Hay buenos cuadros
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Opinión

Editorial

Hay buenos cuadros

 


La liza electoral, cuya primera fase concluye el seis de junio, trajo consigo una desbandada del gabinete estatal. Hay al menos cuatro secretarías acéfalas en la administración del gobernador Alejandro Murat y otras cuatro o cinco direcciones generales. Amén de la decisión del ejecutivo estatal respecto a quiénes ocuparán dichos cargos, lo cierto es que hay todo un directorio de oaxaqueños capaces, leales, preparados e institucionales, algunos de ellos con reconocidos méritos académicos que pueden cumplir a cabalidad cualquier encomienda. Es el caso, por ejemplo, de quien fuera Fiscal General del Estado quien, se sabe, cuenta con el reconocimiento de quien manda en el estado. Es importante subrayar que, luego de las renuncias de al menos una decena de funcionarios del gabinete estatal y ampliado, el gobernador designó un número igual de “encargados del despacho”, que serán, suponemos, responsables de las dependencias hasta en tanto se designan a los titulares.

Hace unos días el ejecutivo estatal sostuvo en entrevista que en breve designaría a sus nuevos colaboradores y ponderó la amistad y profesionalismo de algunos colaboradores. No es premio. Se trata de un reconocimiento a que en Oaxaca hay profesionistas capaces que pueden rendirles buenas cuentas. Es absurdo que por un lado se critique a los yupies que llegaron con él del Estado de México o de la capital de la República y, por otro, se descalifique por sistema a los profesionales que tenemos en casa. Insistimos: entre los oaxaqueños hay profesionales capaces y con verdadera vocación de servicio, que pueden desempeñar con diligencia y lealtad cualquier tarea que se les encomiende. Hay que recordar que hay todo un directorio que colaboró de cerca con el hoy titular del ejecutivo estatal en su campaña política, pero que nunca fueron tomados en cuenta.

Esperamos que Murat Hinojosa, quien concluye su gestión en poco más de un año y medio, refuerce su equipo de trabajo con oaxaqueños talentosos y trabajadores al frente de áreas claves de su gobierno. Es tiempo de sumar a más a su gabinete, pero básicamente aquellos que han demostrado capacidad y formación profesional. Hay talento, hay experiencia y creatividad, sólo falta que alguien los tome en cuenta y los ubique en el lugar adecuado. Estamos convencidos de que esta administración requiere, para el cierre, un equipo de primera. Ojalá que el gobernador tenga la visión de incorporar a los mejores.

 

Ejemplo a seguir

 

Uno de los factores más graves de riesgo para la salud en estos tiempos de pandemia han sido las fiestas patronales y los jolgorios comunitarios. El mejor ejemplo fue la comunidad de San Juan del Río, municipio de Choapan. La celebración de un baile tradicional el 5 de enero, para festejar a los Reyes Magos, desató una ola de cerca de 200 contagios, de los cuales hubo decenas de decesos. Familias enteras adquirieron el virus de SARS-CoV2 y algunos perdieron la vida. No se cuidaron ni los protocolos sanitarios ni el llamado de las autoridades sanitarias para evitar aglomeraciones de personas. Otro caso fue la comunidad de San Francisco Cozoaltepec, distrito de Pochutla, con el festejo de una ordenación sacerdotal. Disparó los contagios y la comunidad vivió una verdadera emergencia, ante el riesgo mortal del virus.

La semana pasada circuló un comunicado de la población de Santa María Alotepec, Mixes, en donde se informa que debido a la situación que vivimos, se suspenden los festejos patronales que tradicionalmente se celebran entre el primero y 5 de mayo. Es más, la autoridad instruye a los paisanos que llegan de otros lugares del estado o el país, a que cumplan estrictamente con los protocolos sanitarios como el uso del cubrebocas y la sana distancia. Hay que recordar que hace un año fueron un escándalo en redes sociales los anuncios de jaripeos, competencias deportivas y baile popular en la referida comunidad mixe, dejando en claro que a las autoridades municipales simplemente les valía un cacahuate la gravísima situación sanitaria que estábamos viviendo y que continúa hasta el día de hoy. 

Oaxaca –y eso lo sabemos bien- es un estado con un mosaico pluriétnico y multicultural que vive intensamente sus tradiciones y costumbres. No es fácil prohibir lo que llevan siglos celebrando. Por fortuna, se ha tomado conciencia del peligro grave que se cierne sobre nuestras cabezas de no aplicar medidas drásticas, situación que, por fortuna, ha mantenido aún a decenas de comunidades, sobre todo indígenas, libres de la Covid-19. El caso de Alotepec es un buen ejemplo que deben seguir muchas comunidades que se resisten a dejar sus fiestas patronales; que se han obstinado en llevarlas a cabo pese al brutal costo en contagios y decesos. Como ha dicho el gobernador Alejandro Murat, sólo hay que aguantar un poco, ya vendrán nuevos tiempos en los que podamos divertirnos y abrazarnos.