Estado de Derecho y desarrollo
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Editorial

Estado de Derecho y desarrollo

 


Una de las tesis de los liberales mexicanos del Siglo XIX, encabezados por don Benito Juárez, es que el predominio de la ley y el orden es indiscutible en toda sociedad. Nadie está por encima de la ley. Cualquier sujeto que revierta el orden constitucional o violente la norma, debe ser detenido, consignado y sometido a proceso. Puede haber mil proyectos, mil buenas intenciones, pero en tanto el Estado recurra el manido método del diálogo o el arreglo político para someter lo que la ley dispone, estaremos condenados a vivir en la anarquía y el desorden. La orden de aprehensión en contra del dirigente del Frente Popular “14 de junio”, Francisco Martínez Sánchez y la detención del dirigente del Sindicato Libertad, advierten que vamos por el camino correcto. Lo anterior viene a cuento por los proyectos ambiciosos que el gobernador Alejandro Murat ha perfilado en los “medios nacionales”, como la construcción en el Istmo de Tehuantepec de un canal interoceánico, semejante al Canal de Panamá. Se trata, desde luego, de una utopía, habida cuenta de que algunos proyectos llamémosles terrenales, como las carreteras al Istmo y a la Costa, siguen en espera. Se trataría, desde luego, de un proyecto a largo plazo, del que no se había tocado nada desde hace tal vez décadas, salvo los proyectos sexenales que toman al Istmo como referente, pero jamás se han traducido en obras concretas.

No obstante, en el gobierno parece omitirse una realidad única y excepcional: la constante movilización que afecta a la región istmeña; los constantes bloqueos carreteros; la extorsión a que son sometidas las empresas que llegan a avecindarse por ahí, no sólo de parte de dirigentes sin escrúpulos y pillos ya reconocidos por todos, sino por nuevos especímenes de la lucha social, grupos criminales, sindicatos del transporte y otros. Simplemente a los mentores de la Sección 22 no se les ha podido meter al orden. Siguen una y otra vez tomando banderas que están fuera de sus pretensiones laborales o económicas. Y lo hacen porque están empecinados en cuestionar todo lo que haga el gobierno. Estos lastres sociales le apuestan al atraso, la ignorancia, la marginación y la mediocridad. Saben que de ahí comen y que no hay poder en este estado que les dispute la supremacía. Y de todo ello hay un móvil: el gobierno ha sido incapaz de aplicar la ley. Existe miedo e incluso terror a utilizar la fuerza pública, incluso en momentos cuando a los grupos en mención, no les asume ninguna razón. Ése es uno de los principales obstáculos para cualquier proyecto de gran envergadura.

Centro Histórico: Un estercolero

Una vez más, el turismo que nos visita en esta temporada, estimado en más de 130 mil visitantes del país o el extranjero, son recibidos por un espectáculo deprimente y fatal: nuestro Centro Histórico, el corazón de la Verde Antequera, convertido en zahúrda y estercolero, por una banda de cuatreros y delincuentes, en que han devenido los grupos magisteriales que encabeza Eloy López Hernández y ambulantes de toda laya. Si bien es cierto que es la imagen típica que se nos ha acuñado, luego de meses de plantones virtuales, en donde están las casas de campaña de normalistas y mentores, nada más negativo para la imagen de Oaxaca y de miles de oaxaqueños que viven del turismo, que esta imagen del zócalo y las principales calles del centro. Si bien es cierto que ello poco importa a quienes vienen con el deseo de conocer algo de lo que este terruño le ofrece al mundo y a México, no deja de sentar un precedente de falta de autoridad, de la existencia de un poder fáctico -la Sección 22- que sigue empecinada no sólo en seguir dañando la educación que imparte el Estado, sino que los coletazos de sus acciones afecten la economía, la gobernabilidad y la paz social. Es decir, que sus intereses gremiales, políticos y bastardos, prevalezca por encima del interés colectivo de la sociedad oaxaqueña.
Hay un insano interés en dañar a Oaxaca. Hay movimientos perversos desde que el entonces Subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Luis Enrique Miranda Nava, hoy titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), fortaleció a los grupos que hoy intentan a toda costa, seguir poniendo contra la pared al gobierno y al pueblo. Estos mercenarios de la educación están perfectamente identificados, al igual que con algunos emisarios del pasado, que desde sus posiciones privilegiadas han financiado la labor de zapa que esos sujetos han emprendido en contra de la actual administración. La muestra fehaciente de ello está en el plantón que se instaló en el Centro Histórico, con un espectáculo grotesco de maestros “echados” como perros en el piso y haciendo sus necesidades fisiológicas en las jardineras de uno de nuestros sitios más emblemáticos. Como hace 37 años, cuando nació el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO), se siguen utilizando los mismos métodos, las mismas estrategias, los mismos moldes anacrónicos y pasados de moda.