Guelaguetza virtual
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Editorial

Guelaguetza virtual

 


Para no dejar pasar desapercibida nuestra fiesta folklórica más tradicional, el gobierno estatal dispuso la realización de una Guelaguetza virtual. Los tiempos son de riesgo, de peligro para concentraciones masivas. No es un juego. Si bien es cierto que se ha aplicado una cantidad considerable de vacunas que, como se sabe, no es una garantía de inmunidad total, sino una especie de refuerzo a las defensas, también lo es que en tanto no se hayan aplicado a la población de jóvenes y otros rangos de edad, el riesgo sigue pendiendo sobre nuestras cabezas. Como ya hemos comentado, en otras circunstancias, ya estaríamos con un apretado calendario de festejos por aquí y por allá. No hay que olvidar que no solamente en la capital oaxaqueña se presenta nuestra fiesta folklórica más reconocida en México y el mundo, sino, asimismo, en poblaciones cercanas como las Villas de Zaachila y Etla; Ocotlán, Tlacolula y Miahuatlán.

Como mencionamos en nuestro segmento editorial hace días, éste es el tercer año que se suspende la citada celebración y el segundo de manera consecutiva por la pandemia de Covid-19. Es un golpe demoledor a nuestra industria sin chimeneas, uno más de los que ha recibido en estos 17 meses que lleva la emergencia sanitaria. Miles de familias oaxaqueñas, incluyendo las de los prestadores de servicios turísticos, amén de taxistas, transportistas, vendedores de artesanías, cafés y muchos más, están resintiendo los efectos nocivos de estas restricciones. Se entiende que no es una decisión unilateral del gobierno; está claro que se trata de privilegiar la salud y la vida. Ello, no obsta para que el golpe a la economía sea impactante. ¿Cuántos negocios más cerrarán luego de esta temporada crítica? Con certeza serán decenas o tal vez, centenas.

Ante la evidencia de que el virus sigue pendiendo sobre nuestras cabezas, la mejor alternativa que han previsto las autoridades es presentar nuestro evento folklórico de manera virtual. Así, desde los hogares, de los hoteles o de otros sitios privados, los oaxaqueños o el turismo puede disfrutar de los bailes, danzas, bautizos, mayordomía, con la que se compone hoy dicho evento. Por segundo año consecutivo nuestra fiesta máxima tendrá que ser así. Esperemos que la contingencia que hoy nos obliga a cumplir con los estrictos protocolos de salud, pase pronto y a volver a disfrutar como antaño.

Un añejo conflicto 

Desde hace años, dos comunidades del distrito Mixe, San Pedro y San Pablo Ayutla y su vecina, Tamazulápam del Espíritu Santo, libran un viejo conflicto por el agua del manantial que se encuentra ubicado casi la zona limítrofe. El problema se ha recrudecido en los últimos años, gracias a la desafortunada intervención de personas extrañas a la región o al manipuleo de aquellos que, aprovechándose de la ignorancia de sus paisanos, han pretendido llevar agua a su molino. Ya es común que, en los añejos conflictos, algunos de ellos mortales, que padecen nuestras comunidades, ya sea agrarios o de otra índole, siempre habrá una mano que mece la cuna. Y son algunos dirigentes empeñados en que la sangre llegue al río para venderle el favor de la solución al gobierno o mantenerlo latente, para que cada en cuando encender los ánimos y buscar rentabilidad económica.

Hace unos meses, personal y directivos de la Comisión Estatal del Agua (CEA) estuvieron realizando la obra del tanque de almacenamiento de agua y la red de distribución. Sin embargo, el vital líquido no llega a los hogares de Ayutla, en virtud de que los usos y costumbres de quien mantiene en su poder el manantial, así lo ha dispuesto. Es más, recientemente el Juzgado Tercero de Distrito aprobó la ejecutoria del amparo de dicha comunidad para que se haga la reconexión respectiva. Pero no. Como si fuera una situación de encono, las autoridades de Tamazulápam exigieron a jueces y magistrados respetar sus derechos como comunidad indígena. El mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se dirigió en una de sus clásicas conferencias mañaneras, al gobernador Alejandro Murat, para solicitar aplicar la ejecutoria judicial.

Para proceder a dicho mandato, el Secretario General de Gobierno, convocó a los funcionarios responsables del manejo del agua, tanto federal como estatal, además de las autoridades municipales y de bienes comunales de ambas poblaciones mixes. El resultado fue poco más que lamentable. Dijeron ignorar la resolución del Juzgado de Distrito, avalada por el Tribunal Colegiado, para proceder a la reconexión y los vecinos de Ayutla tengan acceso al vital líquido, condición esencial para la vida. Y la respuesta fue contundente: no hay condiciones para tal acción. La pregunta que bien podemos hacernos muchos es: ¿quién o quiénes se encuentran detrás de esta cerrazón de la comunidad de Tamazulápam del Espíritu Santo?