La nueva censura
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Editorial

La nueva censura

 


No hemos exagerado al afirmar que, durante estos tiempos políticos, el deporte favorito es atentar en contra de la libertad de expresión y demeritar el trabajo periodístico. Desde las altas esferas del poder público y desde la misma tribuna cotidiana del presidente Andrés Manuel López Obrador, de manera permanente se estigmatiza a los medios de comunicación, asumiendo posturas autoritarias que distan mucho de constituir un componente de cualquier régimen democrático. La lista de periodistas y medios descalificados por su actitud crítica se incrementa cada vez más, poniendo en evidencia a un gobierno de doble discurso y el perfil de la intolerancia, la cerrazón y la actitud personalista, con las que pretende ser, algo así como intocables. Hace una semana, en este mismo espacio, nos solidarizamos como el escritor e historiador Héctor Aguilar Camín, quien fue objeto de una campaña para prohibir que le contraten publicidad, instrumentada a través de la Secretaría de la Función Pública.  

Sin embargo, el mal ejemplo ha cundido en los entornos estatales. El decano de la prensa escrita en México, el diario “El Dictamen” de Veracruz, no estuvo a salvo de la postura de intolerancia y afrentas a la libertad de expresión, por parte del régimen del gobernador Cuitláhuac García, cuyo Secretario General de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, lanzó frases amenazadoras a la directora ejecutiva de dicho diario, molesto por la postura editorial del medio impreso. Se tratade conculcar un derecho constitucional e incidir en la pretensión de contar con una prensa complaciente, que aplauda desde las ocurrencias hasta los excesos de los nuevos íconos de la censura. Algo que desde hace mucho no se veía en el país, pese a la crítica de la “mafia del poder” que nos gobernó.

Más allá de la propia identidad de cada medio, de las particularidades en donde cada uno circula y las condiciones en las que desarrolla su labor informativa, cada vez se hace evidente la unidad de la prensa escrita en México. La lucha de los medios impresos del interior del país, en donde se encuentra la verdadera prensa nacional, ha sido histórica para revertir la discriminación de que somos objeto desde hace sexenios. La postura crítica de “El Dictamen”, hace patente la urgencia, además, de seguir enarbolando los principios de una prensa crítica y nunca doblegada a los designios del poder público, que no acaba de discernir la diferencia entre publicidad e información o la compra de espacios de manera legítima, que nada tiene que ver con la venta de conciencias. 

Grave deterioro urbano

Las intensas lluvias que han caído sobre la capital oaxaqueña y los Valles Centrales, han contribuido a deteriorar aún más la de por sí dañada imagen urbana. Es evidente que no existe una política de parte del gobierno de la ciudad para atender las constantes quejas de la ciudadanía, vertidas en redes sociales o denuncias, respecto a la existencia de socavones, hoyancos y baches que, con las precipitaciones pluviales, se han convertido en trampas urbanas. Luego de los arreglos a ciertas calles y avenidas, el gobierno municipal parece haberse olvidado por completo de enviar inspectores o supervisores a las diversas colonias y agencias municipales para constatar el deterioro que ha padecido la ciudad. En ciertas zonas, como ya lo hemos comentado en este espacio editorial, la carpeta asfáltica ha desaparecido, dejando algunas vías como si fueran caminos de herradura. La situación es preocupante. 

En la capital, pese a que ha llegado turismo nacional y extranjero, aunque en menor cantidad que en épocas normales, la imagen urbana en deprimente. A ello hay que agregar la falta de una política para reponer el arbolado que ha sido derribado, o por plagas, como es el caso de las añejas palmeras en la Colonia Reforma o aquellas especies que han cedido ante la fuerza de las lluvias de los últimos días. La imagen de tristeza que dan los troncos inertes de las palmeras, son sólo como huellas indelebles de la apatía y la irresponsabilidad institucional. En este espacio editorial hemos abordado el tema de la pérdida paulatina de las áreas verdes. Esos pulmones naturales que no son atendidos como lo que son, verdaderos alicientes para la salud humana.

Capítulo aparte es el sistema de semáforos. Las denuncias constantes en redes sociales de la situación en varios cruceros en donde dejaron de funcionar hace meses, ha contrastado con la apatía de las autoridades locales. Cada día se van deteriorando más y más, sin que los responsables del mantenimiento acusen siquiera recibo. Hay cruceros importantes en donde es un peligro latente para automovilistas y transportistas pasar de un lugar a otro. Accidentes, alcances y encontronazos, no han sido ajenos a dicho descuido. Con las lluvias de esta temporada, la situación se ha exacerbado. Hay semáforos que, insistimos, dejaron de funcionar correctamente, desde hace meses. Y ahí siguen igual, haciendo de la abulia oficial, un auto de fe.


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