¿Sabrán gobernar? 
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Debates y Deslindes

¿Sabrán gobernar? 

 


Hace unos años unas empresas brasileñas, ante la imposibilidad de dar dinero a los partidos políticos nacionales y locales, decidieron empezar a educar cuadros políticos. Es decir, pagarle a un grupo de aspirantes a políticos, diputados, senadores y administradores públicos, cursos en universidades y escuelas que los preparaban para el trabajo en el sector público. Les enseñaban derecho internacional, derecho positivo administrativo, trámites, procesos administrativos, inversiones, desarrollo regional, Teoría general del estado, funcionamiento de los municipios, recaudación de impuestos, burocracia. El objetivo era tener una administración eficiente en aquello relacionado con la tarea pública. Los resultados fueron sorprendentes porque los partidos políticos al ganar podían contratar a expertos que hicieran funcionar ese elefante blanco que dicen es la administración pública la cual está plagada de ineficiencias y de empleados llenos de derechos y prestaciones las cuales no corresponden a su capacidad. 

Hago este comentario porque en unos meses cambiaremos de directores, secretarios, subsecretarios en la administración pública de Oaxaca y quién sabe qué cucarachas nos vayan a poner. No hablo solo de su honradez que siempre está muy cuestionada, sino de su preparación en la administración pública y en los programas que se quieran implementar. La incompetencia también es corrupción. 

En Oaxaca, salvo la etapa de Diódoro Carrasco que, además de su preparación académica trajo a un grupo de economistas llamados los “Ifigenios”, con Armando Labra a la cabeza que habían sido compañeros en economía y los llamaban así en honor a su maestra Ifigenia Martínez de Navarrete, no he sabido ni se ha comentado que algún gobierno se caracterice por traer y poner en la administración gente preparada en el desarrollo y en la administración.

Casi siempre se caracterizan por su capacidad para robar más o menos el dinero del presupuesto y si hacían obra, es porque hay un lema muy famoso en ese sector que dice “Haz obra y sobra”. Arrastramos una serie de vicios, más que virtudes que han ido complicando el modelo de administración. 

Cuando se inició el uso de las computadoras se dio la gran oportunidad de modernizar el aparato burocrático, estudiar sus funciones, analizar los procesos que se realizaban y modernizarlos. Hubo un intento serio en la presidencia de la república por modernizar el aparato administrativo del Estado llegando a lugares estratégicos la modernización. No así en los estados y mucho menos en los gobiernos del sureste que no se caracterizaban por tener en su administración gente preparada.

En ese tiempo los gobernadores se caracterizaban por reprimir al pueblo más que por desarrollar al estado. Mayoral Heredia fue un gobernador en Oaxaca que se caracterizó por ametrallar al pueblo públicamente. Finalmente lo renunciaron y con él se terminaron en todo el país las matanzas terapéuticas y públicas de los enemigos políticos y de los disidentes. Las poblaciones no mejoraron, los estados tenían funcionarios y gobernadores mediocres y ladrones. 

En teoría eso debe de acabar. Los nuevos funcionarios de la Cuarta Transformación deben de tener gente, en principio más honrada y después más preparado intelectualmente para gobernar bien. Una de las prioridades que deben de tener estas nuevas administraciones que cambiarán en los 6 estados donde hubo elecciones. 

Me preocupa Oaxaca donde el gobernador electo no tiene un buen, ni mal discurso político. Las pocas ocasiones en que lo he escuchado carece de un planteamiento para gobernar. No tienen programa, ni proyecto, desconocen las áreas estratégicas del desarrollo y las posibilidades de acelerar el desarrollo regional. En materia económica no tienen una idea clara de a dónde avanzar este estado, lleno de inteligencia exportada. Las personas más inteligentes están fuera del Estado y algunas de ellas en el extranjero, principalmente los Estados Unidos donde son muy apreciados sus servicios. 

Estamos en el mejor momento para prevenir en parte este problema. El gobernador tiene que escoger ya algunos de sus principales funcionarios y ponerlos a estudiar, leer, convivir con otros técnicos que dominen las áreas donde van a trabajar. Se trata de mejorar la capacidad de los trabajadores, no de hacer grilla. Hay que ponerlos a estudiar y quien no pasa no entra.

Sería una buena señal preparar a la gente ya. En este momento, ahorrarse los tres o seis meses de aprendizaje que se lleva saber dónde están los expedientes y cuáles son los asuntos. Ojalá y esta nota llegue al gobernador y la ponga en práctica. Eso le asegura una buena parte del éxito de su administración.  

Una ciudad Cara 

Dentro de las características que distinguen a las ciudades en el mundo está si éstas son baratas o caras para vivir. Siempre supe que París y Londres eran ciudades muy caras para el común de los mortales. Y sí, cuando las comparábamos con otros países resultaban extremadamente caras, principalmente para aquellos que teníamos la mala costumbre de convertirlas monedas a dólares o pesos. “No conviertas para que te diviertas“, decía una consejera muy sabia. Uno iba a pasear y a disfrutar la ciudad, no a inspeccionar precios.

Finamente lo caro se sufría una semana, diez días o menos de acuerdo como anduviera el presupuesto. En contraposición a esas ciudades caras, había las baratas. España, que vivía una férrea dictadura y los precios se movían al antojo del dictador; Portugal que extrañamente poca gente visita, y Roma, que, gracias a Santa Elena, la mamá del emperador Constantino ha sido la ciudad más publicitada turísticamente desde hace 2 mil años. 

Aquí, en México, Oaxaca es una de las ciudades más caras del mundo, por lo mismo que París y Londres, es una ciudad turística. Pero el colmo del cinismo en precios se los lleva los autobuses de primera clase, que quién sabe de qué privilegios goza. Mientras todas las concesionarias de transporte que transitan para el norte de México, a la frontera tienen en promedio de cobro 1,200 pesos por mil kilómetros en un autobús de súper lujo, aquí, nuestros buenos vecinos cobran por menos de 5oo kilómetros, 1,200 pesos. ¿Por qué?, ¿quién fija las tarifas?, ¿de qué privilegios goza? Sólo ellos lo saben, Pero en el estado más pobre del sureste la línea de primera clase cobra el doble de caro por un viaje. Fin


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