lamentables decesos.

Hay que reconocer que, más allá de su filiación política, los ediles han respondido a la emergencia que ha traído consigo la pandemia. En la capital oaxaqueña, que se sepa, no se han tomado medidas de esa naturaleza pese a la saturación de hospitales y el alza en los contagios. En la temporada vacacional de julio se pudieron observar miles de visitantes del país y el extranjero sin cubre-bocas, en franco reto a este mal pernicioso y mortal. El tema del comercio en la vía pública ha distraído por completo a la autoridad municipal e incluso, no se le ha visto al mismo el perfil sanitario, pues eso de moverse de un lado a otro con sus respectivos puestos, ha abierto la posibilidad de mayores contagios. La ciudad, salvo aquellos ciudadanos conscientes del peligro que se abstienen en salir de sus hogares, se ha visto como si viviera una etapa de normalidad y no la de una contingencia grave.  

La Secretaría General de Gobierno (Segego), hizo un llamado la semana pasada para que los y las presidentas municipales asuman su papel de responsabilidad en la salud y la vida de sus ciudadanos. Con pleno respeto a la autonomía de sus municipios, los conminó a llamar la atención de los pobladores a evitar realizar festejos religiosos o familiares. No obstante, siguen apareciendo en redes sociales imágenes de carteles en donde se invita a jaripeos, bailes populares y otros, con motivo de celebraciones de santos y santas patronas. Se espera que las citadas autoridades actúen en consecuencia.

Controvertido regreso a clases

Y no ha desaprovechado cada mañanera el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador para insistir en el regreso a clases a fines de agosto. Se entiende en alguien que desconozca la realidad sanitaria del país, pero no en quien por mandato constitucional tiene la responsabilidad de salvaguardar la salud y la vida de los gobernados. Tal parece que desconoce que en varios estados de la República como es el caso de Oaxaca, estamos padeciendo los graves y letales efectos de una tercera ola de Covid-19. Y, como lo decimos en el segmento anterior, no es sólo de estos días, sino que hay poblaciones como Salina Cruz o Ciudad Ixtepec, que tienen al menos un mes en emergencia. Los contagios y decesos están al alza y no hay capacidad hospitalaria suficiente para atender a tantos pacientes. Es más, el exceso de confianza hizo que los hospitales que fueron reconvertidos para tratar a pacientes con el mal, volvieron a su estatus normal.

Por ello, con mesura y responsabilidad, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), a través de su titular, Francisco Ángel Villarreal, ha insistido en que el regreso a clases será responsabilidad de maestros, padres de familia y alumnos. No se trata pues de una imposición, habida cuenta de que, como se dijo al inicio de esta pandemia, la detección de un solo alumno (a) contagiado (a) con el mal, implica el cierre de la institución. Es importante subrayar que la convivencia en el salón de clases, en el espacio de educación física o en la hora del refrigerio, puede resultar un foco de contagios. Aunque mucho hemos criticado al magisterio afiliado a la Sección 22 del SNTE, dada su resistencia a regresar a clases presenciales, tenemos que reconocer que algo tienen de razón cuando advierten que el retorno a clases, aun cumpliendo los protocolos sanitarios, sólo podrá ser seguro en tanto las campañas de vacunación hayan cubierto un espectro mayor en la población.

En una actitud responsable y congruente a nuestra realidad, el IEEPO no ha adoptado una postura autoritaria. Estamos hoy mismo en emergencia y no sabemos cuándo salgamos de ella. Pensar en un regreso presencial a clases en estos momentos es una actitud irresponsable, sobre todo proviniendo de quien se presume, conoce la realidad del país. Por lo pronto, habrá miles y miles de padres de familia que no arriesgarán la salud y la vida de sus hijos (as), sólo para cumplir con mandatos jalados de los pelos.