La diáspora de los Dreamers
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La diáspora de los Dreamers

 


La migración siempre ha sido un fenómeno social que ha sido inherente al desarrollo de la humanidad, desde sus orígenes, los pueblos y sus culturas se han integrado con una variedad de elementos socioeconómicos que han generado la evolución y el desarrollo del mundo actual.

Por lo que la migración mundial no puede frenarse, lo que urge es la reglamentación, no se puede cercar el mar ni poner muros en el cielo y por lógica tampoco se debe fraccionar la tierra por la paleta de diversidades que convergen en el principio territorial que son las naciones.

Y entonces qué onda con América, somos un grupo que surgió en teoría por la migración de asiáticos y otras culturas que se han incorporado, tenemos una riqueza cultural de valores y principios que se hermanan, solidaridades y respetos que han surgido a través de las verdades fraternidades y no con teorías de odio disgregacionista y racistas supremacistas como las que pregona el actual presidente de Estados Unidos.

Donald Trump plantea eliminar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) aprobado en 2012, mismo que permitió que salieran a la luz miles de hijos de migrantes que fueron llevados desde muy pequeños a los Estados Unidos, los cuales vivían con miedo para asistir a la escuela o al trabajo.

Estos niños (Dreamers) que crecieron en Estados Unidos y que han tomado como patria este país, ya que es en el que se han desarrollado, trabajan y estudian por el bien de ellos y por ende de su patria adoptada.

Por esta decisión podrían 800 mil jóvenes con permisos de residencia, trabajo y libertad para entrar y salir del país sin ser deportados, por la falta de nacionalidad americana, perderlo todo, quedando cesantes de casas, hipotecas, créditos, ahorros, estudios, coches, seguros y trabajos).

Los Dreamers podrían despertar de su sueño, pero abruptamente, tal cual ha ocurrido en otras culturas con las diásporas que han sucedido a lo largo de la historia, provocadas por la ambición y la xenofobia, y algo muy obvio en ésta es que el mandatario de los Estados Unidos desde su campaña a la presidencia siempre ha mostrado públicamente su rechazo a los migrantes, principalmente a los latinos y en especial a los mexicanos.

Sin entrar en una explicación etológica sobre estos hechos realizados por Trump, me queda claro que el presidente de origen migrante, como casi todos los pobladores del país vecino, salvo los nativo-americanos, sólo fomenta el racismo, la discriminación, la crisis y la xenofobia entre su electorado.

Sus propios fiscales generales demandaron a su presidente este miércoles, 16 estados piden que no se elimine el DACA, miles de personas de Estados Unidos apoyan esta demanda que se presentó ante sus tribunales.

Los migrantes denominados Dreamers, que actualmente oscilan entre los 20 y 30 años, entraron al país siendo menores de edad como migrantes indocumentados al igual que sus padres, y después de que Obama en 2012 pusiera en marcha este programa que los ayudaba a tener educación y trabajo, hoy se vuelvan a quedar a la deriva y en espera de ver qué pasará con ellos.

De los más de 600 mil mexicanos que habían sido beneficiados con el DACA, sus familias y ellos pasaron a vivir en la incertidumbre social y jurídica, tendrán que esperar seis meses hasta que el Congreso de Estados Unidos decida.
Si se eliminara el programa definitivamente muchos tendrían que dejar el territorio americano y ser deportados a México, El Salvador y Guatemala, entre otros. Dejando a sus hijos que nacieron en Estados Unidos y por lo tanto son estadounidenses, y ellos como ilegales tendrían que regresar a países que no conocen.

Los Dreamers respetan las leyes y son una población económicamente activa, que participa en el mercado laboral, da trabajo, genera ingresos, paga impuestos y contribuyen al desarrollo del país “huésped-nativo”, ya que más del 80% de beneficiarios son trabajadores.

La anulación del DACA afectaría la economía de Estados Unidos ya que perdería casi 460 mil millones de dólares del PIB en la siguiente década, según un estudio reciente del Center for American Progress.

No es justo que sean obligados a dejar todo lo que han generado, y regresar a los países de origen de sus padres; sería terrible, porque sus estudios no valdrían y en qué trabajarían, se volverían una carga económica para los países que fueran deportados, donde no tuvieron oportunidad y tampoco la tendrían ahora.

La única forma de que permanezcan los Dreamers en Estados Unidos es que su congreso apruebe una ley que los proteja o les dé una residencia definitiva. DACA tampoco daba una solución permanente, ya que los permisos eran por lapsos de dos años, y tendrían que renovarse al término de este periodo, pero sí les permitía tener paz y estabilidad.

Por esta razón se debe reglamentar la migración y no combatirla como una guerra, tampoco tratar a los migrantes como si fueran mercenarios invasores, debería haber una solución pronta para no globalizar la crisis económica, y ojalá Estados Unidos y Trump recuerden qué pasó en 1929.