Frente izquierda-derecha, una unión sólo por poder
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Frente izquierda-derecha, una unión sólo por poder

 


Las diferentes corrientes ideológicas siempre han estado representadas o deberían estarlo por personas afines a las posturas que sostienen, pero esto no es cierto.

Los integrantes de la clase política mexicana, habiendo sus excepciones, son unos veletas que literalmente se venden al mejor postor, tal cual pedazo de res o de cerdo se ofertan en el mercado al partido que les permita tener un espacio de poder por elección popular o por representación proporcional.

Dejando a un lado la ideología política, sin importar en qué partido se formaron o a cuál perteneció su familia, los actuales “líderes mexicanos” sólo buscan su propio bienestar.

Hace más de 20 años imaginar una alianza pública entre un partido conservador y uno de izquierda hubiera sido impensable ante el electorado, hoy las cosas son diferentes, los izquierdistas se alían a los de centro, derecha, ultraconservadores, liberales, neoliberales y pseudonacionalistas, etc.

Con la bandera de representar a la ciudadanía se presentan con diferentes logos, enfermos de poder y ávidos de seguir viviendo del erario público, cientos de políticos saltan de un partido a otro, cualquiera diría que van a la moda, con el que tenga más votantes.

Es risible ver a los diputados, senadores, gobernadores y quizá a un candidato a la elección para presidente el próximo 2018, que no tenga definición política, o que por puro interés acepte las alianzas.

Es ridículo creer que alguien que se une a corrientes ideológicas diferentes sólo por su propio bien y no por el progreso de México, haga buen papel, seamos honestos qué podemos esperar de estas personas que dejaron a su partido y se fueron a otro porque ahí le darían un mejor hueso, entendemos algo, la prostitución de las instituciones políticas se ha dado por sus representantes.

Los partidos políticos son entidades con estatutos, pero son representados por seres veletas, fáciles de convencer y arribistas, quienes donde encuentran un espacio para poder ejercer su libre albedrío, se meten sin importar qué lugar sea.
He escuchado a los militantes de los partidos políticos pelearse por sus candidatos y por los gobernantes, al punto de romper relaciones familiares, laborales y hasta personales.

La alianza PRD-PAN sería un error histórico fusionar a la izquierda mexicana con el ala conservadora por excelencia, cada uno tienen una plataforma de principios con un ideario y un proyecto de país, no es coherente unirlos sólo para derrocar al PRI, su alianza no tiene fundamentos válidos, son sólo intereses económicos, políticos y de hambre de poder.

Actualmente, los representantes de los partidos políticos tampoco representan a las militancias, los dirigentes son elegidos desde la cúpula de poder sin representatividad en las bases, por ejemplo: Ochoa Reza y Ruíz Massieu Salinas no son el PRI, no son aceptados por las bases. El actual Partido Revolucionario Institucional resultó una decepción, sus líderes perdieron la capacidad de expresar el sentimiento nacionalista mexicano, ya que los priistas actuales van atados a la política de Estados Unidos, carecen de credibilidad, Enrique Peña Nieto es el mejor ejemplo.

Por su parte, la presidenta del PRD, Alejandra Barrales tampoco representa a la Revolución Democrática, encarna sólo a intereses económicos de grupos, grandes cuentas bancarias y propiedades, además de la fuerte sombra que la cobija de Miguel Ángel Mancera.

Y Ricardo Anaya, mejor conocido como Ricardo “Canalla”, no es el representante querido por todos los blaquiazules, mismos que se están peleando constantemente demostrando la falta de unión entre ellos.

Las alianzas son buenas, pero sólo cuando se busca el beneficio colectivo, no hay que irnos tan lejos para ver que éstas no funcionarían, Gabino Cué llegó con la coalición Unidos por la Paz y el Progreso, conformada por los partidos PAN, PRD, Convergencia y PT ¿y qué resultó? ¡un terrible fiasco político!.

La decisión está en el electorado, pero creo fervientemente que las coaliciones no representan al pueblo, sólo a los intereses de políticos corruptos, los cuales buscan su propio beneficio.