Oaxaca, la nueva Amauroto
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Oaxaca, la nueva Amauroto

 


Estamos en un mes que debería de ser fiesta, algarabía, derroche de felicidad, trabajo seguro para muchos y una gran derrama económica que beneficiaría a nuestro bello estado, Oaxaca.

Pasó el primer Lunes del Cerro y pese a las amenazas de los grupos anárquicos escudados en nombres de sindicatos, se realizan las actividades de la agenda cultural todos los días; conciertos con llenos totales en el Auditorio Guelaguetza, calendas con miles de personas que bailan al compás de la música interpretada por bandas, con ferias de todo tipo, alcohol y comida en exceso.

Esto es nuestra bella ciudad de Oaxaca, llena de turismo, mismo que se enfrenta a manifestaciones y vejaciones, al tener que caminar por calles sin banquetas, por obras inconclusas, que pasan a segundo término al ver la fiesta.

Todos trabajan, hay empleo y viven felices, las redes están llenas de videos en los que las autoridades muestran inauguraciones, arte, comida, artesanías, baile y bebidas que son parte de nuestra rica cultura.

Imágenes que enseñan un Amauroto, que se materializa saliéndose del libro de Tomás Moro, Utopía.

Pero la realidad es otra, por más que quieran mostrar al mundo un Oaxaca perfecto, día a día seguimos padeciendo los berrinches de grupos que se escudan en “los pobres”, para exigir recursos que bien podrían servir para realizar acciones en pro de la ciudadanía.

Estos grupos están acostumbrados como niños caprichosos a exigir sin querer dar algo productivo a cambio, cualquiera comandando un puñado de personas bloquea las calles y oficinas exigiendo que papá Gobierno les dé dádivas para mantenerse en paz.

Acostumbrados al chantaje han obtenido por muchas generaciones grandes beneficios que han creado organizaciones ociosas que violentan los derechos de todos los que no pertenecemos a ellas.

Siempre con su bandera de que el gobierno es represor y que ellos representan a los más necesitados se han vuelto unos vándalos, que irrumpen la paz.

Obstruyendo el libre tránsito, el Artículo 11 de la Constitución es transgredido constantemente, porque no se puede pasar por los puntos que ellos bloquean, aunque no te exijan un documento para transitar, te piden dinero.

Entonces qué pasa con la ciudad perfecta, este miércoles grupos que supuestamente pelean por los campesinos, indígenas y poblaciones vulnerables como el Comité de Defensa Ciudadana (Codeci) y el Consejo de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEP) bloquearon los accesos del edificio María Sabina, ubicado en Ciudad Judicial en Reyes Mantecón.

Este hecho fue terrible al igual que muchos más, los integrantes de estas asociaciones exigían atención por parte de las autoridades y escudándose en que todos tenemos libertad de manifestación, los integrantes de estos grupos se comportaron como unos salvajes, atentaron contra el derecho a la vida, ya que pudieron haber provocado abortos en madres gestantes que se encontraban en el edificio, afortunadamente las dejaron salir después de varias horas.

También, en el lugar había niños y personas con discapacidad, que sin importarles que eran población vulnerable, fueron expuestos a castigos dados por estas personas.

Se creen jueces, ellos no son nadie para imponer una justicia sin ley, impidiendo la salida de los trabajadores, mismos que fueron amenazados con palos y machetes.

Con qué calidad moral se atreven a exigir una mesa de diálogo, si su actuar es el de terroristas, con estas actitudes amedrentan a todos, después de varias horas permitieron salir a las mujeres y niños, dejando a los hombres.

Está terrible acción los vuelve unos criminales, porque volvieron rehenes a los propios oaxaqueños.

Dónde queda la civilidad, tal cual salvajes llegan a cualquier punto impidiendo que se realice la rutina cotidiana de la ciudadanía.

Las hordas contra el orden siguen violentando a los oaxaqueños, los grupos actuales conculcan nuestros derechos mediante el chantaje, en nombre de una lucha que sólo beneficia a unos cuantos.

Se enojan por todo, no saben dialogar y lo volvieron a demostrar los integrantes del Sindicato Libertad, que después de que la Agencia Estatal de Investigaciones detuviera a uno de sus dirigentes a Iván Luis Villaseca, optaron por violentar y bloquear nuevamente.

Ojalá Amauroto sí existiera, pero la verdad es que sólo es una utopía.