Inseguridad galopante
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Opinión

Editorial

Inseguridad galopante

 


El tema de la seguridad ciudadana ha sido motivo de preocupación para EL MEJOR DIARIO DE OAXACA. Ciertamente con afán crítico hemos insistido en que estamos muy lejos de ser la entidad segura de la que se hace alarde en informes y discursos oficiales. La incidencia delictiva advierte que arrastramos un problema serio de seguridad. Nuestro estado registra un alza en delitos de alto impacto, como los que señalamos el pasado jueves, además de una cadena de ejecuciones en las diversas regiones del estado, como Tuxtepec, por ejemplo. La desaparición de mujeres, los feminicidios, el robo de vehículos que transportan mercancías, pese a los operativos llevados a cabo por la Fiscalía General del Estado, no ceden. Y, obviamente, las acciones de grupos criminales vinculados con el trasiego de droga, cobro de derecho de piso y otros delitos graves. Sería injusto ignorar que la dependencia antes citada ha llevado a cabo varios cateos para desmantelar a células del crimen organizado en varias zonas de la entidad, como los realizados esta semana en Ciudad Ixtepec, Santiago Laollaga y Juchitán de Zaragoza.

Sin embargo, todo ello ha sido insuficiente para paliar las acciones delictivas como es el caso de Tuxtepec, en donde el hallazgo de cuerpos desmembrados o en estado de descomposición, con huellas de tortura o, últimamente en la zona limítrofe con Chiapas, San Pedro Tapanatepec y Chahuites o Huajuapan, se han convertido en algo cotidiano. Ya lo hemos dicho: en plena contingencia por la pandemia mortal que padece el mundo y México, el crimen no para. Tanto la delincuencia común como la organizada siguen en las mismas. Continúa diezmando a la población. En Juchitán de Zaragoza, para ejemplificar, no es novedad el asalto a mano armada o el mototaxista acribillado en plena vía pública. 

En la capital oaxaqueña, el asalto a transeúntes y casas-habitación; negocios o bancos, se han dado con una velocidad impresionante, sin que los delincuentes reciban castigo. Hace unos días fue detenido en la zona del Mercado de Abasto un delincuente, al que se le acusa de haber herido con arma punzo-cortante a una decena de personas, algunas de ellas de gravedad y al menos una fallecida. Y ahí deambulaba a la vista de todos, sin que la autoridad, con todas las denuncias que habría en contra lo detuviera. Al fin se logró. Ahora se esperan las denuncias correspondientes para que puede ser vinculado a proceso y sea internado en algún penal.

Leyes sin consulta

Ya hemos abordado en este espacio editorial los pormenores de dos iniciativas, una de ellas ya aprobada como ley, con las que la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en la LXIV Legislatura del Estado, se ha puesto materialmente contra la pared, en virtud de que las mismas no han acabado de convencer a la sociedad oaxaqueña. En efecto, ya están en curso las protestas de parte de organismos empresariales y pequeños comerciantes, quienes jamás fueron consultados por los y las diputadas, antes de aprobar la llamada “Ley chatarra”, que prohíbe la venta o donación a menores de edad de alimentos con alto contenido de caloría, al igual que refrescos y bebidas azucaradas. Se trata de un duro revés a miles y miles de oaxaqueños que están diseminados en todo el estado, que sobreviven del 5 o 10% de ganancia que les deja la venta de dichos productos. 

Si bien es cierto que la medida ha tenido el apoyo de algunos segmentos vinculados al partido en el poder, por considerarse de avanzada para promover una niñez más sana, fue totalmente inoportuna en estos momentos, cuando la pandemia ha generado una severa crisis en la economía de los que menos tienen. Y en un plan de seguir golpeando a los sectores más vulnerables de la economía, la bancada de Morena volvió a la carga. Esta vez con la iniciativa de gravar con un impuesto adicional de 4.5 por ciento, los productos azucarados o con alto contenido de sodio. Sorprende que el diputado responsable de dicha propuesta ignore o finja conocer, que uno de los productos oaxaqueños más socorridos tanto para la venta como para el consumo tradicional es el chocolate. 

Hay quienes opinan que, en su afán enfermizo de ganar los comicios del 2021, luego de que su partido y el presidente de México han caído en una ola de descrédito por los famosos videos, la diputación de Morena va con todo para agraviar a diversos sectores oaxaqueños. He ahí el por qué hemos insistido en que lo que dicho grupo parlamentario ha privilegiado es el protagonismo y las ocurrencias. Ni la diputada Magaly López Domínguez ni su correligionario, Luis Alfonso Silva Romo, han propuesto alternativas viables para sanear una fustigada economía, sino de golpearla más. Tal vez en circunstancias diferentes, la ley y la iniciativa hubieran cuajado. No en este momento. Por lo pronto, ya veremos si ambas son vetadas o sí, por el contrario, serán los mismos representantes populares quienes las echen atrás.