Proteger los Chimalapas
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Opinión

Editorial

Proteger los Chimalapas

 


Desde hace más de 50 años la porción oriente del territorio comunal chimalapa se ve invadida y depredada en más de 160 mil hectáreas de selvas y bosques por talamontes y ganaderos provenientes del vecino estado de Chiapas, impulsados y solapados por gobiernos de aquella entidad. Hoy los llamados de auxilio para evitar que esta región de vida se siga devastando van en aumento, como las denuncias de que no hay programas gubernamentales efectivos para protegerla y aprovechar su enorme potencial biológico, científico y ecoturístico que inexplicablemente ha sido desdeñado.

Las comunidades chimalapas han dado desde entonces una histórica y ejemplar lucha pacífica y tenaz en defensa de su territorio y de sus invaluables bienes naturales, movilizándose periódicamente para detener dichas invasiones, tal y como lo han hecho recientemente.

Se ha solicitado a los gobiernos federal y estatal actuar de forma inmediata y efectiva para detener y revertir estas invasiones y esta depredación ecológica, haciendo valer los derechos colectivos del pueblo zoque y evitando además un posible clima de violencia social en dicha zona. Este territorio que defiende el pueblo alberga por lo menos 146 especies de mamíferos, 140 de reptiles y anfibios, 316 de aves y 900 de mariposas, muchas endémicas.

Ante la serie de agresiones registradas y la necesidad de conservar y proteger esta región, considerada la mayor reserva de biodiversidad de México y Mesoamérica. La petición de los comuneros de los municipios de Santa María y San Miguel Chimalapa es simple y sencillamente brindar atención a esta región.

Cada vez más se documentan y se denuncian públicamente y ante instancias gubernamentales del orden estatal y federal invasiones de territorio comunal en los parajes de Arroyo La Gringa, Arroyo Zapote; estribaciones de El Espinazo del Diablo, Río Pescaditos y La Reforma.

Una vez más el pueblo de Santa María Chimalapa pide el cumplimiento del desalojo de los invasores y exigen solución pronta y definitiva, apegada a la justicia y al derecho, del juicio de controversia constitucional número 121/2012, establecido ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con motivo del conflicto de límites e invasión, entre los gobiernos de Oaxaca y de Chiapas, lo cual, aunque jurídicamente no incide en la propiedad comunal chimalapa, confunde y contamina políticamente este delicado conflicto.

Proyectos sin aterrizar

La ejecución del proyecto transístmico se publicitó como el detonante para el desarrollo económico de Oaxaca, pero al paso del tiempo poco o nada se ha logrado. Y si bien los beneficios de las reformas estructurales se verán reflejadas hasta el próximo sexenio, los objetivos planteados no se han alcanzado. Tal es el caso de la modernización de la carretera Acayucan-La Ventosa que permitirá una comunicación más rápida entre los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, y que se espera concluir en diciembre de este año.

Con el objetivo de facilitar el transporte de bienes y productos de las poblaciones intermedias, aumentar la competitividad de estos importantes puertos marítimos, lograr ahorros significativos y mejorar la operación de la carretera al reducir en una hora el tiempo de recorrido -al pasar de 2 horas 30 minutos a 1 hora 30 minutos-, la modernización de esa carretera es imprescindible.

La problemática principal en la construcción y conservación de infraestructura carretera se deriva de la complejidad de la orografía del estado, aunado a los constantes fenómenos meteorológicos que ocurren en la entidad que dificultan y retrasan, en algunas ocasiones, el buen desarrollo en la ejecución de obras.

El corredor transístmico es un proyecto rentable financieramente para el país y para la inversión privada, debido a las nuevas condiciones políticas y macroeconómicas, en especial porque hoy es más barato cruzar por el Istmo de Tehuantepec hacia Houston, Alabama o Florida que hacerlo por Panamá.

Como ha sucedido en años anteriores, el proyecto logístico del Istmo de Tehuantepec sigue sin despegar a pesar de que, se insiste, es estratégico como un puente terrestre para el paso de contenedores y como un recinto fiscal estratégico. México podría aumentar su exportación a China y a los países asiáticos de alimentos no perecederos, empacados en aséptico al alto vacío, productos pecuarios, bienes de consumo contenerizados que puedan producirse o empacarse en el Istmo de Tehuantepec.

Por ello se requiere ampliar el puerto de Salina Cruz y de Coatzacoalcos, realizar la segunda vía del tren, otorgar los permisos para hacer los parques industriales y generar 150 mil empleos. Es un proyecto que se puede hacer en dos años si se ataca con la misma perspectiva y ambición como lo hace Panamá, pero todo sigue en buenas intenciones.