Acotar abusos
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Editorial

Acotar abusos

 


Acotar abusos

Ayer comentamos en este espacio editorial sobre lo que representan para nuestra industria turística, los llamados “puentes largos”. Son en realidad, una bocanada de aire fresco para miles de familias oaxaqueñas que viven de la industria sin chimeneas. Por ello, debe alentarse entre los prestadores de servicios, la cultura de la buena atención y del cuidado a esa gallina de los huevos de oro. Hace sólo unas semanas la Secretaría de Movilidad (Semovi), autorizó nuevas tarifas para el servicio particular de taxis. Se trata –se dijo- de cuidar la economía de las familias, pero también de quienes nos visitan en estos fines de semana largos o períodos vacacionales. El uso de taxis es uno de los servicios en donde más abusos se cometen, sin soslayar los cobros indebidos en restaurantes o mala atención en hoteles.

Desde luego que hay otros abusos más que no se pueden soslayar, como es la sobre-venta de boletos aéreos, las demoras y el cierre anticipado de los vuelos, aunque la espera sea de horas. En los destinos de playa los costos por habitación son excesivos. En temporada vacacional una habitación del sistema “todo incluido” en Huatulco, llega alcanzar los 12 mil pesos para dos personas. Muchas veces las promociones no se respetan. En los comederos de las playas no siempre el servicio es el mejor. No hay vigilancia sanitaria oportuna y la contaminación de alimentos es ya un grave riesgo para la salud. Puerto Escondido no se salva. La inseguridad sigue lacerando duramente a los habitantes, tanto la que proviene de viejos conflictos entre San Pedro Mixtepec y Santa María Colotepec, como la propia inseguridad que ha lacerado al país y al estado.

Oaxaca necesita forjar una cultura de atención a los visitantes para seguir estando en el radar de los atractivos más socorridos del país. Es cierto, arrastramos severos problemas de inseguridad. Por ello, los operativos policiales no están por demás. Hay que recordar que los asaltos carreteros han vuelto al escenario, sin que haya una política de seguridad que pueda acotarlos. Otro de los problemas es el aprovechamiento de grupos y organizaciones sociales en estas temporadas, para montar bloqueos y extorsionar –ésa es la palabra- a automovilistas y viajeros. El bloqueo se ha convertido en una industria muy rentable, al igual que el chantaje en las casetas de cobro. Nuestra insistencia en la aplicación de la ley y la mano dura, no son invenciones, sino un asunto obligado para las autoridades.

Prevenir a tiempo

En tres meses o, un poco más, la temporada de lluvias estará a todo lo que da. Hace unos días mencionamos en caso de la empresa “Rompepicos”, cuyo predio se encuentra cercado por supuestos propietarios, evitando con ello la intervención de dependencias como la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para limpiar y desazolvar, de manera que con ello se puedan evitar inundaciones en la zona norte y centro de la ciudad, ante la fuerza de las corrientes de ríos y afluentes que provienen de la agencia de San Felipe del Agua. Pero hay otros rubros que deben atenderse. Y son las alcantarillas que se ubican en diversos puntos de la ciudad, particularmente en la Zona del Mercado de Abasto y en los mercados del Centro de la capital. Hay que recordar que a estas alturas muchas de ellas se encuentran repletas de basura y desechos sólidos. Es la abominable costumbre de utilizarlas como basureros y no como lo que son: desfogues de aguas negras y pluviales.

En calles y avenidas, como en su momento lo hemos consignado en nuestras páginas, se han descubierto socavones que, de no atenderse a tiempo, pueden resultar trampas mortales para pasajeros, transportistas y automovilistas. No se trata de un asunto de competencias o si se ubican en tal o cual jurisdicción municipal, sino atenderlas con prontitud. Por ejemplo, la dependencia responsable para esta labor es el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAO), que parece no estar haciendo su trabajo en ese sentido. Las denuncias de alcantarillas abiertas o azolvadas son constantes. Recordemos que en años anteriores operaba una banda de ladrones de tapas de alcantarillas, en cuya labor, dejaban huecos peligrosos, algunos de ellos tuvieron desenlaces mortales.

Si como se dice es mejor prevenir que lamentar, es tiempo que las autoridades de los tres órdenes de gobierno vayan tomando nota de la urgencia de actuar. Como ya mencionamos, estamos a escasos meses para que llegue la temporada de lluvias, vale la pena ir atendiendo de manera progresiva los rubros problemáticos. Todo lo anterior no es excluyente con el desazolve de ríos y arroyos; la limpieza de los lechos, en donde crece zacate o carrizo, que se convierten en verdaderos diques para detener el agua y estancarla, hasta que se sale de su cauce. No somos especialistas, pero es prudente llamar la atención de los organismos responsables para evitar tragedias futuras. Aún es tiempo de actuar y prevenir males mayores.