Acotar corruptelas
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Acotar corruptelas

 


Como ha sido a lo largo de su historia, por más de 68 años de existencia, sin cortapisas ni, mucho menos, componendas, EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, ha cumplido fielmente con uno de los ejes de su Código de Ética para denunciar en sus páginas las malas prácticas, los vicios de la política, los excesos, el tráfico de influencias, el conflicto de intereses, etc. Por ello, hace un par de semanas, denunció en sus páginas, la participación de funcionarios de la Secretaría de Economía en un presunto tema de beneficiar a familiares con recursos públicos, situación que ha llamado la atención del Congreso del Estado, que ha pedido su remoción. No se trata de descalificar por sistema ni, mucho menos, someter a juicio a los servidores públicos, situación que no es competencia de este medio de comunicación, sino dejar en claro que existe entre la sociedad un hartazgo declarado en contra de dichas prácticas. 

Ha sido política de este diario no cuestionar impunemente el ejercicio de gobierno, empero, cuando existen elementos para poder aclarar o especificar determinada situación, siempre habrá la oportunidad de hacerlo. Es decir, no somos depositarios de la verdad absoluta, por lo que, de haber manejado información sin pruebas o con inconsistencias, quienes se sientan lastimados pueden apelar a la rectificación, pues quienes callan otorgan. No es éste el único caso que hemos ventilado en nuestras páginas. Las denuncias sobre contratación de empresas fantasmas para obras públicas, algunas de ellas ya etiquetadas por las autoridades hacendarias en el país, pone en un serio predicamento a la administración del gobernador Alejandro Murat, sentando un pésimo precedente de transparencia y rendición de cuentas.

No hay que olvidar que, desde su arribo al gobierno oaxaqueño, teniendo como telón de fondo el brutal saqueo de las arcas públicas en el gobierno de Gabino Cué, que dejó materialmente a la administración pública en un estado deplorable, el ejecutivo estatal afirmó ser enérgico y contundente en contra de aquellos que hicieran mal uso de los recursos públicos. Este mensaje, según lo hemos interpretado hoy, ha sido llevado a cabo por algunos, pero para otros fue como una llamada a misa. A todo ello hay que agregar la inoperancia de órganos y fiscalías contra la corrupción que han sido verdaderos elefantes blancos. No hay pues una política que conlleve sanciones o procesos resarcitorios a quienes se les han acreditado corruptelas. Sólo queda la denuncia pública.

Obras: ¿Respiro a construcción?

Hace poco más de un mes, la Secretaría de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra), dio a conocer un catálogo de obras públicas, las cuales, se dijo, permitirían reactivar la quebrada industria de la construcción oaxaqueña que, desde el gobierno pasado, como se dice vulgarmente, no la ha visto llegar. Para ello, el gobierno estatal haría uso de los recursos que obtuvo de un préstamo de la banca privada por 3 mil 500 millones de pesos, previa autorización del Poder Legislativo, en octubre de 2019. El pasado viernes, el titular de dicha dependencia, Javier Lazcano, volvió a la carga. Dicha información fue recibida con optimismo por contratistas y constructores locales, muchos de los cuales han tenido que cerrar sus empresas ante la situación existente de falta de presupuesto para obras. Y es que, como hemos publicado en este diario, los empresarios de la construcción se han cansado de tocar puertas y repetir que se trata de un rubro que genera miles de empleos directos e indirectos.

Se entiende que los tiempos no son normales y que, uno de los obstáculos ha sido la crisis sanitaria por el Covid-19, además de que hemos padecido siniestros como el sismo de 7.4 grados, del 23 de junio pasado, que devastó comunidades de la Sierra Sur y la Costa. Es decir, para mencionarlo en un tono poco coloquial: el horno no ha estado para bollos. Pero también es cierto que hay casos en los cuales se ha ignorado de manera burda a la industria de la construcción oaxaqueña. Por ejemplo, a raíz del sismo ya mencionado, colegios y asociaciones de ingenieros y arquitectos ofrecieron sus servicios de manera gratuita para revisar las zonas dañadas, iglesias, escuelas, caminos, etc. Nadie les hizo caso. Es más, se hicieron presentes para que se les tomara en cuenta en las obras de rehabilitación del Mercado de Abasto, fustigado por el incendio del pasado 27 de mayo.

El asunto es que el gobernador Alejandro Murat está ya encaminado a concluir su cuarto año de trabajo y, en la percepción ciudadana, no hay obras ni trabajos dignos de mencionar. En los círculos oficiales se afirma que la obra sexenal es el Centro de Convenciones, sin embargo, se trata de una obra planeada, presupuestada y lograda prácticamente, desde el gobierno pasado. Éste sólo la ejecutó, pues el presupuesto ya estaba asignado. No hay pues, a la fecha, una sola obra que sea emblemática del actual régimen. Y eso es preocupante.