Extorsión telefónica desatada
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Editorial

Extorsión telefónica desatada

 


Con todo lo que vive el país y el estado; con la pandemia cobrando miles de vidas, los grupos criminales y las bandas delictivas comunes, no han cesado en su empeño de seguir dañando a la sociedad. O son los ajustes de cuentas con resultados sangrientos o son los secuestros, las extorsiones telefónicas y otros ilícitos, pero esta gente, fuera de la ley, sigue causando daño ante un gobierno federal que parece ignorar su responsabilidad institucional. No es un secreto que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, ha cambiado su discurso de “abrazos no balazos”, por el temeroso mensaje de que su gobierno no enfrentará a los grupos criminales como en el pasado, sino que utilizará una estrategia para evitar que sigan causando afectaciones al pueblo mexicano. Sin embargo, la carnicería sigue haciendo de las estadísticas criminales algo inédito en la historia contemporánea.

En Oaxaca, ya es común que delincuentes comunes y extorsionadores, haciéndose pasar por representantes de grupos criminales o personeros de conocidos capos, llamen a los domicilios para amedrentar, amenazar de muerte y exigir cantidades importantes de dinero. Se sabe que muchas de esas llamadas provienen de los penales ubicados en diversas partes del país, en donde los procesados o sentenciados utilizan esta forma ruin, a veces con la complicidad de las mismas autoridades penitenciarias. A diario se reciben cientos de llamadas, en las que sujetos sin escrúpulos llaman a veces a domicilios de personas humildes, que viven al día, pero de donde a veces obtienen dinero, infundiendo miedo. Gracias a la ignorancia que permea, hay quienes caen en la trampa.

Pese a tratarse de un ilícito que se comete a menudo, de parte de las autoridades no existen mecanismos para castigarlo o inhibirlo. Ni siquiera estrategias de información para saber qué hacer en caso de ser objeto del mismo. Los delincuentes se han aprovechado de los vacíos legales y la discrecionalidad con la que se puede operar en las empresas telefónicas para seguir con su carrera criminal. Utilizar un chip y luego desecharlo, sin que haya registro del mismo, hace que la extorsión sea un delito que se ha extendido por doquier. He ahí en donde los legisladores, echados como canes a la voz del amo, deben reaccionar y aprobar leyes que garanticen una vida libre y en paz, no a merced de un abanico de ilícitos cometidos con total impunidad.

Deuda y sin obras

Como lo hemos publicado en las páginas de El Mejor diario de Oaxaca, en menudo brete se encuentra el ayuntamiento de la capital del estado, presidido por Oswaldo García Jarquín, quien en los dos años que lleva de gestión ha duplicado prácticamente la deuda del municipio capitalino, sin que haya llevado a cabo alguna obra digna de mención. Por el contrario, se habla de prácticas amañadas y discrecionales desde el inicio de la emergencia sanitaria, de las que no se ha dado información oportuna, transparente y veraz a la ciudadanía, poniendo en tela de juicio a su propio portal de transparencia. La ciudadanía que ha observado el desempeño de esta administración municipal se sorprende del abandono en que se encuentra la capital, sin que se atiendan ni siquiera cuestiones menores, no se diga emprender obras de gran envergadura.

Hay que recordar el tema de los baches. Luego de una prolongada protesta ciudadana por la situación de calles y avenidas, tuvieron que intervenir algunos organismos como colegios de ingenieros y otros, para participar en la tarea que por ley le compete al gobierno de la ciudad. Hoy mismo hay que ver el sistema de semáforos colapsado para darse cuenta que no existe un plan rector para hacer frente a situaciones emergentes, como es este rubro, que requiere de mantenimiento y atención. Hay semáforos que están inservibles desde hace meses. Otros han sido de plano retirados ante la imposibilidad de repararlos o cambiarlos por nuevos. Las pocas obras menores que se han llevado a cabo en los dos años que lleva este gobierno, se realizan sin la información previa a la ciudadanía, quien de un día para otro encuentra calles o cruceros cerrados, o montones de escombro obstaculizando las vialidades.

Estamos ya en el tercer año de ejercicio de la actual administración municipal. Es año electoral, en el que se dice, el edil se postulará para un segundo período. Es decir, le apuesta a la reelección. Esperamos que antes de ello, por respeto a la ciudadanía que le otorgó el voto en julio de 2018, rinda cuentas o al menos, ponga en función los mecanismos institucionales de transparencia y rendición de cuentas, para que el ciudadano norme su criterio en relación a esa contratación de deuda, cuyo resultado no se ve por ningún lado. Caso contrario, a la ciudadanía, a la que ya no es fácil sorprender, habrá de poner a cada quien en su lugar mediante el voto.