Zonas limítrofes: Inseguridad
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Editorial

Zonas limítrofes: Inseguridad

 


La zona colindante entre Oaxaca y Veracruz, ha continuado como lo ha sido en los dos últimos años: una región geográfica en manos de la delincuencia organizada y de capos locales, que sirven a los grandes cárteles de la droga y el crimen. No obstante, las reuniones de alto nivel y del compromiso de ambos gobiernos para otorgar seguridad a dicha zona, las ejecuciones y los ilícitos siguen a la orden del día, lo que implica que los operativos y las tareas de inteligencia, que permitieron la captura de uno de los capos, conocido como “La Chepina” y el asesinato de otro, apodado “El Quemado”, no han tenido éxito, sino que se quedaron cortas. El martes 17 de marzo, en menos de dos horas por la mañana, se dieron tres ejecuciones. La saña con la que son ejecutados quienes se oponen a pagar el derecho de piso o se niegan a seguir sirviendo a los jefes delincuenciales, es realmente inédita.

Sin embargo, no sólo la región de la Cuenca del Papaloapan en donde se cometen una serie de delitos, sino que hay una más en la que las autoridades de seguridad parecen no reparar. Se trata de la región colindante entre Oaxaca y Puebla. Ahí, en las dos vías: tanto la súper carretera Oaxaca-Cuacnopalan, en la zona que se ubica en jurisdicción de Tehuacán, Tepeaca y otras, como la que comunica a Acatlán de Osorio e Izúcar de Matamoros, con Huajuapan de León. Al asalto en carreteras es ya un hecho cotidiano. Bandas de delincuentes asuelan la región, despojando a los operadores de sus unidades, llenas de productos alimenticios, muebles, equipos electrónicos, auto-partes, etc., para lo cual poseen sofisticados sistemas inhibidores de señales satelitales y otros equipos.

La semana pasada, una conocida especialista de Huajuapan de León, fue víctima de estas bandas delictivas, que operan con absoluta impunidad. El vehículo en que viajaba fue detenido en este último tramo carretero cuando, se dice, retornaba de Puebla a su ciudad natal. Al oponerse al asalto fue asesinada, de forma cobarde, con arma de grueso calibre, mientras que su acompañante resultó gravemente herido. Un operador de tracto-camión corrió igual suerte. Es decir, los delincuentes no sólo despojan a las víctimas de sus vehículos o pertenencias, sino que, además, los asesinan a mansalva. Esta situación es una severa llamada de atención a los organismos de seguridad estatales. El peligro pues, no es sólo en la zona norte del estado, sino que la inseguridad y el crimen prevalecen en los límites con Puebla, lo que requiere, con seguridad, mecanismos institucionales parecidos a los que operan con Veracruz.

Duro golpe a la economía

Si bien es cierto que la capital oaxaqueña y nuestros destinos de playa, Huatulco y Puerto Escondido, tienen en el mercado turístico nacional y extranjero, un gran imán, las condiciones actuales, a raíz de la emergencia sanitaria por el Covid-19, con certeza darán al traste con las expectativas para la Semana Santa, pues ha trascendido que se han estado dando cancelaciones. Se tiene prevista la suspensión nuestra tradicional “Samaritana”, que se celebra al público en la Iglesia de Nuestra Preciosa Sangre de Cristo para este cuarto viernes de Cuaresma. Se trata, como todo mundo sabe, de uno de nuestros festejos religiosos más tradicionales de cuantos existen. Es, además, algo único en el mundo católico. Adicionalmente y tal como lo instruyó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), las ceremonias religiosas que nos han ubicado a nivel nacional como un estado profundamente religioso, serán reducidas a ceremonias a puerta cerrada.

Lo que sí se anticipa es una severa descapitalización de la industria turística local ante la cancelación de hospedaje, otras reservaciones y, seguramente, vuelos. Ello va al tenor, asimismo, de los anuncios de algunas líneas aéreas de limitar sus servicios. Es innegable que, durante esta temporada, Oaxaca y nuestros destinos de playa son muy socorridos por el turismo europeo, italiano y francés que, por lo que se sabe, están hoy en cuarentena o limitados para salir de sus países. Además de que, dados los recientes protocolos y medidas de prevención adoptados por el gobierno federal y el estatal, no dudemos que se limiten los accesos al país o al estado, bajo medidas estrictas de seguridad sanitaria. Todo ello, sin duda alguna impactará de manera negativa en la industria sin chimeneas, de por sí castigada en los planes y programas del llamado gobierno de la Cuarta Transformación.

Esperamos que esta crisis pase pronto y que todos, no sólo los prestadores de servicios podamos superar las dificultades. Hay que recordar que, ante el reflujo del turismo extranjero, siempre queda la alternativa de privilegiar lo nacional y los visitantes del estado, pero ello no implica pretender resarcirse de las pérdidas, hincándole el diente a los paisanos. Debe haber cordura y madurez para enfrentar la crisis, sin exageraciones ni pánico. De cumplirse con los protocolos y medidas de prevención que han dictado las autoridades, no hay duda que saldremos adelante. Pero ello es corresponsabilidad de todos, no sólo del gobierno.