Protesta exacerbada
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Opinión

Editorial

Protesta exacerbada

 


Estos días han sido un suplicio para la ciudadanía. Las protestas, marchas y bloqueos se han exacerbado. Pareciera que los tiempos electorales han alimentado más la voracidad de algunos que han visto en el chantaje, una forma sui generis de obtener prebendas. Los sindicatos del transporte, particularmente la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el Sindicato “Libertad”, parecen estar como en el pasado. Sin motivo aparente, los dirigentes despliegan a sus operadores de las unidades en oficinas de gobierno. Hoy en Ciudad Judicial; mañana en Ciudad Administrativa. Se advierte que siguen las mismas prácticas que el detenido ex Secretario de Finanzas de dicha confederación. El martes pasado, fueron vecinos de un Fraccionamiento que construyó una empresa denominada “Casas Geo”, los que cerraron la carretera 190, durante más de 12 horas. Un asunto particular deriva en afectación pública. Que responda la empresa responsable no que pague la sociedad los platos rotos, por una anomalía o una omisión. Como comentamos el pasado miércoles, la práctica de bloquear vialidades y carreteras se ha convertido en el negocio de unos cuantos y el perjuicio de muchos miles. Y todo ello ante la mirada complaciente del gobierno.

Uno de los episodios que los medios nacionales magnificaron en la semana fue que maestros y alumnos de algunas escuelas en Juchitán tomaron clases en la calle, habida cuenta de que sus edificios escolares están total o parcialmente destruidos a raíz de los sismos de septiembre. Pero a los oaxaqueños ya no nos sorprende esa actitud, porque durante 38 años hemos visto durante meses, las escuelas cerradas por paros o manifestaciones. Resulta extraño que ahora los maestros de la Sección 22, parásitos perpetuos del presupuesto destinado a la educación, exijan edificios y escuelas dignas, cuando es de todos sabido la forma en la que a menudo –y a veces durante meses- conculcan el derecho de más de un millón de alumnos, a recibir educación de calidad. Se trata de una simple simulación. No es la educación ni la apertura de escuelas lo que les interesa, sino hacerse como siempre las víctimas de la negligencia o apatía del Estado. Un comportamiento similar aunque demagógico adoptó la presidenta municipal de dicha ciudad istmeña, Gloria Sánchez López, al quejarse del abandono de la Federación y el estado, respecto a los daños ocasionados por los sismos de septiembre, pero nada dijo en torno a la aberrante politización de la ayuda que llegó a su municipio.

Violencia que no cesa

La inseguridad y el crimen siguen permeando en el Istmo de Tehuantepec, particularmente en Juchitán de Zaragoza, donde el sábado 20 de enero por la tarde, tres personas fueron acribilladas a balazos en un bar de la Sexta Sección. En las indagatorias se estableció que las tres personas habían acordado verse en dicho lugar para convivir degustando unas cervezas. Dos de ellos eran hermanos: uno, marino asignado en Salina Cruz y el otro, moto-taxista, de los cuales se han convertido en presas de la delincuencia organizada que permea en dicha ciudad istmeña. De la tercera persona poco se sabe, sólo que respondía al nombre de Pedro y quien ingresó a una clínica particular pero debido a las lesiones que presentaba falleció. Antenoche, otra persona fue ejecutada en la una cenaduría. Juchitán ha sido escenario de homicidios múltiples, como el que ocurrió hace al menos cinco años, cuando un comando armado atacó a una decena de personas que se habían apropiado de manera ilícita de un predio. El directorio de crímenes es impresionante, pues en algún momento la ciudad istmeña llegó a ser reconocida como uno de los teatros criminales más sangrientos del país. A ello hay que agregar la persistencia de organizaciones sociales como la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI), que opera prácticamente al amparo o en conjunto con dichos grupos criminales.

En la semana asimismo, trascendieron agresiones a un periodista de la zona de Matías Romero, así como desapariciones y otros ilícitos. Se sabe que en el tramo carretero entre Tehuantepec y Juchitán, se han vuelto comunes los asaltos a autobuses de pasajeros. Del compañero periodista, cuyos datos respecto a su labor son poco conocidos, más que laboraba en un diario regional, sólo apareció su vehículo, sin placas de circulación, pero sin el conductor. La Fiscalía General del Estado mantiene abierta varias líneas de investigación en relación a la desaparición del comunicador con el propósito de dar con su ubicación. En otro entorno también se informó sobre la desaparición de una estudiante que salió de su hogar con la intención de hacer tarea en equipo el pasado domingo y no regresó a su hogar. Esta desaparición se suma a la lista de niñas que no han sido localizadas por sus padres en los últimos meses en el municipio de Salina Cruz, que en total suman 16. Los tres órdenes de gobierno deben operar acciones coordinadas para detener esta creciente ola de violencia que, de continuar, puede hacer naufragar los grandes proyectos de inversión que tanto se han anunciado.