Privilegios y arbitrariedades  
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Debates y Deslindes

Privilegios y arbitrariedades  

 


En dos o tres ocasiones me he referido en este espacio a los precios tan altos que cobra una empresa de camiones de primera línea por transportar pasajeros, pongo de ejemplo que las rutas que corren de la Ciudad de México hacia el norte, Monterrey, Laredo, Piedras Negras por transportar mil kilómetros, cobran en un transporte de lujo con sólo tres asientos en cada fila, con agua y atención a la subida aproximadamente un mil pesos, 1 mil 250 para ser exactos , mientras que esta empresa cobra 1 mil 150 pesos por el transporte en un autobús semejante, pero sólo 480 kilómetros. O sea que cobra el doble que las otras líneas. ¿Quién autoriza estos precios ¿O nadie y la empresa los fija a su leal saber y entender y como no hay competencia en estas rutas el pasajero tiene que soportar este tipo de agresiones y pequeños robos?   

En el neoliberalismo hay una libertad de las empresas para fijar el valor de sus productos, parece que nadie interviene en fijar los precios del transporte urbano foráneo. El transporte urbano de las ciudades sí está regulado por los municipios y constantemente se están negociando esos precios, aunque pequeños, constituyen una de las entradas más productivas de los camioneros.  

En mi último viaje me encontré otra modalidad arbitraria de los despachadores de la empresa camionera. Siempre pregunto si hay un boleto de INSEN porque tengo una credencial desde hace muchos años que me autoriza a obtener un descuento. Maravillosamente me dijeron que sí, y cuando saqué mi credencial que había utilizado en esa línea hacía cinco días y en diversos comercios en la mañana me dijeron que esa credencial no servía, que no era válida. Mi sorpresa fue mayúscula. Le pedí me mostrara el documento de la Secretaría del Bienestar por medio del cual se declaraban no válidos estos documentos que se empezaron a distribuir desde hace 25 años y actualmente utilizan varios millones de ancianos como yo. No me mostraron nada, una supervisora me enseñó las nuevas credenciales, pero en ningún momento decía que las viejas ya no tenían valor.  

Como un favor especial y, sólo por esta ocasión, la empleada me dio un descuento, al volver a la ventanilla me dijeron que ese descuento sólo aplicaba en los autobuses más baratos e incómodos, los que ello designan como primera clase, pero en la clase donde viajo no servía el descuento. De modo que tras de corneado apaleado. No solo no me descontaron nada, a lo cual tenía derecho, sino que se burlaron al otorgarme un descuento inservible.  

Escribo esta nota consciente de que no va a pasar nada, de que la prensa ha perdido parte de su calidad de denuncia social y ahora parece que nadie le hace caso, pero lo hago porque miles de personas de la tercera edad sufren vejaciones de una empresa a la cual no le importan los derechos de las personas sino su ambición desmedida. Es evidente su falta de respeto a las disposiciones gubernamentales y sin ningún derecho, ni razón niegan beneficios y atribuciones a los pasajeros. Ni modo, en este caso no hay más que armarse de valor y esperar que los empleados estén de buen humor, porque de respetar la ley, ni hablamos.   

El Nuevo Gabinete  

La conformación del gabinete que pondrá a trabajar el gobernador electo es una de mis preocupaciones cotidianas. En la mayoría de los casos un presidente o un gobernador depende de la preparación de sus ayudantes, sean éstos, secretarios de Estado o subsecretarios. La mayoría de las veces estos equipos se conforman por los compromisos adquiridos durante la campaña o en el transcurso de la carrera política de manera que llegan de dulce chile y de manteca. Gente de todos los colores y sabores y algunos sin mayor preparación más que la lealtad y la obediencia al nuevo mandamás.  

Lamentablemente para muchos de los acompañantes esos tiempos han pasado y las exigencias de una administración cada día más complicada exige grandes conocimientos. La administración pública se ha convertido en una carrera y formar un buen operador de la administración cuesta mucho dinero mucho tiempo. Debe de tener experiencia y una visión completa de los problemas del estado para que cualquier decisión vaya en el sentido de buscar soluciones y no complicar más el panorama. Pero esos funcionarios casi no existen, casi todos los que llegan tienen una idea preconcebida de dónde sacar dinero y qué negocio hacer a costillas del presupuesto. Un gobernador contestó cuando le preguntaron por su selección que opinaba, sin el menor recato expresó: Ya chingamos. 

Yo insisto y espero que haya un oído receptivo, hay que darles cursos a los que se van a integrar el gabinete, no solo de economía y política sino también de administración. Acortar el tiempo de aprendizaje, llegar con nociones claras de que es lo que hay que hacer, no se trata solo de manejar el dinero con honradez y limpieza, la ineficiencia también es corrupción.  

Siempre se ha dicho, desde el siglo pasado que el subdesarrollo de los países, es un problema de mala administración. Don José López Portillo hizo un esfuerzo monumental para subsanar las principales fallas de la administración pública. Puso ahí a uno de sus mejores hombres con un poder absoluto dentro de una comisión todopoderosa y muchos fueron los errores que se arreglaron. Pero como dice el actual presidente de la república, la administración es un elefante el cual es difícil mover.    

Ojalá el cambio de partido en el poder, Morena, sí sea un nuevo despertar para Oaxaca en la administración pública del Estado, que los sindicalizados trabajen, y los nuevos cuadros directivos lleguen preparados y no estemos dentro de seis años lamentando todo aquello que no se hizo. Fin

 


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