Sindicalismo obtuso
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Editorial

Sindicalismo obtuso

 


La semana anterior y en plena emergencia sanitaria por Covid-19 que, como todo mundo sabe, ha seguido creciendo en contagios y provocando más muertes, la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), encabezados por su sempiterno dirigente, Mario Félix Pacheco, inició un paro de labores para exigirle al gobierno estatal, la satisfacción de un verdadero catálogo de demandas. A sabiendas de la crisis económica que golpea al país y, por supuesto a Oaxaca, han exigido peticiones absurdas por más de 630 millones de pesos, entre bonos, pagos extras, primas vacacionales, primas de antigüedad, estímulos, aguinaldo, etc., a las que hay que sumarle 189 millones de nómina. Para hacer más patético su paro de labores, la dirigencia puso a sus secuaces a montar bloqueos a oficinas del Sector Salud y calles. Ya saben que con dicho método se doblegan las autoridades.

Dicho gremio, que a menudo emula a su similar de educación, la Sección 22 del SNTE, es asimismo un directorio de vicios y corruptelas. Días antes de que iniciara su movilización circuló en redes sociales un documento que contiene los nombres de media centena de “aviadores” en dicho sindicato, a los que quincenalmente se les paga un salario sin que lo devenguen. Esto, desde luego, no es nada nuevo. Esos vicios se vienen arrastrando desde hace años. Los dirigentes sindicales son los amos de horca y cuchillo de las plazas, de los puestos de base, de los hospitales. La denuncia en contra de quienes regentean de manera tan burda el Sector Salud, se ha estampado con una pared de impunidad. Más ahora que, con la contingencia sanitaria quieren simular sus vicios e inercias, con la demanda de que no tienen los instrumentos necesarios para atender a los enfermos.

Como pocos o ningún estado del país, nuestra entidad es Edén de estos pillos y dirigentes sin escrúpulos que, con el cierre de oficinas y el bloqueo de calles y avenidas, logran en un santiamén la venia del gobierno. Mientras a nivel nacional se han anunciado ajustes y en las empresas pagos diferidos de aguinaldo, para la Sección 35 y su dirigente, Mario Félix Pacheco, eso no pasa por Oaxaca. Por ello, junto con sus seguidores siguen empecinados en cobrar una y mil prestaciones sin importar que las arcas del gobierno, por todo lo que hemos vivido durante ocho meses de pandemia, estén prácticamente agotadas.

Urge pacificar zona

Aunque es un asunto que tiene décadas, en los últimos tiempos, la disputa por los cotos de poder que significa la supremacía en la zona triqui, los asesinatos se han disparado, llevando hasta la fecha la peor parte, el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT). En efecto, algunos de sus miembros y dirigentes han sido asesinados en las dos semanas anteriores. Hace poco menos de un mes, en el paraje “Tres Cruces”, de la carretera Juxtlahuaca-Concepción-Carrizal, un grupo armado emboscó a pobladores de Río Ceniza, con el saldo de una persona muerta, Ismael Cruz García y dos heridos: Antonio Martínez Ramírez y Mario Ramírez Díaz, que fueron trasladados a un hospital para su atención médica. Y en menos de una semana fueron asesinados dos dirigentes del MULT: Gabino Ávila Martínez en el centro de Santiago Juxtlahuaca y el martes de la semana pasada, el agente municipal de Río Metate, Mauricio H.M., que fue ejecutado en una gasolinera de la población de Putla Villa de Guerrero. De la violencia que se ha desatado, los afectados señalan a Macario García Merino del MULT-I y Ramiro Domínguez García de UBISORT.

Hace al menos tres meses, el MULT tuvo un relevo de dirigente. Dejó el cargo Rufino Merino Zaragoza y lo asumió Rogelio Pensamientos Mesinas. Éste ha sido caracterizado como violento. Muchos lo recuerdan desde el movimiento de 2006 y, posteriormente, como dirigente del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULT-I). Hay en la zona un historial de actos criminales, entre los que destacan las ejecuciones, la desaparición forzada de hermanos de la misma etnia, pero de diferente grupo y las emboscadas. En la zona de Copala hubo tal violencia hace diez años que tuvieron que salir algunos pobladores que, desgraciadamente, no han vuelto a su comunidad y con el ardid de que son desplazados, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), les otorgó medidas cautelares. De esas decenas de indígenas cautelados, sólo quedan unos pocos, pero son los que desde 2010 se apropiaron de los pasillos del Palacio de Gobierno. Pese a ello, en las dos administraciones estatales, la de Gabino Cué y ésta, se ha actuado con miedo para poner orden en dicha región. La etnia triqui es, por naturaleza violenta, además de caer fácilmente en manos de vivales que los explotan a placer. Por ello, las tres organizaciones que se disputan la supremacía, viven de la dádiva del gobierno y presionan para que el dinero fluya.