Un voto razonado
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Opinión

Editorial

Un voto razonado

 


La jornada electoral que se avecina implica asimismo una gran disyuntiva: emitir un voto razonado. No se juega solamente la elección de un determinado candidato a la presidencia de México o para formar parte del Congreso de la Unión, los congresos locales o las presidencias municipales. No. Se jugará el futuro de este país. He ahí el por qué tanto se insiste en que más allá de las asfixiantes encuestas que nos han fustigado mentalmente durante meses, a la extenuante publicidad, mensajes y discursos, el ciudadano, que es quien tiene en sus manos emitir el sufragio, debe analizar la situación en que vivimos y apostarle a quien y quienes crea habrán de dar la alternativa de mejora a la calidad de vida de los mexicanos y por supuesto, de los oaxaqueños. Por fortuna, los maestros de la Sección 22 se retiraron desde hace unos días. Se sabía del riesgo que implicaría su permanencia como mecanismo de presión social e intimidación electoral. El panorama, salvo los incidentes de violencia que se han dado y de los que ya hemos dado cuenta, todo apunta a que hay un ambiente de tranquilidad y poca crispación social. Estamos pues en vísperas de uno de los procesos electorales más complejos de la historia reciente.
Uno de los factores es que se trata de elecciones concurrentes, es decir, en donde la boleta contempla no sólo presidente de México, sino aspirantes al Senado, la Cámara de Diputados federal, local y presidentes municipales. Lo que el ciudadano común debe hacer en este proceso, es reflexionar en torno a las propuestas que han hecho cada uno de los candidatos, cuál es la mejor opción para conducir los destinos de este país; quién representa las inquietudes ciudadanas y el deseo de cambiar el estado de cosas. Temas tan delicados como el de la inseguridad, el desarrollo económico, el empleo, la educación y la salud, deben ser los ejes en los cuales se cimiente el cambio del país. A estas alturas ya no valen las posturas demagógicas, las promesas fatuas que los aspirantes saben que no se habrán de cumplir; los ofrecimientos de un mundo ideal, que tampoco cuajan ya en el ánimo de una sociedad exhausta como la mexicana. Es importante que luego del proceso que se avecina, se suscriban pactos para admitir los resultados, para que no haya confrontación post-electoral y se sienten las bases para un México unido, justo y en paz.

Ilícito añejo

 

Tiene ya muchos años que personas, sobre todo en el Istmo de Tehuantepec, se dedican al robo de combustible. La cercanía de la Refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Salina Cruz, con la distribución de ductos y tubos que pasan por todo la región istmeña, ha provocado la ambición de personas sin escrúpulos que, con la complicidad de elementos policiales e incluso de otras corporaciones, han hecho del robo de combustible el negocio de su vida. Con el operativo de seguridad que hay en el Istmo, se han descubierto decenas de tomas clandestinas. Hace días en Puebla, se dio un enfrentamiento entre delincuentes dedicados al robo de gasolina y con elementos del orden en el llamado triángulo rojo en Puebla. La Policía Estatal fue emboscada, resultando al menos seis elementos muertos. Esto implica que pese a que en las comunidades poblanas de esa zona, los mismos vecinos solapan y son cómplices de ese negocio ilícito, las autoridades han intervenido para evitar mayores daños económicos a la paraestatal, pero además, para acotar el tráfico y venta de combustible robado. Pero resulta que Marina y Ejército, algo nunca visto en este país, son agredidos por vecinos, sobre todo mujeres que están conscientes de delitos de sus esposos e hijos, pero argumentan que el petróleo es propiedad de la Nación.
Resulta paradójico que ante el asesinato de seis elementos de la Policía Estatal, como hace semanas lo fueron en Guerrero, embocados por grupos criminales, las comisiones de derechos humanos no se pronuncien al respecto. Pero cuando un militar disparó hace algunos meses en contra de sujetos dedicados al robo de combustible en la misma zona poblana de la que hablamos, la crítica se volcó en contra de las Fuerzas Armadas. Es decir, sólo se ve el lado malo de las autoridades y no la crueldad de los grupos criminales, que sin temor alguno emboscan, ejecutan y hasta degüellan a sus adversarios. En Oaxaca, como ya lo hemos comentado, el huachicoleo funciona desde hace tiempo. Hay verdaderas empresas del combustible robado en toda la región istmeña. Cientos de sujetos caminan al filo de la ley y toda la gente lo sabe. Las únicas que fingen demencia son las autoridades. En la zona istmeña, toda la franja que se ubica a ambos lados de la Carretera Transístmica, está plagada de delincuentes cuyo trabajo es ése. Matías Romero, Santa María Petapa, Asunción Ixtaltepec, Rincón Antonio, y decenas de comunidades, el gran negocio de muchos es la compra-venta de gasolina robada. Pero los delincuentes se pasean impunemente y hasta ajustan cuentan entre ellos.