Día del Ejército Mexicano
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Opinión

Editorial

Día del Ejército Mexicano

 


Hoy se conmemora en todo el país, el “Día del Ejército Mexicano”. Según información oficial “el origen del actual Ejército Mexicano surge con el XXII Congreso Constitucional Libre, Independiente y Soberano del Estado de Coahuila que en su decreto 1421 del 19 de febrero de 1913, desconoció al General Victoriano Huerta y dio facultades a Venustiano Carranza, Gobernador del Estado, para crear una fuerza armada y restablecer el orden constitucional”. El 26 de marzo del mismo año, fue proclamado el Plan de Guadalupe, documento que le dio nombre al “Ejército Constitucionalista” y una vez que se promulgó la Constitución de 1917, adoptó los nombres de Ejército Nacional Federal y Permanente y más tarde Ejército Mexicano. Con el decreto número 720 de 22 de marzo de 1950, se declaró como el “Día del Ejército”.
Sin duda alguna, hoy en día nuestro instituto armado ha logrado consolidar para sí el respeto del pueblo mexicano, luego de la importante labor que ha desarrollado en calles, pueblos y ciudades, para mantener acotados a los grupos criminales, que han salpicado al país de sangre. Muchos militares han caído en el cumplimiento de su deber. Decenas han sucumbido en los enfrentamientos con grupos delictivos, además de haber tolerado humillaciones y hasta golpes de parte de comunidades bien identificadas con el narcotráfico y otras actividades fuera de la ley. Si bien es cierto que hubo partidos políticos y grupos vinculados con ellos, que insistían una y otra vez en el retorno del Ejército a sus cuarteles, la realidad tan cruda de la inseguridad en el país, ha hecho que permanezcan fortaleciendo la confianza ciudadana en las instituciones y en el Estado de Derecho.
En Oaxaca, el Ejército Mexicano ha desplegado una gran labor, la cual le es reconocida por el pueblo. Vimos a cientos y cientos de soldados levantando escombros durante los sismos que nos fustigaron en septiembre de 2017. Los hemos visto también, poniendo en práctica el plan DN-III, cuando las tormentas han lacerado a decenas de comunidades alejadas de los centros urbanos. Es decir, el apoyo y solidaridad de los militares, sobre todo en situaciones de emergencia, han sido indiscutibles. Desde este espacio editorial enviamos nuestro reconocimiento a los jefes militares, oficiales y personal de tropa, por su labor en favor de las instituciones republicanas y del pueblo de México.

Normalistas, eternos inconformes

Banderas no hacen falta para secuestrar camiones del servicio urbano; para cerrar calles y cruceros del Centro Histórico; para tomar de manera ilegal unidades utilitarias llenas de mercancía y saquearlas para almacenarla, con el burdo argumento de que necesitan para su manutención; etc., y diversas acciones fuera de la ley. Nos referimos a los miembros de la Coordinadora de Estudiantes Normalistas del Estado de Oaxaca (Ceneo), que de manera cotidiana se sacan de la manga una o mil demandas para fustigar a la ciudadanía oaxaqueña. Es más, la semana pasada, viernes para ser exactos, llegaron a la capital para realizar una protesta, con un ingrediente adicional: invitaron a sus colegas radicales de la Escuela Normal Rural “Vanguardia” de Tamazulapam del Progreso y a sus colegas, asimismo temerarios y falsos revolucionarios, de la Escuela Normal “Lázaro Cárdenas”, de Tenería, Estado de México.
A través de algunos medios de comunicación de la capital del país nos enteramos de las acciones de alumnos de dicha institución mexiquense, como fue el secuestro de decenas de unidades de una conocida línea del transporte, cuya liberación tuvo que darse que darse a través de la mediación de la Secretaría de Gobernación. Es decir, se les han solapado todo tipo de atropellos y acciones fuera de la ley. Igual que en Oaxaca, en donde jamás se ha dado la intervención de las fuerzas policiales o instrumentos de seguridad para liberar autobuses y camionetas que dichos porros, disfrazados de estudiantes de la CENEO, cometen a menudo. La semana pasada, simplemente, tomaron decenas de unidades para bloquear cruces en céntricas calles de la capital, como Tinoco y Palacios, Independencia, Morelos, etc.
En su oportunidad, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo) informó que ya se habían atendido algunas demandas, sin embargo, también reconoció la dependencia que ciertas cosas tienen que resolverse a nivel de la Secretaría de Educación Pública (SEP), habida cuenta de que todo lo que tenga que ver con nómina y techos presupuestales, se autorizan en el gobierno federal. Pese a tener claridad sobre ello, nuestros “revolucionarios” normalistas, insisten una y otra vez en fastidiar a la sociedad civil, en protestas sin sustento ni viabilidad, atrayendo para sí el repudio ciudadano, que descalifica sus movilizaciones con el clásico: ¿y éstos son los futuros maestros?